-¿¡Cómo!?
-Ese auto, el que esta estacionando en frente del muchacho. Es el de Vivian.
Victoria sorprendidísima por lo que acaban de descubrir, la mujer que andaba atrás de ellos era nada menos que Vivian, sinceramente era la última opción en su lista de posibles sospechosos.
-Me las va pagar, ¿quién se cree Vivian para hacerme pasar este papelón? –hace amague para bajarse del coche-
-No, no amor. ¡Donde vas, ven para aquí! –lo agarra fuerte del brazo-
-Déjame Victoria tengo que poner a Vivian en su lugar, ha caído demasiado bajo haciendo esto. Déjame arreglarme con ella.
-¡Que no! No César no, no es conveniente que lo hagas. No ganaras nada discutiendo con ella en medio de la calle, demasiado tenemos con todo lo que nos está pasando. Déjala, déjala porque igual no ha conseguido lo que quería.
-Pero no Victoria, esto no puede quedar así. ¡Yo no puedo creer que mi mujer me esté persiguiendo y amenazándome con fotos de mí amante!
-¡Que no César! No vas a salir de aquí. –ya gritaba- Nos vamos ya, ya supiste que es ella. Pronto pensaremos que hacer con esta información, es demasiado.Arranca el auto y vuelven a Coyoacán, quería dejarlo a él en su casa y ella volver por los pollitos. La información no tan deseada seguía llegando y ella no sabía dónde acomodarla, no sabía cómo reaccionar y se sentía traicionada porque había confiado en Vivian, había creído en ella y hasta se había puesto de su parte. El viaje fue silencioso, como nunca, César estaba que la furia se lo llevaba, se le notaba en su gesto, su frente fruncida y su mente muy lejos, Victoria lo miraba de reojo pero no sabía si hablarle, era preferible enfriar un poco la cabeza porque la noticia que acababa de recibir no era para nada agradable.
Llegaron a la puerta de la casa y Victoria puso las balizas del auto. César bajó, y cuando estaba abriendo la puerta de la casa se dio que cuenta que Victoria no lo seguía y que lo miraba desde adentro del carro con una cara inexplicable. Le hace una seña incitándola a entrar y ella niega con la cabeza entonces se acerca y abre la puerta.
-¿No vas a bajar conmigo?
-No puedo. Tengo que volver a casa.
-Tenemos que hablar de esto Victoria.
-No es el momento para hablar César, es mucha información junta, mejor nos juntamos otro día.
-No, no quiero dejarlo para otro día. Quiero hablarlo ahora y quedar bien en claro.
-No tengo tiempo ahora César, tengo que volver por los niños.
-mira su reloj-Tenemos algo, no te pienso robar mucho tiempo. Anda baja...
-No César.
-Victoria no me hagas bajarte por las malas. –arruga la frente-
-No te atreverías. Te dije que ahora no quiero hablar, además estas demasiado enfadado para arreglar las cosas.
-Baja Victoria.
-¡¡¡Aaaaaaaayyyyyy hombresssss!!!! –apaga el motor y baja del auto-César espera que ella se baje porque no le sorprendería que apenas él cerrara la puerta ella arrancara dejándolo solo.
-Bueno ya estoy aquí dentro, conseguiste lo que querías. Dime que quieres arreglar de toda esta chingada situación.
-Que vamos a hacer. Necesito que me ayudes a decidir porque tienes razón, estoy muy pero muy encabronado con Vivian y no sé que soy capaz de decirle cuando la vea.
-Tienes que controlarte amor. –ella se acerca a él y hace que se sienten en el sofá- Mira, sé que lo mejor es ir y confrontarla y gritarle todo lo que tienes guardado hace cuanto, pero no es necesario... a mí me encantaría que lo hagas porque es uno de los pasos finales para separarte pero eso es lastimarla más y ya no es necesario.
-Pero la cuestión no es esa, sino que nunca pensé que podría llegar a ser tan mala persona conmigo.
-Nunca terminamos de conocer a las personas y tú tampoco te comportaste muy bien con ella –él baja la cabeza-... además nunca sabes con qué mujer estás casado y con qué mujer estás de amante. –frunce los labios y sacude la cabeza, claramente sarcástica-
-¿Qué quieres decir?
-Nada, que como soy tu amante y ella tu mujer está en todo su derecho de hacer todos estos líos... vamos César, es obvio que ella reaccionaría de alguna manera loca. Su esposo se acuesta con otra mujer hace casi diez años, como no va a querer mandarme a la hoguera si fuera posible.
-¿Qué quieres decir con "acuesta", disculpa?
-Lo que oíste...
-No, lo que oí no. El sarcasmo que estás poniendo en la conversación me confunde, y no entiendo tampoco por qué de repente estás de parte de Vivian todo el tiempo. ¿Acaso no te estás dando cuenta que manda a que nos persigan y que esas fotos pueden salir a la luz y perjudicarnos?
-Aaaahhh... ¡ya me parecía, no creía que reaccionaras tan tranquilo con respecto a las fotos! –se levanta del sofá toda ofuscada y se aleja de él-
-¿Como que tan tranquilo? Victoria que carajo estás diciendo.
-Sí César, ahora me vienes a plantear que las fotos nos pueden perjudicar cuando antes estabas como si nada, que si salían bien y que sino también... todo a la chingada. Pero veo que mis dudas estaban en lo cierto, tienes miedo de que salgas manchado de esta situación.
-Oye... ¿tú estás bien de la cabeza? –se para del sofá también y se va a servir un trago-
-¡Muy, muy bien!
-Pues no parece eh... mira Victoria, no me interesa lo que pienses con respecto a tus suposiciones con mi posición sobre las fotos. Sí esas fotos salen a la luz a mí me importan una tonelada de nada, pero a ti si te afecta claramente, tienes miedo de que tu posición de reina se desmorone.
-No es eso imbécil, sino que no es bueno para la vista de nadie. Yo cuido la cabeza de mis hijos, ellos son niños, y es algo que tú nunca vas a entender aparentemente...
-Sí se de lo que me hablas pero sé que esa no es tu verdadera postura. ¡Tienes miedo de quedar como una cualquiera!
-ella abre bien grande la boca y los ojos de indignación-¡¡Ya que sabes todo de mi vida, intuyo que también conocerás a la perfección el camino más corto para irte a chingar a tu madre, pedazo de animal!! –gritaba-