Capítulo XIII

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Su cabeza pensaba demasiado, hasta que sin darse cuenta, se encontraba frente a la biblioteca. Tenía muchas tareas que adelantar si quería dedicarse a Runas Antiguas.

—Buenas tardes, Madam Pince —saludó mientras se encaminaba hacia la sección de transformaciones.

La aludida sólo hizo un ademán con la mano organizando muchas cosas en la recepción.

Como siempre se sentó en la mesa al lado de la ventana para empezar a adelantar deberes. Empezando por el ensayo chivatuscopiaefors.

Sentía el atardecer aproximarse.

Para su suerte, no fue tan difícil. Ya que no tuvo que ir libro por libro buscando información sobre aquél hechizo.

Guardó su primera tarea finalizada en el maletín y sacó su cuaderno para ver las preguntas que había dejado el profesor Triguare en pociones.

Dejó sus cosas en la mesa encaminándose hacia la sección de pociones en busca de unos cuántos libros.

A decir verdad le costaba menos la parte teórica. Era mucho más difícil para ella la parte práctica, por lo cuál se sentía algo aliviada que hubiera que escribir el ensayo y no hacer la poción. Aunque claro, tarde o temprano, tendría que enfrentarla.

Pocos minutos después volvió con una docena de libros y comenzó a sacar información sobre la poción agudizadora de ingenio para que su ensayo quedase completo.

Por fin había terminado todos y cada una de sus tareas. Se dirigió hacia la sección de historia de la magia. En donde de nuevo eligió una linda mesa del lado de la ventana y se puso a leer dos o tres libros de aquélla asignatura.

Entre página y página, libro y libro, miró su reloj de muñeca que marcaban las nueve menos dos minutos, lo que indicaba faltaban siete minutos para la cena. Por lo que se apresuró a dejar los libros en su lugar y corrió hacia el Gran Salón.

No podía creer que en tan poco tiempo había podido recorrer Hogwarts hasta el Gran Salón.

Ya en el umbral de las grandes puertas que daban lugar a un extraordinario banquete, buscó con la mirada a su amiga Luna. Una vez localizada esta última, se sentó frente a ella.

—No me has contado qué pasó con...

—No volveré a callarte —la interrumpió sabiendo a qué —o mejor dicho a quién— se refería—. Luego de la cena te voy a contar.

No sabía por qué pero tenía muchas ganas de cenar, así que llenó su plato de comida. Se sirvió carne asada, papas fritas, tocino, salchichas y papas asadas.

Mientras que la rubia sólo se había servido pollo asado, zanahoria rayada y salsa de tomate arriba, como condimento.

Minerva McGonagall anunció la finalización de la velada y la castaña junto con su amiga fueron a su sala común para que pudiera contarle lo sucedido esa mañana con Draco Malfoy.

—Debes contarme, debes contarme —casi exigió una desesperada Luna, después que las dos pronunciaran hechizos silenciadores a su alrededor para que nadie las escuchase.

La muchacha asintió y empezó a contar sobre cómo los dos pelearon frente a la directora.

........

Draco, quién todavía seguía sentado en la mesa de Slytherin entre sus amigos Theodore y Blaise, vio cómo cierta castaña se retiraba con una rubia distraída fuera del salón.

Ojos que no ven, corazones que sienten (Dramione/Draco&Hermione) EDITADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora