Ojos que no ven, corazones que sienten (Dramione/Draco&Hermione) EDITADO

Capítulo XIV

¡Hola! Lamento mucho mucho mucho haber tardado en actualizar. Pero mejor tarde que nunca, ¿no? Prometo tratar que no vuelva a pasar. ¡Gracias por seguir la historia! Y por favor, me encantaría leer sus comentarios. A leer.

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Ya era viernes. No podía creer lo rápido había pasado la semana. Si su cabeza estaba bien recordaba que ayer Draco la había invitado a ir con él a visitar a Narcisa, su madre, y si mal no recuerda ella le había dicho que sí, solamente tenía que hablar con McGonagall mintiéndole que sus padres renovarían votos, para que la dejasen salir el fin de semana.

Se levantó extremadamente dormida, ya que había programado la alarma de su reloj de muñeca a las siete y cuarto de la mañana. Se despertó del todo y tomando su uniforme se introdujo en el cuarto de baño. Cepilló sus dientes, se cambió y salió encontrándose con el chico cuyo cabello, de un rubio platinado, despeinado y despierto con el uniforme de Hogwarts/Slytherin colgando de su brazo.

—Buen día —dijeron los dos al unísono y rieron.

—¿Quieres el baño? —el muchacho asintió y la castaña se movió del lugar para dejarlo pasar.

Ambos terminaron de prepararse, tomaron sus respectivos maletines y fueron rumbo hacia el colegio atravesando el bosque prohibido.

Llegaron, pero ésta vez entraron juntos al Gran Comedor. No se percataron de algo: cientos de rostros de las cuatro casas los veían ingresar juntos, mientras se separaban para colocarse en sus respectivas mesas.

—Hermione, ¿qué haces con Malfoy? —preguntó Neville algo sorprendido.

—Ahora somos amigos —contestó ella restándole importancia pero guiñándole el ojo a su amiga Luna, quién la miraba con una pequeña sonrisa.

—¿Amigos? ¿Tú y Malfoy? —esta vez fue Dean quién interrogó confundido.

—Así es —contestó un poco molesta por la interrogación de sus amigos acerca de su reciente relación con el slytherin—. Así que, por favor, traten de no insultarlo cuando esté yo presente.

La rubia estaba orgullosa de su amiga. Al fin había aceptado que estaba enamorada de él. Aunque sí, sonaba algo extraño que Hermione Granger, sangre sucia y Draco Malfoy, sangre pura, estuvieran enamorados uno del otro.

Ambas desayunaron y le contó que tenía que decirle varias cosas importantes acerca del tema Draco.

Aprovecharon que luego de transformaciones tendrían un período libre. Allí le contaría todo lo nuevo que había sucedido entre ella y el rubio.

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—No puedo creerlo —dijo Blaise, mirando a su amigo que con una sonrisa indiferente comiendo su primer plato del día.

—¿Qué cosa no puedes creer? —preguntó mientras cortaba su tocino.

—En serio te ha cambiado por completo. Ahora ni si quiera te importa que todo Hogwarts se entere de tu pequeña amistad con ella.

—Mmm... tienes razón, me cambió. Y no, no me interesa.

—¿Sabes? Echaba de menos a este Draco, Draco —comentó Theodore dándole unas palmadas en el hombro.

—Y eso que el año recién empieza —le guiñó el ojo a su amigo y siguió desayunando.

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