Capítulo 17

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"Convivir."

Después de estar una hora con Christopher abrazados mirando la luna y las estrellas decidimos cada uno volver a su tienda.

Entre y todas están durmiendo sólo que Ginger se mueve peor que gusano poniendo a Natasha todo el tiempo el pie en la cara ya que ella está durmiendo al revés. Me arrastro hasta mi sleeping, cierro la boca de Ginger antes de entrar dentro del saco de dormir y hacer lo que debía.

Un grito hace que nos levantemos aturdidas, pero este es muy conocido. Tanto que Ginger y yo nos miramos analizándolo para luego mirarnos preocupadas.

— ¡Bloos! —Decimos al mismo tiempo para salir desesperadas de nuestros capullos.

¿¡Qué demonios hacia aquí!? Esa conversación del tal Jorge se me vino a la cabeza, salí de inmediato junto a Ginger para ver a una Samanta más descontrolada, grita y golpea.

— ¡MALDITOS HIJOS DE SU MALDITAS MADRES! ¡QUE DIGO MADRES! ¡CENIZAS! —Patea a uno en su abdomen. — ¡ALÉJENSE DE MI SENSUAL CUELLO Y MI DELICIOSA SANGRE! — Suena mal decir eso, está muy enfadada y está gritando tonterías.

— ¡Eh! ¡Alejaos de la rubia, malparidos! — Grita antes de correr hacia uno de ellos derribándolo.

— ¡Ginger, no! —Grite tras ver que ahora lo golpeaba. Me aproximo rápidamente cuándo derriban a Ginger, golpeo a la chica que está sobre ella. Se nos acercan más por lo que hago un círculo de fuego que nos rodea a las tres y a aquella chica.

— ¡Calmaos! —Nathaniel se acerca con tranquilidad. —Cariño, eres una de nosotros, no temas.

Escucho como un cuerpo cae, la chica ha inyectado algo a Ginger que la ha dejado dormida. Deshago aquel círculo y me aproximo a verla.

— ¿Me convirtieron? —Pregunto confundida.

—Sí. —Los ojos de Samanta se volvieron rojos. Mierda ahora sí está irradiando ira.

— ¡JODIDAS BESTIAS QUE NO PREGUNTAN SI UNO QUIERE O NO! ¡QUE OS DE! — Grito para luego correr al bosque, suspire.

—Iré yo, haceos cargo de ella. —Miro a Nathaniel. —No dejen alguien vigilándola, es mala idea. —Sin más voy detrás de Sam, sé que molesto es que nadie te pregunte qué demonios quieres pero en algunos momentos nadie lo hace. Yo lo hice igual.

— ¿Sam? ¿Estás más tranquila?

— Solo necesito comer, tal vez golpear a alguien, tal vez ambos.

— Ven, te mostrare donde puedes comer.

— ¡No! No hay modo que vaya a morder un humano.

—Es sangre en bolsa, del hospital.

—Bueno, pero no voy a beber de un humano, me rehusó.

— No lo harás, vamos.

Fuimos hasta el campo, abrí el frízer y saqué una bolsa de sangre, en lo posible la que no es tan buscada.

— ¿No es la más rara verdad?

— No, es tan común como tú. —No parece hacerle gracia. —Es muy común, lo prometo.

— Perfecto.

Decido dejarla comer sola, iré a ver a Ginger. Oh dios, está amarrada. Me aproximo a ella y me agacho.

— ¿Qué tan salvaje puedes ser? —Ella resopla. —Ella es igual a nosotras, no es comida.

— Eso no tranquiliza tanto ¿sabes? —Desvía la mirada. —No tuvo opción cómo nosotras y se volverá una bestia como nosotras pero espero que no le guste, que sea como tú.

— Todo lo veremos luego. —Veo a Chris y lo sigo, necesito saber algo ¿cómo nos convertimos?

— ¡Eh! Tengo una duda. —Él voltea a verme.

— ¿Cuál?

— ¿Cómo conviertes a alguien?

— ¿Lo hiciste pero no tienes idea? —Niego y él ríe. — Le pasas nuestro veneno, si lo dejas a tiempo no morirá y se transformará de otro modo fue una cena. El cuello tiene nuestro aroma es difícil dejarlo.

— Oh, ¿pero es siempre en el cuello?

— ¡Todos hagan fila! —Lo miro extrañada.

— ¿El desayuno?

— No, creo que los uniformes. —Continúe con esa mirada. —Ayer tuvimos un comité entre antiguos, coincidimos que no es cómo luchar con vestidos y tacones. Vimos a Natasha y a su moda.

—Va a gritar si tratan de cambiárselo. —Río y él entrelaza su mano con la mía.

Fuimos y eran solamente algunos ajustes de moda, si ellos pensaban que no podrías pelear con eso, te daban algo parecido a un uniforme, al menos no es todo tan militar.

— No te quedas con nada de eso, vestido fuera. —Le entregan todo un uniforme. —Esto puesto.

— ¿A caso estar en guerra significa sin moda? ¡No voy a quitarme mi vestido! ¡Yo hago lo que quiero! —Se cruzó de brazos pero luego cayó al suelo dormida.

—Cambiala con ropa acorde. —La chica la levanto como si no pasara nada y la metió a una tienda.

—Hm, no. Jeans acortan tu movimiento. —Me da unas botas negras, algo doblado de color mostaza y otra cosa blanca. —Esto puesto, ya.

Camino hasta mi tienda, la cosa mostaza es un pantalón licra y la cosa blanca es una polera de cuello ancho, me los pongo para salir.

Camine hacia el punto de concentración pero choqué con un chico, se ve joven pero por la reverencia que acaba de hacer no debe ser ni de este siglo. Su cabello es rubio oscuro y tiene ojos verdes grisáceos que no dejan de mirarme.

— No quiero ser grosera pero ¿por qué me miras tanto? ¿Tengo algo?

— Es que me recuerda a una persona. —Seguía mirándome, esto es raro.

— Oh, bueno yo debo irme.

— Espera, me presento, mi nombre es John —hace una pausa —Petrova. ¿Y tú?

—Rafaella Jones. ¿Tu apellido es noruego?

— Algo por ahí.

—Nos vemos por ahí. —Sonrío antes de irme, este chico es realmente extraño.

¿Podría ser que él se haya comido algún familiar mío? Un ancestro, tal vez incluso a mis padres.

Como sea, no tiene punto en pensar sobre ello.

Vampiro por Accidente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora