Al día siguiente. Liza estaba sentada en su asiento la clase ya casi comenzaba, cuando sintió que una mano la tocaba era; Derek.
-¿Que demonios quieres? -dijo encarándolo. Derek la vió y sonrió de lado.
-Solo vine a ver como que estabas -dijo con cara de inocente, Liza por supuesto no le creyó ni media palabra.
-Disculpa pero estas en mi lugar -dijo una voz conocida.
-Yo un veo tu nombre aqui -dijo Derek a Jack, mientras se ponía en pie, para estar cara a cara, Jack era más alto, pero Derek era más fuerte, antes de que se desatará algo estúpido decidió intervenir.
-Derek largate, no quiero ver tu estúpida cara, y tu Calmate -dijo refiriéndose a Jack.
Derek se fue, pero guiñándole el ojo a Liza; ella puso los ojos en blanco.
El profesor llegó y la clase comenzó.
Ya en la salida, Jack le había dicho que lo esperara, así que estaba sentada en las escaleras, todos salían platicando y se dirigían al estacionamiento.
De repente vio que Amber se dirigía a un auto negro, lo hubiera dejado pasar a no ser por que el chofer era su profesor de Física, Liza río. Había escuchado rumores de que se metía con un profesor, pero ella nunca lo quiso creer, creía que Amber no era de esas tipas.
-¿Nos vamos? -pregunto Jack de repente, Liza asintió el auto ya se había ido.
Caminaron hasta el auto de Jack, y se pusieron en marcha.
Ya luego de unos minutos, fueron llegando a Brooklyn, ella nunca en su vida había estado allí, su padres jamas se lo permitieron además no vio la necesidad de hacerlo. Mientras pasaban la gente les gritaba, había pandilleros, prostitutas y drogadictos, olía a alcohol y podredumbre.
-¿A donde vamos? -dijo Liza algo asustada, les chiflaban y gritaban de cosas; al parecer era por el auto, tan lujoso y nuevo que tenían.
-Con un amigo -dijo con una sonrisa sacarrona, Liza sintió miedo pero no dejo que se le demostrará.
Jack se estacionó y salió del auto, entró a un callejón oscuro y Liza dudó en hacerlo.
-¿Que no vas a venir? -dijo Jack, elevando una ceja.
Liza lo pensó que tal vez sería mejor quedarse en el auto. Miro a su alrededor, unas prostitutas la miraban, se veía como niña rica, con su limpio y bien hecho uniforme. Pero sabía que si quería cumplir su objetivo tendría que confiar en Jack.
Así que con la frente bien alta entró al cajellón, caminaron unos metros hasta llegar a una puerta que estaba custodiada por un muchacho de piel oscura, con ropa desaliñada y vieja, sus dientes estaban amarillos además de que le faltaban algunos. Su mirada se clavo fija en Liza que sólo dejó que Jack hablará.
-¡Manucci! -grito jubiloso - ¡Hace cuanto que no te veo!
-¡Mickey! -contesto Jack feliz, mientras se abrazaban alegremente. La cara de Liza parecía un poema.
-¿Traes nueva mercancía? -dijo mirando a Liza, quien estaba algo nerviosa.
-Si, se llama Liza Marcone -cuando Jack dijo eso, Liza sintió escalofríos se preguntó si el no la habría vendido o algo por el estilo.
-Mucho gusto Liza - dijo el hombre con una voz dulce increíblemente educada y cortes, sin ningún tipo de intención de querer propagarse, eso de alguna manera tranquilizo a Liza.
Después de que hablaron unos minutos entraron por una puerta vieja de metal, al entrar pasaron por un pasillo que los llevó a otra puerta, al ver lo que había a Liza casi se le cae la mandíbula.