Los hombres llegaron mientras Liza dormía, antes de soltarle las cadenas la amarraron con unas cuerdas y le vendaron los ojos, sabía que era turno de recibir su golpiza.
Respiró profundo, siempre que se la llevaba tenía miedo, Lucas les gritaba pero no podía hacer nada, lo que ella creía que era la noche anterior lo habían masacrado, no había hablado, solo estaba su silencio.
La sacaron a rastras y la sentaron en algún lugar, ella de inmediato trato de buscar algo, pero no encontró nada, entonces pareció escuchar en el que ese momento era el mejor ruido que sus oídos pudieron haber escuchado. Al parecer uno de los secuestradores tropezó con algo, era al parecer una caja de herramientas. Sabía que tenía que llegar a ella, por el tiempo que no había usado su vista,
-Que rostro tan bello -dijo uno de ellos tocando su rostro, ella lo apartó de inmediato.
Los golpes que recibía eran en su cuerpo, no en su rostro. Querían que se viera presentable para su padre.
-Ya no eres tan imponente, ¿o si? -dijo uno de ellos con burla, entonces recibió un golpe en su vientre.
Liza se quedó sin aire, se sentía débil.
-Les juro que cuando salga de aquí, querrán ir al infierno con lo que les hare -dijo ella y ellos comenzaron a reír, puso atención y al parecer eran tres.
-¿Crees que vas a salir de aquí? -le dijo uno de ellos- Solo le robaremos el dinero a tu padre y te mataremos -Liza al escuchar eso sintió un escalofrío que le recorrió todo el cuerpo.
Entonces su ira incremento, en ese momento supo lo que tenía que hacer.
-Si es así matenme ahora -este hizo reír a lo otros.
-Créeme que lo haremos, a ti y a tu nuevo amigo pero por ahora los necesitamos vivos -le dijo uno mientras le apuntaba con una pistola en la frente.
-¿Acaso eres un maldito cobarde? -les grito- ¡Mátame ahora! -gritó lo más fuerte que pudo- ¡Házlo maldito marica!
-¡CÁLLATE! -dijo uno de ellos mientras le soltó un golpe en rostro, fue tan duro que la hizo caer de la silla, aterrizó sobre la caja de herramientas golpeándola más.
Pero era justo lo que deseaba, tomó la primera llave que pudo, era pequeña y delgada pero solo eso necesitaba.
-¡Te dije que el rostro no, maldito estúpido! -exclamó furioso uno de ellos al otro.
La levantaron y cuando lo hicieron le volvieron a apuntar con el arma.
-Eres una maldita estúpida -dijo uno de ellos soltándole una patada.
Ella se retorció del dolor, pero en eso se comenzó a quitar las cuerdas, fue en ese momento que agradeció ir a la Jaula.
-No soy una estúpida, soy Liza, Liza Marcone -le dijo a uno de ellos y dándole un golpe con la llave noqueándolo.
Oyó a alguien acercarse, por lo que le soltó una patada haciéndolo caer, se quitó la venda y la luz la cegó por un momento. Alguien la tomó por detrás, ella le dio un golpe con el codo en la cara y en el proceso le quitó su arma.
Le disparó al primero que vio, el cual cayó estrepitosamente al suelo, le disparó en las piernas a otro que se encontraba a su lado.
Tomó al que había noqueado y lo levanto, para verlo cara a cara
-¿Quién los mandó? -le dijo apuntándole con su arma.
-¿Crees que te lo voy a decir? -exclamó petulante.