Había pasado alrededor de una semana después del secuestro y el ambiente era desconsolador. Los secuestradores habían pedido 10 millones de dólares por la cabeza de Liza.
El Don había regresado y para su alivio su imperio se encontraba en buen estado, Liza había hecho un buen trabajo, había hecho tratos con sus contactos.
Le sorprendió saber que había logrado un acuerdo con el Coyote, de cuando recibió la bitácora de la droga que entró al país, de su parte y de una foto donde el dueño del cartel había dado una donación a una fundación para ayudar a personas con epilepsia.
Estaba en su despacho sentado, desvío su mirada al balcón y sintió cierto escalofrío. No recordaba cuando le dispararon ni quién lo había hecho. Pero desde que había vuelto no había salido por ese balcón de nuevo y no pensaba hacerlo.
Miro una foto reciente de su familia, en ella estaban Angelo, Annie y Liza junto con el pequeño Santiago, la habían tomado en navidad, y en los tres rostros podía verse una felicidad sin ningún tipo de preocupación.
Sintió nostalgia, su familia estaba rota, su hijo en estado de coma y su hija menor secuestrada, el futuro no podía verse peor, sus negocios podían estar bien pero su vida privada era un maldito caos.
Mientras tanto en la casa se escucho el timbre, Rosaura, la señora de la limpieza salió a abrir. Encontrándose con una mujer.
-Hola, Buenas Tardes -dijo la mujer de no más de 35 años.
-Buenas Tardes -respondió Rosaura un poco recelosa.
-Disculpe quisiera hablar con el Don -dijo de manera educada.
-Lo siento, pero el Don no esta -dijo Rosaura antes de querer cerrar la puerta, pero la chica le puso el pie.
-Necesito hablar con el Don es algo urgente -inquirio la chica con cierto enojo.
-Siempre es algo urgente -dijo Rosaura con sarcasmo- El Don no está recibiendo visitas, si lo busca, venga mañana -trato de cerrar la puerta.
La chica volvió a impedírselo y pidiendo disculpas empujó la puerta y entró a la fuerza.
Rosaura comenzó a gritar hasta que Fabrizio llegó y entre los tres comenzaron a gritar fuertemente.
-¡¿Qué demonios es este escándalo?! -gritó el Don en la cima de la escalera.
Los tres voltearon a verlo asombrados. Frabizio tenía tomada del brazo a la chica mientras Rosaura estaba sosteniéndola por el otro. El Don bajaba despacio pero de manera imponente.
-Señor esta mujer entró a la fuerza, dice que quiere hablar con usted de algo muy urgente -dijo Rosaura con un tono de niña acusando a su hermana menor.
La chica la miro con recelo.
-Señor, lo siento por interrumpir en su casa pero es algo muy importante -comenzó a hablar muy rápido- permítame presentarme soy...
-Katherine Benson -termino de decir el Don.
Todos lo miraron con confusión.
-¿Sabe quién soy? -preguntó Katherine.
-Por supuesto que se quién es -lo dijo con un tono como si fuera lo más obvio del mundo- Es la amiga policía de mi hija Annie, ¿no? -Katherine abrió los ojos sorprendida, jamás se espero que él siquiera supiera de su existencia.
Katherine pudo ver al Don, llevaba un bastón en su mano, y cojeaba un poco de su pierna, tenía ojeras que le adornaban el rostro pero aún así seguía viéndose imponente, ¿Y por qué negarlo? Incluso atractivo.