32.- El Patriarca Regresa

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-¿¡CÓMO DEMONIOS ES QUE SE LA LLEVARON!? -grito Thomas a Jack quien estaba sentado con la ropa hecha jirones, lleno de tierra y golpeado por todas partes.

-Estábamos en la playa, casi acabábamos de cenar, yo solo la deje un momento... -dijo Jack destrozado, sentía una culpa en su ser que lo carcomía a cada minuto.

Habían pasado 24 hrs de la desaparición de Liza y en la casa Marcone reinaba el caos, se habían dado cuenta mucho después de su desaparición. Al irse con Jack todos creyeron que pasaría la noche con él, pero cuando habló en la mañana desesperado diciendo que se la había llevado, ya era tarde, habían pasado ya 12 horas, y aunque quisieran negarlo era probable que ya estuviera muerta.


-¡No debiste dejarla ni un momento! -Thomas gritó frustrado.

-Thomas no es su culpa, nosotros no debimos de haberla dejado sin protección -dijo Frabizio.

Thomas solo cerró los ojos, y trató de pensar. Todo esto era un caos.

-¿No han llamado? -preguntó Thomas a Marco. Él sólo negó.

-¿Qué es lo que esperan? -preguntó Thomas frustrado.

-No lo sé -dijo Marco mirando a Jack el cual se veía muy mal.

En eso llegó Annie a la habitación y se fue directamente con hacia dónde estaba Jack, soltándole un golpe en la cara.

-¡Tenías que cuidarla maldito! -gritó dándole de golpes a Jack. Thomas tuvo que tomarla de los hombros para alejarla de él- ¡Maldito mil veces maldito! -Annie estaba furiosa y decía maldiciones al aire.

Todo se convirtió en un caos de gritos hasta que se escuchó el tono de un celular.

El ambiente se volvió tenso todos buscaron en sus celulares hasta que se dieron cuenta que el teléfono que sonaba era el de Annie Marcone.

Thomas le soltó un brazo y ella rápidamente tomo tu teléfono.

-Es de el hospital -dijo al ver el número y salió de la habitación para contestar.

La tensión se disipó y la habitación se sumió en un profundo silencio.

-¿Y que va a pasar ahora? -preguntó Marco.

-No lo sé... -dijo Thomas.

Nadie quería tomar el lugar del Don, no solo por que no eran Marcone si no, por que no podían, se necesitaba de un enorme carácter que solo el Don poseía pero que afortunadamente Liza lo había heredado pero ahora que ella ya no estaba nadie sabía que pasaría con el imperio de la Familia. Mientras más cosas pasaban, el Don perdía poder, ya que los demás pensaban que si no podía cuidar a sus propios hijos como podía cuidar otras cosas.

Annie entro con desconcierto a la habitación y su mirada reflejaba el miedo y la preocupación que sentía, todo el mundo la observaba con miedo de lo que le pudieron haber dicho.

-Annie, ¿Que ocurre? -
-pregunto Frabizio, ella lo observó detenidamente antes de responder- El Don ha despertado...

**************

Un dolor punzante de cabeza le aturdía a Liza mientras recobraba el conocimiento. Abrió los ojos pero no vio absolutamente nada. Por un momento creyó que estaba ciega si no por qué vio un pequeño rayo de luz que se colaba por debajo de una puerta.

La Reyna de la Mafía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora