El tiempo entre sus fuertes brazos se había detenido, escuchando el pausado y delicado palpitar de su corazón sentía una eterna felicidad en mi interior y deseaba que ese momento jamás terminase.
Los chicos salieron al poco rato del club, sus rostros denotaban algo de asombro al observar la manera tan justa en la que nos encontrábamos Oliver y yo después del tiempo y lo ocurrido.
Despejé mi rostro de su pecho y -Rodeada aun entre sus brazos- les indiqué a los demás que todo estaba en perfecto estado. Ruth y Trevor lo aceptaron muy fácilmente, pero aun Milo se encontraba un poco a la defensiva y veía a Oliver con dureza.
-Sé que no he estado por aquí mucho tiempo, pero... -Inclinó su cabeza en señal de respeto- ¿Me prestarían a Kel un par de horas? Necesito poder conversar con ella en privado.
Como era de esperar Ruth y Trevor no vieron inconveniente, pero aun así Milo se apresuró a preguntar:
-¿Qué piensas tú? –Preguntó en mi dirección.
-Creo que todo está bien, solo hablaremos –Le dije.
Milo apretó fuertemente su mandíbula y finalmente dijo:
-Entonces tendré que hablar con Oliver un segundo antes de que se marchen.
Aquello me parecía absurdo, pero antes de que pudiera poner alguna objeción ya Oliver tenía su mano haciendo presiones sobre mi hombro.
-Tranquila –Susurró a mi oído-, hablaré con él, me tomara solo un segundo. Luego tendremos todo el tiempo del mundo.
Ambos chicos se apartaron del grupo, Milo me daba la espalda a la distancia, pero aun así veía la seriedad en el rostro de Oliver y como escuchaba atentamente las palabras que el otro decía. Antes de que Ruth pudiera intervenir y hacer alguna monería que permitiera amenizar la extraña situación, ya los chicos empezaban a caminar en nuestra dirección y era la hora de que nos separáramos.
Mientras subía al Camaro Oliver les anunciaba que él sería el encargado de llevarme sana y salva a mi hogar en tanto la conversación se hubiera acabado, yo solamente me limité a observar la mirada baja que mantenía Milo fijo en su posición. Muy en mi interior sabia de que se había tratado todo aquello.
El auto inició su movimiento, las calles a las lejanías de The Cube se encontraban cada vez más vacías y solitarias, la vida nocturna en el pueblo era casi inexistente. El Camaro había tomado dirección al Flos, algo que me había tomado por sorpresa.
-Prefería ir a un lugar en el que te sintieras más cómoda al conversar, sé muy bien que si no te gusta algo de lo que quiero decirte te marcharas y no dejaras que te acompañe a tu casa.
-El lugar perfecto para ir caminando –Dije en un susurro-. Gracias por ser considerado.
Como una tonta recordé aquel día en el que él tanto se empeñó a acompañarme a mi casa, el mismo día en el que él logró que yo fuera su compañera para el trabajo de historia. Sentí nostalgia de lo rápido que pasaba el tiempo.
-Sabes que no es nada Kel, tú siempre serás mi prioridad.
Al llegar al Flos decidimos bajar del auto, caminar intentaría hacer algo más amena la dura conversación que sabría que se daría en tan solo segundos. Nos dirigimos al amplio campo que había junto al instituto, aquel en donde un día fui tan grosera con él.
El lugar era apenas perceptible, la niebla cubría todo y el frio era complicado de soportar. Oliver se apuró en pasar su abrigo de cuero negro por sobre mi hombros, extrañaba ese intenso olor que emanaba su ropa. Tomó mis manos entre las suyas exhaló un cálido vapor que me hizo recordar tiempos inmejorables.
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Descendientes
Novela JuvenilPor muy extraño que me parezca, todo comenzó por algo tan absurdo como haberme enamorado de la persona menos indicada. Ya habrán pasado unas semanas desde aquel culpable incidente que dio un vuelco a mi existencia, un incidente que destruyo todo lo...