CAPITULO V -A Solas-

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El nuevo día transcurría con total normalidad, las chicas maquilladas aparentando estar en un concurso de belleza, mientras que los chicos intentaban marcar músculos inexistentes frente a sus enamoradas. Amor, un término que empezaba a surcar con mayor frecuencia en mi cabeza, Oli había dejado a la luz una parte de él que creía casi inexistente. No podía sacármelo de la cabeza, sentía como en mi interior crecía un intenso fuego que empezaba a ser evidente por el enrojecimiento de mis mejillas.

Mientras me derretía en lo más profundo de mi asiento, tenía a mi derecha a la pareja de rubios más atrevida de todo el instituto. Sus demostraciones de afecto cada vez parecían ser más descontroladas, de tan solo imaginarme estar en esas posiciones tan comprometidas con Oliver, sentía como todo mi derretido cuerpo se empezaba a convertir en simple vapor.

Podía ver como la vida se me iba de las manos, no podía seguir en aquella aula junto a aquellas personas así que decidí salir huyendo. Decidida tome mis cosas he intenté salir lo más rápido que pude con dirección a las regaderas, imaginé que una ducha fría podría controlar todos mis pensamientos. Pero sin más, mis primeros impulsos se vieron desplazados cuando la puerta que había frente de mí se habría ruidosamente de par en par. No lo podría creer, era nuevamente Oliver pero esta vez envuelto en su ajustada sudadera gris y claros vaqueros, solo pude imaginar el cuerpo que se ocultaba debajo. Él se veía un poco cansado, su respiración tan repetida, fuerte y cortante daba la sensación de que terminaba de ejercitarse.

-Disculpe mi tardanza... -Intento pronunciar entre ahogos, por lo visto no sabía el nombre de la profesora que tenía frente a él.

Todos rieron frente a tanta ignorancia.

-Por lo visto no conoces de mí, soy la señora Harmori tu nueva profesora de química.

-Así es señorita... –Dijo aún exaltado- disculpe mi tardanza es que no podía encontrar el aula, realmente queda bastante alejado.

-Comprendo muy bien, es tu primer día así que lo pasaremos por alto, lo mejor es que te sientes al lado de tu próxima compañera de laboratorio, la señorita Allen y así puedas ponerte al día.

Se notaba como tenia al universo en mi contra, hace solo unos segundos intentaba correr de mis pensamientos, ahora mis pensamientos se habían hecho realidad y estaba sentado justo a mi lado.

Pase el resto de la clase agarrada con fuerza a mí asiento, no quería mover ni un solo musculo -No fuera a ser que se notara alguna de mis tentaciones-. En cambio, Oliver se movía con total libertad realizando un experimente que se suponía que debíamos realizar los dos -Estaría pensando que yo era una irresponsable a toda regla-.

No podía seguir con todo aquello, debía poner de mi parte si deseaba aprender algo –Si me movía, dejaría de pensar en él-. En mi intento de acoplarme a mis actividades, Oliver con simplemente colocar sus manos sobre mi hombro me frenó.

-Noto que no te encuentras bien, lo mejor es que te sientes. No me molesta terminar esto solo.

Esos increíbles pero gélidos ojos grises me ordenaban algo. La orden era clara, debía quedarme en mi asiento. Sabía que todo aquello estaba mal, pero mi cuerpo simplemente obedeció dejando que aquel corpulento cuerpo terminara de hacer todo el trabajo.

La clase había terminado y ya los tres mosqueteros nos encontrábamos a las afueras de la cafetería disfrutando de nuestros sanos y nutritivos desayunos. Desde mi puesto podía ver a las personas a mi alrededor mientras que en mi cabeza empezaba a crecer una señal de alerta, la próxima clase seria con Morgan lo que significaba que cada vez tenía más cerca el examen. Dejé mi lata de Pepsi de lado y me dispuse a dar un rápido repaso a mis apuntes, el nerviosismo empezaba a correr por mis venas.

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