Capítulo LI -Sueños oscuros-

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Lydia venia directamente hacia mí y Oliver aun no reaccionaba del choque que había sufrido, así que dependía de mi acabar con la representaciones carnales del demonio. Las lianas empezaban a enraizarse entre mis brazos y tomé el cuerpo de Lydia en mi poder y la arrojé lo más lejos que me pude permitir, cuando finalmente me vi librada de ella, corrí lo más rápida que pude hacia Oli, él apenas si empezaba a levantarse del suelo, tembloroso aun por el impacto.

-¿Te encuentras bien? –pregunté asustada.

-De maravilla, amor. Ahora encarguémonos de esas dos bestias.

Oliver desenfundó la espalda que tan celosamente guardaba a su espalda y la alzó contra el enemigo, Serguei no dudó en imitarle.

-Hemos vuelto al pasado, compañero.

-Calla Serguei, ya tú has tomado un bando –para Oli era duro el volver a encontrarse en el campo con su gran rival, ese dolor era evidente en su rostro.

-Así es, he escogido el bando ganador –poco a poco tanto Serguei como Lydia empezaron a rodearnos.

Oliver me lanzó una mirada, me indicaba que no bajase la guardia y que me ubicara a sus espaldas, desde esa posición tendríamos todos los flancos controlados.

Lydia y su cómplice comenzaron el ataque. Mientras los chicos hacían chirriar las hojillas en una serie interminable de ataques, yo intentaba mantener a Lydia lo más alejada que pudiese de nosotros, pero era una tarea difícil de cumplir, bastaba que ella tocase todo lo que yo creaba para arrancar la vida que yo creaba.

No se me ocurría nada para acabar con Lydia, aunque nuestras herramientas chocaban incesantemente una a la otra, nuestros poderes eran la contraparte del otro y por más que lo intentásemos no podíamos llegar la una a la otra. Pero era mi momento de actuar, arrojé las lianas al suelo e hice que crecieran a lo largo de todo campo en el que nos encontrábamos. Ambas lianas se movían a través de la tierra como pequeñas serpientes en busca de una presan, Lydia intentaba huir de ellas, pero era inútil. Aunque las cortaba con su hoz, lo único que lograba era multiplicar su número.

Pero la chica de cabello castaño que ocultaba una gran maldad bajo su belleza clásica no se dio por vencida, cuando su paciencia se vio finalmente terminada, clavó la hoz en el suelo y transmitiendo su poder a la tierra, poco a poco toda la vida que allí crecía fue desvaneciéndose en varios metros a la redonda. Hice que troncos crecieran a mi alrededor e intente subir a lo más alto, alejándome de toda la oscuridad que se acercaba.

Cuando finalmente me distancié de todo lo que abajo ocurría, me percaté de lo que ocurría en el resto de batallas. Para mi sorpresa Omar ya no se hallaba en los suelos, se encontraba en las alturas sobre una enorme roca luchando incansablemente con Austin. Por otro lado teníamos a Yuki y April que juntan intentaban acabar con el inmenso calor que Ailan creaba, parecía inútil todo el trabajo que ellas realizaban y más aun cuando su enemigo era un ser desequilibrado que constantemente evadía la realidad. El resto luchaba incansablemente, hombres caían uno tras de otro, era sorprendente todo lo que se podía llegar a hacer cuando dos personas de ideales distintos se enfrentaban a mas allá de las palabras. Pero tanto yo como los míos sabíamos que estábamos del lado correcto de la historia.

Al pensar en historia, no pude evitar buscar a mi amado, él estaba en una ferviente lucha contra Serguei, años de odio del uno hacia el otro finalmente se estaban materializando en aquel momento. Quise ir a ayudarle, a ser parte de su presente y su futuro, pero los troncos a mis pies empezaron a temblar, al observar el origen, noté como Lydia secaba de vida de la madera hasta sus cimientos. Bastó que Omar callera desde los cielos en su dura armadura de rocas contra el suelo para que todo lo que había creado se viniera abajo, conmigo incluida.

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