Runaway

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Se sentía mal. Fatal. Era imposible cuidar de Ashton, tan solo Phil era capaz de calmarle. Se sentía como un mal padre, sentía que no estaba hecho para esto. Cada noche lloraba al escuchar el llanto de Ash, sabiendo que no iba a ser capaz de calmar a su hijo, sabiendo que no era capaz de cuidarle como debería. Phil le animaba, le decía que tal vez el bebé tenía ciertas manías, y que era un maravilloso padre... Pero él no se sentía así.

Aquella era otra noche más, y los lloros y gritos de Ashton inundaron el apartamento. Dan se despertó primero, y suspiró. Se levantó mordiéndose el labio. Caminó a la habitación del bebé y se acercó a la cuna.

El niño se retorcía en sus sábanas, con diminutas lágrimas rodando por sus mejillas.

-Eh, vamos, tranquilo...-Susurra Dan cogiéndole en brazos con cuidado. Ashton sigue llorando.

Dan se muerde el labio, intentando acunar al pequeño, intentando calmarle.

-Por favor...por favor...-Susurra, al borde del llanto.

Y ocurre un milagro. Ashton cesa su llanto, poco a poco, y le mira a los ojos. Dan sonríe como puede, aun con lágrimas en los ojos. El bebé sonríe y alza las manos intentando agarrar la cara del moreno.

-Te quiero mucho, enano.-Susurra Dan y besa al bebé en la frente, con una sonrisa.

-¿Dan?

Phil aparece en la habitación y les mira con una sonrisa. Dan acuna a Ashton con suavidad.

-Phil, le he calmado... Phil...-Dan no puede creerse que después de todo lo que había pasado, que después de todas las noches llorando porque no se sentía como un padre, Ashton haya decidido sonreírle.

-Te lo dije, cielo, te lo dije...-Phil le besa y ambos observan al niño.-Os quiero muchísimo.

Learning To Love [PHAN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora