29. Elliot

34.1K 2.4K 270
                                    

2 meses más tarde

-Elliot -murmura una dulce voz en mi oído, pero me niego a abrir los ojos.

Ni un incendio en mi habitación me saca de la cama ahora mismo. Y menos estando abrazado al cuerpo desnudo de Harper.

-Elliot, vamos, despierta -me pide la voz de Harper de nuevo.

-Mmh, cinco horas más... -le pido.

-Levántate, vago -dice, dándome golpecitos con el dedo en la cara de una forma muy molesta.

Esta es la Harper que conozco.

Abro los ojos, haciéndome el enfadado, y Harper sonríe.

-Hay desayuno que ha dejado hecho tu padre -dice-. Tus padres no van a estar en casa hasta la tarde, tenemos toda la mañana para hacer lo que queramos.

Mierda, eso suena tan jodidamente bien. A mi amigo ahí abajo decididamente le gusta la idea.

-Serás pervertido -rueda los ojos al ver que me he puesto dura, pero puedo ver que lucha por contener una sonrisa.

Así que me levanto de la cama y bajo con ella a desayunar. Hoy es mi último día en San Diego, mañana a las diez de la mañana sale mi vuelo hacia Miami, donde me instalaré para empezar la universidad. Puedo ver que Harper está un poco triste, y a decir verdad a mí tampoco me hace gracia irme, pero ella está intentando ser positiva y disfrutar de nuestro último día juntos antes de que me vaya, así que yo también voy a esforzarme. Aunque realmente no me es difícil estar feliz con Harper al lado.

-Ven aquí -le digo cuando ya hemos terminado de desayunar, cogiéndola por las caderas y sentándola encima de mí en la silla.

Ella solo sonríe y se muerde el labio, sabiendo cuales son mis intenciones. Harper se ha vuelto mucho más segura de sí misma en estos dos meses, y en la cama es más atrevida, lo cual me vuelve loco.

Enredo mis dedos en su cabello y acerco su rostro al mío para besarla, dejando que nuestras lenguas entren en juego desde el principio. Harper solo lleva una camiseta mía y unas bragas, por lo que al acariciar su trasero puedo sentir su piel.

-Elliot -gime cuando empiezo a dejar besos por su sensible cuello.

Sonrío en su piel y sigo dejando besos húmedos en ella, bajando hasta llegar a su clavícula, que queda al descubierto ya que la camiseta le va muy grande. Entonces me aparto, ganándome un gruñido de frustración de parte de Harper, y la cojo en brazos para llevarla al piso de arriba. Una vez allí, me deshago de su camiseta y sus bragas, y me saco los bóxers, que son lo único que llevo, de forma que ambos quedamos desnudos. Ella sonríe y se echa en la cama, abriendo las piernas. Joder, estoy tan duro.

Tras colocarme un condón, me pongo encima de ella y beso ansiosamente sus pechos, haciéndola gemir. Abro sus piernas aún más y me coloco entre ellas, situando la punta de mi pölla en su entrada. Entro en ella de una sola embestida y la beso, acallando sus gritos. No sería la primera vez que los vecinos vienen a quejarse de "gritos extraños". Son una pareja de ancianos, creen que en mi casa discutimos mucho y bueno, creo que no hace falta que explique la cara que se les queda a mis padres cuando los vecinos vienen a quejarse de eso, aunque no me dicen nada porque seguramente cuando Faith y yo no estamos ellos hacen el mismo ruido.

Empiezo a moverme rápida y profundamente dentro de ella, sin dejar de besarla. Sus uñas se clavan en mi espalda y yo gimo, excitado por la mezcla entre placer y dolor.

-Oh dios, Elliot, no pares -me pide cuando vuelvo a besar uno de sus pechos.

La cojo de las caderas y nos giro a ambos, quedando ella encima de mí, y empieza a moverse inmediatamente, buscando de nuevo esa sensación de placer. Se mueve rápida y ansiosamente, justo como a mí me gusta. La verdad es que Harper se ha vuelto toda una experta en esto, supongo que es lo que tiene que tengamos una vida sexual muy activa y que yo no pueda mantener mis manos quietas casi nunca.

See you at six (DDLC #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora