42. Elliot

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Llego a casa tras varias horas de estar haciendo el idiota con Mike y Dennis por ahí. La verdad es que estoy muy cansado, habría ido directamente a dormir en cuanto hemos llegado, pero no tenía ganas de ver a mis padres. Solo he dejado la mochila —mi único equipaje, ya que aquí aún tengo algo de ropa— en el recibidor y he cogido el coche para irme con Dennis.

Al entrar, soy recibida por el olor de la lasaña de mi padre. Sonrío casi involuntariamente, pero en cuanto lo veo la seriedad vuelve.

—¡Pero si tengo un hijo! —bromea, y viene a abrazarme.

Lo abrazo de vuelta con bastante tensión, y creo que lo nota porque al separarse me mira con el ceño fruncido.

—Elliot, ¿pasa algo? —me pregunta, y justo en ese momento aparece mi madre.

—¡Elliot Hank! —exclama—. A buenas horas apareces, ¿qué hacían tus maletas en la entrada?

—Había quedado con Dennis y Mike —contesto.

—Eres un caso. —Suspira, y viene hacia mí para abrazarme— Ay, mi niño pequeño, te he echado mucho de menos.

Por muy tenso que esté, el olor a mamá es reconfortante, siempre. La abrazo de vuelta, y cuando me separo los miro.

—¿Y Faith? —pregunto.

—Oh, está en casa de una amiga suya —contesta papá—. Dice que ya te verá mañana.

—Tan agradable como siempre —murmuro, y los miro—. Tenemos que hablar.

Hay unos segundos de silencio en los que mis padres me miran con confusión, y luego papá habla.

—¿Harper está embarazada? —pregunta, inseguro.

—Ay, madre, que vamos a ser abuelos —dice mamá—. O se han casado en Las Vegas, o...

—No es nada de eso —los interrumpo antes de que sigan—. ¿Vamos al salón?

Salimos del recibidor y ellos dos se sientan en el sofá mientras que yo lo hago en el sillón, poniéndome justo delante de ellos.

—Entonces, ¿qué es lo que pasa? —pregunta mamá.

—Una de las noches que estuve en el bar conocí a una mujer —empiezo, y suspiro intentando aliviar mis nervios.

—No me jodas —dice papá—. Elliot, te he dicho mil veces que si estás con una chica es para estar solo con ella, a no ser que decidáis lo contrario. Ser infiel es una falta de respet...

—Queréis... ¿queréis dejarme hablar? —les pido, empezando a perder la paciencia— Esa mujer tenía como cuarenta años, joder, no tiene nada que ver con eso.

—Oh, está bien —dice mi madre.

—Conocí a una mujer y me ofreció un trabajo. Un trabajo mejor —continúo—. Se llamaba Jessica, y trabajaba para una productora porno.

Veo cómo todo el color escapa de la cara de mi padre y prosigo.

—¿Cómo habéis podido mentirnos todo este tiempo? —suelto. Tenía pensado un discurso diferente pero esto es lo que me sale de dentro—. Siempre estáis pidiendo que confiemos en vosotros pero luego sois los primeros en mentirnos.

—Elliot... —murmura mamá—. ¿Cómo lo encontraste?

—Me dio una tarjeta con la web, y tú —digo, señalando a mi padre—... Tú estabas allí, joder.

En ese momento mi padre se levanta del sofá y se va escaleras arriba sin decir nada. Mamá esconde la cabeza entre sus manos y niega repetidamente.

See you at six (DDLC #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora