27. Elliot

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El desayuno con la familia Finlay es bastante extraño. Jared no se entera de nada de lo que está pasando, Kyle nos mira a Harper y a mí con ternura, y Dean emana hostilidad por todos sus poros. Creo que sigue sin tomarse bien que esté con su hija.

-Ah, por cierto, esta tarde me voy a Los Angeles con Elliot, estaremos allí todo el fin de semana -suelta Harper de repente, cuando ya ha terminado de desayunar.

-¿Esta tarde? -pregunta Dean, sorprendido-. Podrías haber avisado antes.

-Lo decidimos anoche -contesta ella.

-No termina de hacerme gracia... -dice Dean, y Kyle le golpea en el hombro.

-¡Dean! -le reprocha, y el mencionado rueda los ojos.

-Bueno, está bien -suspira-. Pero conduce bien, ¡y cuida de mi hija!

-Dean, que soy yo, no soy un tío al que conocéis de hace dos días -gruño.

-Bueno, ya terminaréis de explicarnos de qué va esto de Los Angeles esta tarde, ahora salid que aún llegaréis tarde -dice Kyle, y le doy las gracias en silencio.

Él sí sabe cómo salvar situaciones incómodas y cómo aplacar a Dean Papá Oso.

Tras recoger el desayuno, Harper y Jared suben a mi coche y paro unos minutos en casa para coger mis cosas del instituto. Cuando ya lo tengo todo, vuelvo a subir a mi coche y empiezo a conducir. Estoy un poco nervioso porque voy a hacer una locura y seguramente Harper querrá matarme, pero voy a hacerlo de todos modos.

Las primeras clases se me pasan volando. Le he contado a Dennis y a Mike lo que tengo pensado hacer y me apoyan, aunque también creen que Harper me va a matar.

Y por fin llega la hora. Suena el timbre que anuncia la hora de comer y recojo la libreta que he puesto sobre la mesa para hacer como que estaba tomando apuntes cuando en realidad estaba jugando con el móvil, y la guardo en la mochila para salir de clase.

-Tío, Harper va a asesinarte -ríe Dennis caminando a mi lado hacia la taquilla.

-Probablemente, pero soy original, no puedes negarlo -contesto, abriendo mi taquilla.

-Vas a quedarte sin sexo por meses -dice.

-Nah, nadie se resiste a Elliot Hank tanto tiempo, de hecho no sé ni cómo tú has podido estar conmigo tanto tiempo sin querer tema -le guiño un ojo en modo seductor y él hace una mueca de asco.

Tiro mi mochila y un libro en la taquilla de cualquier manera y la cierro para empezar a caminar hacia el comedor. Es entonces cuando veo a Olivia caminando hacia mí, emocionada.

-Dennis me lo ha contado todo -es lo primero que dice-. ¿Puedo grabarlo en vídeo?

-¿Se lo has contado? -le pregunto a Dennis-. ¡Si ni siquiera os habéis visto! Y no, Oliva, no puedes grabarlo.

-Que no me llames Oliva, gilipollas -gruñe.

-Se lo he contado por mensajes -contesta Dennis, encogiéndose de hombros.

-Qué pegajosos sois, con lo agresiva que es -suspiro, negando con la cabeza en señal de desaprobación.

-Ya me va bien que sea agresiva, sobretodo cuando foll... -empieza Dennis, y Olivia le golpea el estómago, a lo que él suelta un gemido de dolor.

-Lo que yo decía, agresiva -digo, y entro en el comedor.

Veo a Harper sentada en una de las mesas con dos chicas más y con una bandeja al lado, que debe ser la de Olivia. La mencionada vuelve a su sitio corriendo y se sienta, mirándome con una sonrisa. Si es que no sabe disimular.

Entonces me subo a una de las mesas y se hace silencio general en todo el comedor porque yo tengo mucha autoridad -vale, quizás sea porque no es muy normal que un tío se suba de pie en la mesa en medio del comedor-, y entonces hablo.

-¡Harper! -exclamo, y ella me mira con los ojos muy abiertos, como advirtiéndome de que no haga lo que sea que tenga pensado hacer-. No me mires así, deberías esperarte estas cosas de mí. Bueno, la cosa es que te quiero. ¿Lo habéis oído todos? ¡Quiero a Harper Finlay! Así que si alguien se acerca a ella, le cortaré el pene. O, bueno, la vagina también. Y no busquéis nada más de mí, chicas, porque estoy ocupado y voy a estarlo durante mucho, mucho tiempo.

Me bajo de la mesa y alguien empieza a aplaudir -seguro que ha sido Olivia, con lo emocionada que está- a lo cual todos se unen hasta que el comedor es un mar de aplausos y silbidos. Si es que tengo una labia. Me acerco a Harper, quien está roja como un tomate y, efectivamente, me mira como si quisiera matarme.

-Entonces, ¿serás mi novia, Harpy? -le pregunto, y ella me golpea en el hombro antes de lanzarse a mis brazos.

-Claro que sí, idiota -contesta, con su cara enterrada en mi cuello.

-¡Ha quedado genial! -exclama Olivia-. Lo he grabado igualmente, y si quitamos la parte de los penes y vaginas, ha quedado precioso.

-Oliva, estás destruyendo un momento romántico, fuera -digo, haciéndole una señal con la mano de que se vaya.

Bueno, por fin ella es mi chica y puedo decirlo en voz alta -cosa que ya he hecho, en realidad-.

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See you at six (DDLC #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora