-Que pensará Patricia de todo esto?- preguntó Kasandra, en tono de burla.
-Ella no tiene porque enterarse.
-Tan chica y apoyando las tonterías de tu hermano, Valeria?
-¿No seas zorra y cállate quieres?
-A quién le has dicho zorra, tarada?- Valeria la miró y se dió media vuelta para irse.
-¡Eres una estúpida niñita agrandada!- Kasandra siguió gritando, mientras Andy la sujetaba de los brazos, impidiendo que fuera tras de Valeria para pegarle.
-Tranquilisate, nos están mirando.
-¿Y eso qué? ¿A caso no has visto lo que me ha dicho esa estúpida?
-Sabes qué, yo me quito.
-Y yo?
-Bailale a alguien y seguro te va a querer llevar-le susurró, el rostro de Kasandra se llenaban de lágrimas.Pablo seguía divirtiéndose con aquella chica de tan sólo quince años, Benjamín hacía lo propio con una pelirroja de unos dieciocho.
-¡Pablo!- Valeria apartó a la jovencita, de forma brusca.-¡Ay, estás loca!
-¿Cariño, espérame un rato sí?- Pablo dijo esto, mientras acariciaba su mejilla.
-¿Qué quieres?
-¡Patricia es mi amiga!
-¿Y eso qué?
-No le digas que quieres algo con ella cuando no es cierto.
-Yo no le he mentido.
-Y quién es la imbécil con la que bailabas.
-A ella ni las conozco.
-Qué otra de tus amiguitas de turno?
-Deja de decir tonterías.
-Igual ya me quiero ir- exigió Valeria.
-Olvidaba que estás acostumbrada a que te consientan en todo ¿Y mis amigos?
-Vi a Benjamín irse con Andy, y a Kasandra con Carlos y Rubí.
-Bueno deja tu celular y vámonos.
-Espérate- empezo a buscar a alguien con la mirada.
-¿Esperas a alguien?
-Sí, mira- señaló la parte de arriba de la fiesta y luego levantó la mano para que Patricia los viera, sin saber que ella los había visto desde hace rato.
Patricia bajaba las escaleras, dirigiéndose hacia ellos, vestía un "top modareina" manga cero a rayas blanca y negras acompañado de una falda skater, Pablo no dejaba de verla ni un segundo, Patricia se dió cuenta, lo podía controlar, eso le alegró, después de haberlo visto bailar con aquella rubia, era como todos.
-¡Patricia! Estás muy linda.
-¡Vale! Gracias mi amor, tu también éstas preciosa- Pablo las miraba mientras reía para sí.
-Hola Patricia- saludó más en tono de pregunta.
-Hola- respondió cortante.
-¿Castigada no?
-¿A?
-¿Cómo has echo para venir si supuestamente estabas castigada?
-Lo estoy, pero le dije a mi padre que iba a estar en casa de Mia, estudiando.
-Que linda.
-¿Qué?
-¿Hiciste eso por mí?
-No, Valeria me dijo que venga, pero se le olvidó decirme que estabas tú, seguro porque sabía que no hubiera venido.
-Igual, nosotros ya nos ibamos.
-¿Y los demás?
-Tampoco te esperaron- Patricia lo miró furiosa.
-Ya cállense. Hay que quedarnos un rato y luego llevamos a Patricia a su casa.
-Como quieran- respondió Pablo, molesto porque Patricia había echo de todo por ir a aquella fiesta y no con él a los jazmines, sin saber que la principal razón por la que había ido ella era porque estaba segura de que él iba a estar ahí.
-No le hagas caso sí?
-Tu hermano no me importa.
-Si tú lo dices.
-Ay oye, contigo no se puede.
-Yo qué?
-Nada, mejor pedimos algo de tomar.
-Vale.
-¿Te fijas la hora por favor?
-Sí, un cuarto para la una.
-Mierda, no puedo llegar a esta hora a mi casa ¿Qué hago?
-¿Y si le dices a tu papá que te vas a quedar a dormir en casa de Mia?
-Sí ¿Y yo dónde duermo?
-En casa de Mia.
-Yo no le he dicho nada, eso le inventé a mi papá.
-¿Ahora que hacemos?
-¿En tu casa?
-Mi madre no va a querer- Valeria mintió por alguna razón.-¿Y en casa de Pablo?
-¡Estás loca! Será para que tu hermano me viole- ambas soltaron una carcajada.
-En serio, es lo único que nos queda, aparte conozco bien a mi hermano, es pendejo, pero no tocaría a una mujer si ella no lo quisiera.
-Y tu crees que le dejen.
-Creeme no eres la primera ni la última que va a entrar a su cuarto.
-Ah- cambió su cara, Patricia se sentía decepcionada, siempre esperaba algo de él. En eso llegó Pablo, aún molesto a Patricia le parecía super guapo.
-¿Nos vamos?
-Sí- respondió su hermana.
-¿Valeria, puedes dejarme hablar un rato con tu hermano?
-Sí claro, yo voy a escuchar música- dijo esto, sacando sus audífonos.
-¿Qué pasa?
-¿Puedo quedarme esta noche en tu casa?
-Pensé que nunca lo dirías- como de costumbre, lo tomó a la broma.
-No te rías, Pablo. No puedo llegar a mi casa a esta hora y menos vestida así.
-¿Y Valeria?
-Dice que su madre no lasl deja, creeme, no te pediría si tuviera otra opción.
-Eso dolió, Fernández.
-Detesto cuando todo lo tonas a la broma.
-Ya, no te enojes, entiende que nunca he echo esto.
-Que mentiroso que eres. ¿Por favor, sí?
-Bueno.
-¡Gracias, gracias, gracias!- lo abrazó fuertemente.
-Si querían follar, mejor se hubieran quedado en la fiesta- se burló Valeria.
-Lo siento- Patricia respondió totalmente avergonzada.
Llegaron a casa de Valeria, abrió su padre, quien desde que salió no dejó de mirar a Patricia junto a Pablo.
-Hola hijita- saludó, dándole un beso en la frente.
-Hola papá.
-Entra a la casa, tienes que descansar.
-Hola hijo, hola niña.
-Hola señor.
-Hola.
-Pablo, ven un momento por favor.
-¿Qué quieres papá?
-¿Quién es?
-No te importa.
-Guardaste los condones que te di, me supongo.
-Con todo respeto señor, no soy las amigas de turno de su hijo, el sólo ofreció llevarme a casa.
-Disculpa niña.
-¿Cuando dejarás de avergonzarme papá? Te odio- susurró Pablo.
-Vamos.
-Hasta luego señor.
-Hasta luego.
-¿Estás bien?
-Odio que mi papá se meta en todo.
-No me molestó lo que dijo.
-A mi sí.
-¿Por qué?
-Todo lo que venga de él me molesta.
-Pero no lo culpo respecto a los condones, seguro ya sabe que te acuestas con una y otra.
-Cállate. Yo ya no hago eso.
-Pues que bueno ¿Sabes que te puedes enfermar no?
-Sí, por eso lo deje de hacer... Y por ti.
-¿Por mí?
-Sí.
-No creo.
-¿Por?
-Habrá sido por Luz, Celeste, Ximena, o aquella nena de cabello rubio con la que bailabas.
-¿Te contó Valeria?
-<<Yo lo vi, había ido por ti, pero tu habías ido por ella>>
-No, a ella la vi allí.
-¿Y por eso bailaron? ¿Así haces?
-¿Qué?
-Bailar con todas las que recién conoces.
-No, hice una apuesta con Benjamín, tenía que demostarle que no estaba enamorado de ti, perdí.
-No creo, te vi bien entretenido. ¿Y yo?
-Yo estoy enamorado de ti, Patricia.
-¡No! ¿Soy una apuesta?
-¡No! Todo lo que te he dicho es verdad.
-No parece.
-Haré que paresca.
-Eso espero.
-Llegamos.
-Bueno, toca el timbre.
-No, tendremos que entrar por mi cuarto.
-¡Qué!
-Tranquila, sé como hacerlo.
-¿Y yo?
-Te voy a ayudar.
-Bueno.
Patricia veía a Pablo subir la reja que cubría su casa, logró saltar, pero se raspo, era hora de que saltara ella, negó su ayuda, en realidad no la necesitaba, parecía haber echo eso varias veces, sin embargo al igual que Pablo, cayó casi raspandose, pero esta vez él la agarró. Luego subieron las escaleras que daban para el cuarto de su madre, hubiera sido más fácil si ese hubuera sido su cuarto, el de él era el de la izquierda. Subió cuidadosamente sobre la baranda de aquella escalera, sujetándose con una mano en el borde de la pared y con la otra en la ventana de su cuarto, que felizmente no era tanta la distancia y siempre estaba abierta, ella estaba nerviosa, no se perdonaría si le pasaba algo, lo estaba haciendo por ella, cruzó, se sintió alivida, ahora era él quien estaba nervioso, se sentía culpable de hacerla entrar por ahí.
-Tengo miedo.
-Tranquila, te vas a sujetar de mi.
-¿Y mi mochila?
-Tirala.
-Toma.
-¿Qué tienes, piedras?
-Ropa.
-Vamos.
-Bueno, ahí voy.
Subió a la baranda, agarró fuertemente la mano de Pablo, con la otra agarró el borde de la pared, luego se soltó, casi cae, pero Pablo la jaló. Se sentaron sobre la cama.
-¿Tercera vez que te salvo la vida?- ambos rieron.
-¿Tercera?
-Sí, te vas a quedar en mi casa para que ni te griten.
-Una ¿Qué más?
-Casi te raspas en la reja, y te agarré.
-Y esta- le dió un beso en la mejilla en forma de agradecimiento, se moría por hacerlo.
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SENTIMIENTOS ENCONTRADOS
Random-Patricia ¿Estás bien? No era para tanto- le dijo Pablo, agarrándole de la muñeca, deslizó sus dedos en la palma de ella, Patricia sintió un ligero cosquilleo, miró su muñeca, luego lo miró, por fin lo hizo, a pesar de haberlo evitado desde que lo b...