Capítulo 15

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-¿Cómo es que siemprw estás cuando te necesito?
-Me importas mucho, es eso.
-Eso es bueno.
-Tienes que llamar a tu papá.
-Cierto, debe estar preocupado.
-¿Tienes para llamar?
-No.
-Ten, llámalo.
-Gracias.
Patricia llamó a su casa, respondió su papá, estaba más que molesto, pero aliviada por la llamada de su hija.
<<Papá, no la voy a despertar, Mia a estudiado mucho y está súper cansada>> Gonzalo creyó todo, su hija nunca le había fallado, al menos no había sido descubierta por él. <<Bueno papá, me voy a descansar, cuidate>>.
-¿Qué tal me veo?- Patricia soltó una carcajada de los nervios. -¿Qué es tan gracioso?
-Pues tú.
-Yo creo, mas bien, que te he puesto nerviosa.
-Noo.
-Pues me tendrás que perdonar, pero siempre duermo en boxer.
-¿Hasta con este frío de mierda?
-Pero si yo tengo calor- se le acercó más.
-Bien por ti- lo apartó.
-Tranquila, te estoy jodiendo.
-Si tú lo dices.
-¿Y piensas dormir así?
-Cierto. Solo tengo mi uniforme.
-Espera.
-¿A dónde vas?- susurró Patricia, mientras lo seguía.
-Ve a mi cuarto.
-Ay, ya.
La madre de Pablo se encontraba en su cuarto, se había quedado profundamente dormida. Pablo entró silenciosamente y sacó del clóset de su madre, un polo rojo, algo grande, se fue, sin antes darle a su madre un tierno beso en la mejilla, Patricia, quien no había echo caso en quedarse en el cuarto de Pablo, y lo había seguido, vio aquel gesto, se dió cuenta que Pablo solo lo mostraba con su madre y con ella. Rápidamente volvió al cuarto de Pablo.
-Toma, es de mi madre.
-Gracias ¿Me prestas tu baño o sales del cuarto?- ahora Pablo empezó a reir. -¡Oye no te rías!
-Calma, pero no sabes cuánto me moría por ver como te cambias.
-Puedes imaginarte detrás de la puerta.
Pablo siguió su consejo, la imaginó ponerse aquel polo rojo, ella abrió la puerta e interrumpió su sueño, para él estaba más linda de lo que se había imaginado.
-Te queda bien.
-Lo dices porque a las justas y me tapa el culo.
-Das risa.
-¿Ya podemos dormir? Estoy muy cansada.
-Tranquila, no te exites.
-¿Qué?
-No te culpo, vas a dormir conmigo.
-Sabes que tú humildad es lo que más me gusta?
-Hasta que lo admites.
-Ya! Quiero dormir.
-Duerme- dijo esto mientras se echaba a su cama.
-Oye! ¿Y yo dónde duermo?
-Haste un espacio, el cuarto es amplio.
-Imbécil- sacó ropa de la cómoda de Pablo y la tiró al piso, durmiendo sobre ella.
-¿Qué haces? ¿Estás loca?
-Haciendome un "espacio".
-Tarada.
-Imbécil.
-Era broma, échate a la cama.
-Yo a lado de la pared.
-Como quieras- cerró su puerta con seguro, se echó junto a ella y la tapó.
-Gracias- acarició su cara. -Es raro todo esto.
-¿Qué cosa?- sonrió.
-Dormir con alguien que a veces odio y a veces amo, pero más amo que odio.
-Yo sólo te amo.
-Descansa imbécil.
-Sueña conmigo tarada- giró, dándole la espalda, acostumbraba dormir mirando a la ventana, ella puso su brazo sobre la cintura de él, él agarró su mano, ambos estaban cansados, ambos cayeron dormidos juntos.
Al rato Fabiana intentó abrir su puerta, otra vez "cerrado" pensó, al menos ya sabía que su hijo había llegado.
-Tarada- susurró Pablo.
-Imbécil, tengo sueño.
-¿Faltamos?
-Estás loco, seguro hoy mi papá me va a recoger- se levantó bruscamente.
-Bueno, tenía ganas de quedarme contigo.
-Recuerda que anoche la has seguido cagando.
-Te lo sabre recompensar.
-Ojalá.
-Espera.
-¿Vas a ver a tu mamá no?
-Sí, de seguro ya se fue pero por si acaso voy a ver.
-Okey.
Pablo se dirigió al cuarto de su madre, no estaba, se había ido a trabajar, moría de hambre y fue a la cocina, agarró un pedazo de torta de naranja y dos cucharas, se lo llevó a su cuarto, demoró tanto y Patricia supuso que estaba hablando con su madre, esperó un rato y aprovechó en ponerse el uniforme, pero Pablo la interrumpió, entró cuando ella se había quitado el polo rojo, solo estaba con ropa interior.
-¡Pablo! No te quedes ahí mirandome como baboso.
-Mi madre no está.
-¿Y dónde está?
-En su trabajo, supongo.
-Hay, eso no importa!
-Tienes un cuerpazo, perfecto- le agarró de la cintura.
-Pablo, apartate- esta vez lo dijo molesta.
-Lo siento- salió del cuarto. Patricia se cambió rápidamente aunque aún era temprano.
-Entra.
-¿Le bajaste a tu histeria?
-¿Qué histeria imbécil?
-Nada ¿Quieres comer? Traje torta.
-Hay sí, me muero de hambre!
-Jaja, ten.
-¿Y tú?
-Hay más.
-¿Quieres que te sirva mientras te cambias?
-Prefería que te quedes a verme.
-Noo- sonrió mientras se iba.
Cortó la torta como había dicho y sirvió dos tazas de café, él la observaba servir, se había cambiado rápido.
-Sabes que eres demasiado perfecta como para ser real?- dijo mientras la observaba servir el desayuno.
-Sabes que trato de que sólo conozcas mi parte perfecta.
-Conoceré todo de ti y aún así te seguiré amando, Patricia- intentó besarla.
-¿Desayunamos?-
-Sí- ambos se sentaron, y callaron un rato. -¿Te puedo hacer una pregunta?
-Sí, dime.
-¿Por qué no haces lo que quieres?
-No entiendo.
-Yo sé que te gusto, no sólo eso, nos queremos, pero no quieres estar conmigo.
-A ver, espera, que yo sepa tú nunca me has pedido para estar ¿Okey? Y si así fuera, no basta gustar o querer, no podría confiar en ti, eres muy pendejo- hubo un largo silencio.
-Disculpa.
-Está todo bien, sólo te aconsejo que si quieres que eso cambie lo puedes hacer.
-¿Y cómo?
-Tú sabes cómo. No la cargues.
-Vamos?
-Sí- agarraron sus cosas y se dirigeron al colegio.

Llegaron y las miradas de casi todo el colegio se dirigieron hacia ellos, algunas chicas de segundo comentaban lo bien que se les veía juntos, las de tercero morían de envidia, los de quinto empezaron a molestarlos, Pablo fue con sus amigos, rápidamente Ximena, Xiomara y Kasandra se acercaron a Patricia.

-¡Patricia! Ya no puedes negar que estás con Pablito- dijo Kasandra, entre molesta y burlona.
-No nada.
-No lo niegues, bien que te mueres por él- agregó Ximena, con expresión antipática.
¿De qué hablas?- esta vez respondió riendo, quería causar una duda en ellas, sabía que les iba a molestar, sobre todo a Ximena.
-Yo te entiendo, está mas bueno- se río Xiomara.
-¡Cállate! Tú que sabes oye- empezaron a decirle Ximena y Kasandra.
-Hasta luego chicas- se fue riendo.
Entró a su salón, la quedaron viendo, tranquila saludó a todos, le pareció que Celeste había dicho algo sobre ella a las "Locas BTS" como ella les decía, se llevaba bien con ellas, pero con Celeste siempre había una mala vibra, luego saludó a sus amigos; Benjamín conversaba con Andy y Victoria, Pablo con Carlos y los gemelos de quinto, Mia se le acercó.
-Cuéntame todo.
-Si llegué a ir.
-¿Qué tal estuvo?
-Ahí. Tu mamá no quiso que vaya a tu casa cierto?
-Sí lo siento.
-Calma, me alegra que no haya querido.
-No entiendo.
-Me quedé en casa de Pablo.
-¡Lo hicieron!
-Cállate.
-Lo siento, nadie escuchó.
-No lo hicimos babosa, tengo dieciséis!
-Ay ya, era una broma.
-Me dijo para estar.
-¿Qué? ¿Cómo?
-Con una estúpida indirecta.
-Que mala forma, se pasó ah.
-Sí, lo sé.
-¿Si te lo hubiera dicho en serio qué le hubieras dicho?
-Le hubiera dicho que sí, lo quiero mucho como para dejarlo ir- terminó de responder cuando se dió cuenta que Pablo había escuchado, se le había marcado una gran sonrisa sobre su perfecto rostro, ella también le sonrió avergonzada.

SENTIMIENTOS ENCONTRADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora