Las lágrimas caían y caían, escuchar las palabras de Hyumin me entregaron mucho más valor de lo que tenía, a partir de ese momento ya no habría nadie que se interpusiera en que recuperará a mi familia, la cena familiar iba a ser el detonante de toda esta mentira.
Solo faltaban cinco días para que mis padres, los señores Cho me explicaran la verdad, en esa oportunidad ya no aceptaría mentiras, solo quería escuchar la verdad de su propia boca, confirmar lo que dijo Heechul, sé que nada hará que el tiempo retroceda, solo depende de mi recuperar a mi familia.
Me limpio las lágrimas, nunca más caeré, esta fue la única vez que permití que hicieran daño a las personas que amo, a partir de ahora nadie puede acercarse a ellos, nadie los hará sufrir más de lo que ya sufrieron, debo de arreglar muchas cosas, situaciones que quizás me ayuden o quizás me hundan más de lo que ya estoy.
Siento que Sungmin comienza moverse del lugar donde está recostado, su acción hace que todos los pensamientos me abandonen y lo mire con cierta curiosidad, él se despierta y me mira, ambos nos miramos fijamente sin decir una sola palabra.
Sungmin ahora no tiene ese brillo en los ojos, esa luz que lo caracterizaba cuando ambos estábamos juntos, es difícil aceptar que no pueda recordar nada cuando yo si tengo todo claro y cada noche sueño con ese trágico accidente que logró separarnos.
-¿Te encuentras bien?-Sungmin logra que nuevamente llegue a la realidad, mis ojos siguen posados en él, no tengo palabras, no hay absolutamente nada que tenga que decir.
-¿Te quedaste mudo?-sonrio ante sus palabras y el hace lo mismo, el ambiente es tranquilo, todo es cálido y agradable cuando estoy con él, la cursilería se apodera más de mí y no puedo evitarlo, cualquiera que leyera mis pensamientos estuviera burlándose de mí y mi orgullo estuviera pisoteado como lo hace Hyumin cuando tiene oportunidad.
-No, puedo hablar perfectamente, lo siento, no quise que te preocuparas y menos que dejaras de trabajar-le contesto, veo como Sungmin al escucharme vuelve a sonreír.
Extrañaba su sonrisa, estar con él, poder tocarlo como antes lo hacía, mi cama se siente sola ahora que él no está a mi lado, fue difícil acostumbrarme a no tener su calor, a no mirarlo en las mañanas cuando apenas el sol aparecía en el firmamento.
Cuando descubrí la verdad de todo, quise mandar todo al diablo y buscarlo, sin embargo, Kibum hizo que entrara en razón, después de todo tenía que escucharlo y analizar sus palabras, lo único que puede ayudarme en este momento muy aparte de hacer hablar a mis padres es que Sungmin recuerde.
-No fue nada, eres el niñero de Hyumin, y era lógico que me preocupe por ti, trabajas para mí, me ayudas mucho-lo que dijo me dejo inquieto de una u otra manera, no entendía y menos comprendía el porqué.
-Debo irme-contesto, no quería estar ahí, no me sentía cómodo con Sungmin, sus palabras fueron duras, debía entender que ya las cosas no eran como antes, me costaba demasiado aceptarlo, no quería hacerlo.
-¿Estás seguro?-me pregunta levantándose de la silla y saliendo de la habitación, ¿Qué debía de decir?, como pude me solté del abraso de Hyumin, la abrigué con el cobertor, no quería que se refriara.
Me coloqué los zapatos y salí hacia la sala, lo más seguro era que Sungmin se encontrara en la cocina, sentía cierto temor al acercarme a él, en las dos oportunidades que lo hice me preguntó si en realidad nos conocíamos, en las dos oportunidades lo negué, conocía a Sungmin y algo dentro de mí me decía que no se quedaría tranquilo y cuando hallase la oportunidad precisa volvería a interrogarme.
Y como antes lo había sospechado Sungmin estaba en la cocina refregando unos utensilios, en esos dos días la cocina fue testigo de dos besos, dos entregas que me llevaron a recordar el pasado, a sentirlo nuevamente dentro de mí.
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Mi Niñero Favorito..Y se llama Cho Kyuhyun!
FanfictionPareja: Kyumin Tipo: Yaoi Género: Fluff Clasificación: M-preg - RG13 Advertencias: Ninguna. Autora: ✯Mei Mei✯ Descripción: Narra la historia de un hombre que nunca pensó en que había tenido un hijo con la persona que siempre amo, un lamentable acci...