Te Odio (Luke Hemmings)

1. Bienvenido al infierno

CLARA

Clake. Así nos llamaron a Luke y a mí. Nos habian dicho infinidad de veces que éramos la pareja más tierna que habían visto. 

Todavía no entiendo qué fue lo que pasó, en qué momento se fue todo tan a la mierda. Todo eso fui pensando mientras caminaba sola hacia mi casa, luego de devolverle a Luke el collar que me había regalado y huir de su lado. No podía quedármelo, me recordaría a él. 

Necesitaba comenzar a olvidarlo. Era horrible tener que hacerlo, porque no solo perdería a mi novio. Sino también a un amigo. Un gran amigo. Sería tirar a la basura 3 años de la mejor amistad que tuve en toda mi vida.

Llegué a mi casa. No había nadie, seguro mi madre estaría trabajando. Solo estaba mi perra, Emma. O Alfred, sonreí al recordar ese nombre. Así era como Luke la llamaba cada vez que la veía. Nunca supe el por qué, pero me causaba gracia.
En ese instante recordé todo lo que había pasado, y me senté en el sillón. Estaba triste, no por haber terminado con él. Estaba triste porque ahora él creía que yo ya no lo quería y probablemente no querrá volver a hablar conmigo. Sentí impotencia. Demasiada.
Fue recién ahí cuando me di cuenta de que estaba llorando. ¿Tan débil soy? No pude contenerme. Y seguí llorando. Fue lo único que se me ocurrió para desahogarme.
Un segundo.
Hay otra alternativa.

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LUKE

Era raro pensar que a la que ayer le había enviado "Ve a dormir, mi ángel. Te hará bien, ok? Te amo" ahora era la misma a la que odiaba. O por lo menos tenía que odiar.
Me tomé el 135, el bus de todos los días. Y me ubiqué en el último asiento, así nadie tendría que ver al idiota de los auriculares con cara asesina. Todavía no caía en la realidad.
Desgraciada.

2 meses. 2 putos meses pasé dándole todo lo que merecía. La acompañaba a su casa. La consolaba. La invitaba a salir. Le daba regalos. Estaba pendiente de ella por sobre todo lo demás.

Todo. Absolutamente todo le di. Y su "agradecimiento" fue este. Desgraciada.
Llegué a mi casa. Estaban mis dos padres.
-Hola Lukey! ¿Cómo estás?-Me dijo mi madre.
-Hola ma, bien.-mentí.
-¿Te pasa algo? Tienes los ojos llorosos.-¿QUE? Tenía razón. Clara había logrado que tenga los ojos llorosos. Desgraciada.
Sin embargo, no podía dejar que mi madre descubra el motivo. Significaría una charla con mis padres, y en estos momentos no era lo que más me complacía.
-No pasa nada. Me voy a mi cuarto.-Dije, y rápidamente me fui.
Me dolía evitar a mis padres, pero tuve que hacerlo.
Casi sin darme cuenta, la furia se apoderó de mí. Comencé a dar puñetazos a la pared. Cada vez con más fuerza. Sentía demasiado enojo en esos momentos. Todo gracias a Clara. Desgraciada.
Cuando acabé, y me quedé sin fuerza, me acosté en mi cama, mirando al techo.
¿Y ahora? ¿Qué mierda hago?
Simplemente cedí a los impulsos que mi cerebro me estaba enviando hace hora y media.
Saqué mi celular.
Abrí Skype.
Llamé a Tyler.
-¿Hola?
-Hola Tyler. Jugamos GTA?

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