Primer encuentro

5.4K 222 114
                                    

Piccolo se encontraba meditando tranquilamente cerca de una cascada mientras trataba de relajarse, hacía pocos meses los Nameks habían vuelto a su nuevo planeta al cual habían bautizado como NuevoNamek.

Se sentía un poco nostálgico debido a esto ya que había decidido quedarse en la Tierra en lugar de volver con los de su raza, en el fondo veía su vida demasiado aburrida. Sin embargo, no paraba de pensar en que el realmente no pertenecía a este planeta, y su vida de todas formas era, en cierto modo, aburrida.

Si no había algún malvado monstruo al cual enfrentarse su vida era sumamente monótona, sólo veía pasar los días lentamente mientras se entrenaba física y mentalmente para volverse más fuerte.

El tema de dominar al mundo había quedado en el pasado, Goku había muerto ya una vez, y con ello la muerte de su padre vengada, ya no le veía ningún sentido a seguir con sus planes de dominar el mundo

Estaba muy confuso. Su vida había cambiado en esos últimos años de una manera drástica e inesperada tras el entrenamiento que le había dado al pequeño Gohan, el hijo de Goku. Su carácter se había vuelto más blando y su maldad desaparecía poco a poco, quitándole toda importancia a la misión que su padre le había encomendado.

Debido a esto ya no le veía objeto a vivir en aquel planeta. Todo esto lo ponía muy nervioso y por este motivo dedicaba tardes enteras a la meditación. "Tal vez debí haberme ido a NuevoNamek" Pensaba constantemente.

Algunas veces Gohan solía interrumpir constantemente su meditación, dándole un poco de vida a su monótona y aburrida vida, aunque en el fondo le molestaba verse interrumpido en aquella fase de paz.

Pero éste era un mal menor, ya que las interrupciones del chico le hacían olvidar un poco aquellos extraños pensamientos que constantemente lo agobiaban. Y por supuesto, este día no sería la excepción.

Antes de que pudiera empezar con su entrenamiento algo nuevo se presentó, una nave espacial, poco similar a una nave saiyayin, caía del cielo rápidamente como si fuera una estrella fugaz y ésta se estrella contra la tierra en lo profundo de un bosque causando una gran explosión. Al poco tiempo aparecen 2 naves espaciales más estrellándose contra la tierra

Eso en serio que le llamó la atención, no era muy común ver una nave espacial impactarse. Aunque... por otro lado, ya tenía algo que rompiera su aburrimiento en aquellos momentos.

Cuando se dio cuenta, ya se encontraba en camino al cráter dejado por la onda de choque.

Se preguntó si debía de preocuparse por aquello. Por un lado, esto siempre ha significado el arribo de problemas para él y los demás.

Además significaría que nuevamente tendrían que pelear contra lo que fuera que llegara dentro de esas naves... que fastidio, lo que menos necesitaba en esos momentos era que lo perturbaran en su búsqueda de una respuesta... a pesar de que aun no tenía la pregunta correcta.

Cuando llega al lugar de aquella explosión, en ese enorme agujero que parecía tener el mismo tamaño de un cráter de la luna, la compuerta de la nave se abre y aparece un individuo vestido de una túnica totalmente marrón un tanto rasgado y comienza a correr buscando refugio.

Al poco tiempo, luego que esas otras dos naves aterrizaran, aparecen dos monstruos con aspecto reptiliceas de piel verdusca y escamosa, ojos grandes y saltones de color rojo, de cabeza ovalada, largas y filosas garras que parecían navajas y con cola larga (no muy larga) con púas en ellas atacando con bolas de energías al sujeto que estaba huyendo de ellos, lógicamente se trataba de una persecución

Aquello le pareció extraño, generalmente luego de que una nave llegaba y salía su ocupante, comenzaba una ola de destrucción y muerte a su paso... Definitivamente algo andaba mal.

El primer amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora