La fuerza más poderosa del mundo

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Cuando la luz cesó, todo había vuelto a la normalidad.

-Goten... ¡Goten! —Oyó que una voz lo llamaba y lo sacudía levemente por el hombro.

El peli negro parpadeó, recobrando el sentido

-¿Trunks?- se reincorporó poco a poco.

-¡Vaya, hasta que despiertas!

-¿Qué pasó? No recuerdo nada- miró por los alrededores

-No lo sé, estoy igual que tú- le dijo.

Al poco tiempo, unos quejidos le llamaron la atención.

-¡Mira Trunks, es Krilin!- le señaló Goten con el dedo índice, el cual tocía sacudiéndose el exceso de polvo y rocas

-Ten Shin Han y Yamcha también- observó como el triclope lo ayudaba a levantarse, enroscando su brazo alrededor de su cuello.

-¡Krilin!- le llamaron los más pequeños acercándosele

-¿Ah? ¿Goten? ¿Trunks?- parecía desorientado- ¿Q-qué fue lo sucedió?

-Nosotros íbamos a hacerte la misma pregunta- respondió el peli violeta

-Oh...- soltó como entendido- ¿Y Piccolo? ¿Dónde está Kalula?- se le ocurrió preguntar.

-Tampoco sabemos eso- le dijo Goten, curvando las cejas

El adolescente sobrevolaba la ciudad, buscando alguna señal de los demás. La capital estaba completamente destruida.

-¡Papá! ¡Sr. Vegeta!- aterrizó, observando a su padre emerger entre los escombros.

Al poco tiempo, un gran muro se vino abajo apareciendo el príncipe, quien se limpiaba la sangre que brotaba de su labio inferior con el dorso de su mano izquierda.

-¿Se encuentran bien?

El saiyajin vestido de naranja sonrió, mientras que el guerrero orgulloso sólo masculló.

-¿Qué fue lo que sucedió?

-No estoy seguro, lo único que recuerdo es a Kalula usando ese poder legendario...- respondió dubitativo, tratando de concentrarse en las pocas imágenes que venían al azar en su mente.

-Pero Akuma... ¿Qué pasó con él?- insistió

Goku alzó la vista al cielo

-No logro sentir su Ki.

La mirada de Gohan se iluminó, dibujándole una sonrisa en el rostro pero al recordar lo que se requería para el exterminio de ese monstruo, éstas se borraron de inmediato. Vegeta, quien había escuchado la conversación, solo parpadeó enfocando su mirada a lo lejos.

-Kim, Kun, ¡Despierten!- les llamó el etherion de la melena, elevando un poco la voz.

Ambos despertaron al mismo tiempo, soltando unos quejidos involuntarios de sus gargantas y algún que otra queja por el dolor.

-Mi cabeza...- se quejó el judoca, tomándosela con una mano hasta que de pronto recordó algo importante- ¡Akuma! ¿¡Y Akuma dónde está!? ¿¡Sigue vivo!?- se alarmó

-Todo lo contrario Kun...- le tranquilizó el arquero, sin mirarlo.

-¿Ganamos?- inquirió incrédulo el esgrimista, Kentaro cerró los ojos siendo esa su respuesta

Unas sonrisas enormes se dibujaron en los rostros de cada uno, en señal de triunfo.

-¡Sí! ¡Kaila nos salvó! ¡Asi se hace hermanita!- exclamó alegre Kunihiro

El primer amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora