Una explosión ¿Una señal?

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Ella poco a poco abre sus ojos recobrando el conocimiento y se sienta en la cama

 -¿A que hora me quede dormida? – se levanta y sale de la habitación

Camina silenciosamente por el pasillo y en eso pudo escuchar los pequeños ronquidos provenientes de los saiyajin de sus habitaciones, apenas podía oír el canto de las aves y al notar que los rayos solares aún no habían entrado por las ventanas entibiando la casa, dedujo que eran aproximadamente las 5:00 a.m.

Una vez afuera, decide ir al lugar del entrenamiento para poner en practica lo que le había enseñado el saiyajin y además... Akuma la estaba buscando enviándole sus sirvientes a la tierra, si quería enfrentarlo de una vez por todas tenia que hacerse más fuerte asi que sin perder mas tiempo se dirigió a lo profundo de las montañas

Cerca de la cascada se encontraba cierto namekusei entrenando mentalmente en su pose de meditación, estaba pensando en lo ocurrido anteriormente... "¡SOMOS LOS FIELES SIRVIENTES DE NUESTRO AMO, AKUMA!... ¡ESA MUJER ES NUESTRA PRISIONERA!... ¡ANSATSUKEN!..."

-¿Quién demonios es akuma? – Se preguntaba en voz alta mientras imaginaba a un demonio – ¿Por qué esos monstruos están persiguiéndola? Me parece muy extraño que nada mas vengan por ella y no destruyan la tierra... – una breve pausa – si goku no piensa hacerla hablar, tomare yo mismo este asunto – dijo decidido y curiosamente observa a la chica caminar por un sendero — "Hm, hablando del diablo..." – pensó el namekusei – "Esta es mi oportunidad" – dicho esto, dejó su posición frente a la cascada y se apresuró hasta la figura de la chica.

Ella se detuvo cerca de un lago y se dispuso a quitarse los vendajes, a decir verdad se estaba empezando a cansar de ellos, no quería que los guerreros estuvieran salvándole la vida todo el tiempo y resultar lastimada por las batallas... Era algo desalentador y perturbante no ser tan fuerte y resistente como ellos

Piccolo la observaba desde el cielo a una distancia corta de ella, a unos 15 metros aproximadamente. Sabía que ella aun no podía sentir el ki del oponente, no tenia de que preocuparse si estaba a una distancia tan corta de la chica y si se lo propone, podría atacarla en este preciso momento, era un blanco fácil pero mejor no, decidió echar un vistazo por curiosidad

La joven respiró profundamente para calmarse y empezó a concentrar su ki en sus manos siguiendo las instrucciones de goku al pie de la letra, poco a poco una diminuta esfera dorada apareció iluminando el rostro la chica, lo había logrado. A diferencia de la vez anterior, esta vez no le costó trabajo hacerlo

-"No esta mal... Para una principiante" – opinaba piccolo mientras miraba

Ahora lo único que tenía que hacer con ese poder era liberarlo pero antes que pudiera soltarlo en una montaña de rocas, el ki desapareció inexplicablemente de sus manos

-"Se nota que es una novata en esto" – se mofa de ella – "para expulsar el ki tiene que adueñarse de sus movimientos, veamos si lo descubre"

Ella repite el mismo proceso varias veces pero con el mismo resultado... ¿Por qué? Si seguía las lecciones del saiyajin tal y como se lo había enseñado ¿Por qué el ki desaparecía? ¿Qué estaba haciendo mal? Tras varios intentos fallidos, decidió dejar el control de ki de un lado y proseguir con la técnica de vuelo

Comenzó a enfocar su ki mirando hacia abajo y al poco tiempo una leve corriente de aire aparece en la parte inferior de su cuerpo haciendo que se formara una especie de hueco en el césped.... Ya había fallado tratando de controlar el ki, ¡no podía hacer lo mismo con la técnica de vuelo!

Consigue volar, finalmente, pero no estaba satisfecha con tan solo elevarse a unos 3 metros del suelo. Ante la falta de altura cerró fuertemente los ojos para concentrarse mejor, cuando sintió una repentina elevación, abrió los ojos de golpe y se vio flotando a unos treinta centímetros del suelo. Pensó en repetir lo anterior, esta vez con los ojos abiertos para comprobar que era verdad. Avanzó poco a poco, hasta que, en un punto, los avances fueron cada vez más largos, ahora intentaría hacerlo sin tener que mirar hacia el suelo, ya se encontraba por encima de las copas más altas cuando alzó la mirada, y se sorprendió al ver la figura de ondulante capa blanca frente a ella. Esto la tomó por sorpresa y, desafortunadamente, perdió la concentración de lo que estaba haciendo y casi de inmediato sintió su larga y peligrosa caída.

El primer amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora