Lo más valioso para mi

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Han pasado cinco dias y aún no tenían noticias de Akuma ni de Zira, cuando desaparecían de esa forma solo significaba una cosa: Más problemas a futuro

Piccolo y Kalula se estaban viendo con menos frecuencia, conversaban a medias y entrenaban cuando podían. Desconocidamente para ellos, extrañaban la presencia del otro y no poder entrenar como lo hacían de costumbre.

Últimamente el etherion de la melena la estaba vigilando más de lo habitual desde lo que ocurrió aquella noche, a donde sea que fuese él estaba ahí... ¿Qué le estaba pasando?

Kojiro era un muchacho temperamental, un tanto impaciente, actuaba de manera impulsiva (más que su hermana), introvertido y desconfiaba de la gente, sin duda era el más difícil de tratar pero tambien tenia su lado bueno; es muy buen compañero, valiente, leal hasta el extremo, accesible cuando tiene la guardia baja y muy sobreprotector dispuesto a arriesgarlo todo cuando veía a su familia y aquellas personas más cercanas a él en peligro. Esa era sin duda su mejor cualidad

Pero desde hacía un par de días, la idea de que Kalula pudiera entrenar, hablar o incluso ver a aquel namekusei le ponía de mal humor. Y aún cuando estaba consciente de que Piccolo no era algo que probablemente tomara en cuenta; Kojiro no quería que se acercara a su hermana

Ese dia en las montañas, Kalula comía a gusto su almuerzo para ir a entrenar con Piccolo aprovechando que Kojiro aun seguía dormido, la verdad le extrañaba no verlo tan seguido. Kentaro, que la miraba fijamente mientras comía, se mostraba pensativo a diferencia de Kim que veía la televisión y Kunihiro sonreía un tanto divertido.

-Gracias por la comida, estuvo delicioso- dijo tras haber terminado con una sonrisa.

-Que linda Kalu, me alegra que te haya gustado- le dijo Kunihiro sintiéndose halagado

-Has mejorado en tus artes culinarias- agregó el esgrimista

-Ya lo creo, hasta limpiaste el plato- dijo un tanto divertido

-Hablando de plato...- observó que el glotón de la familia no se encontraba en la mesa- ¿Alguno de ustedes sabe donde esta Koji?

-Cuando yo lo vi, estaba durmiendo- respondió Kunihiro levantando la mesa junto con su hermana

-Que raro, apenas siente el olor a comida, es el primero en arrasar con todo- agregó- Bueno, al menos mis oídos podrán descansar- soltó de repente hamacándose con la silla

-¿Porqué lo dices?- le preguntó la peli verde desde la cocina

-¡Je! Si que tienes el sueño pesado ¿Eh?- comentó arqueando una ceja, ella ladeo la cabeza sin comprender- ¿No escuchaste los ronquidos de carcacha descompuesta anoche?- bromeó, Kalula no pudo evitar soltar una carcajada

-No, la verdad no. Por eso duermo con la puerta cerrada- contestó sonriendo, éste suspiró.

-¡Que suerte que tengas la habitación para ti sola!- se quejo el otro

-Es la ventaja de ser mujer- dijo ella mientras secaba los platos

-No se como te las ingenias para dormir Kenta- éste lo mira de reojo- ¡Yo me volvería loco!

-Yo también- le apoyó Kunihiro

-Años de práctica...- contestó casi en un suspiro. Se levanto de su asiento y se dirigió hacia la cocina- Kalula, yo lavaré los platos

-¿Eh?- lo miró algo extrañada- pero Kenta, eso lo hiciste antes de ayer. Es mi turno ahora, esta escrito en la pizarra- le señaló, el joven solo la miraba seriamente y no muy convencida, le cedió su puesto

El primer amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora