La extracción

582 36 2
                                    

Era un nuevo día en la montaña, el sol de la mañana brillaba con todo su esplendor alumbrando todo a su alrededor, el cielo estaba despejado y el viento se mecía entre los árboles lentamente en un vaivén

La joven sintió cómo los rayos de sol se colaban por la rendija de la ventana le daban de lleno en los ojos, y poco a poco los abrió. Había pasado una noche larga: Lágrimas, sangre, dolor, miedo, dudas luego frío... Si, sin duda fue una de las mas difíciles pero lo único bueno que podía rescatar fue la llegada del namekusei quien inesperadamente fue a buscarla, de no haber sido por él probablemente aún estaría oculta en aquella cueva

-Piccolo...- murmuró ella

Lucía un semblante pacífico, armonioso esbozando una sonrisa que reflejaba su paz interior. Se sentó en la cama y llevó ambas manos a su pecho, se sentía bien, una sensación de calidez recorría todo su cuerpo que por un efímero segundo olvidó por completo que existía esa marca en su espalda.

-"No vuelvas a hacer una cosa así"

Las palabras de Piccolo de la noche anterior llegaron a su mente mientras estaba frente al espejo cepillando su largo cabello. Jamas pensó que estaría preocupado por ella
Tanto la imagen del lago como la de la cueva hacían que su corazon le latiera con fuerza. Sentía seguridad, confianza, fortaleza, perdía noción del tiempo al lado de ese guerrero... No había nada que temer...

-Espero verte el día de hoy...- dijo ella

Una vez vestida, salió de su habitación caminando sigilosamente por el pasillo, no quería despertar a nadie pero al poner un pie en el comedor, no esperaba encontrar a uno de sus hermanos despierto y preparando el desayuno

-¿Koji?- alcanzo a decir en un hilito de voz- ¿Porqué te despertaste tan temprano?
-Porque no tenía sueño- respondió sin voltear a verla
-Oh...- exclamo como entendido- no te molestes, es mi turno de preparar el desayuno. Está escrito en la pizarra- le señaló
-Pues ya lo hice- dijo él volteándose- ¿Vas a sentarte o quedarte ahí parada como estatua?
-Si...- no muy convencida toma asiento, al poco tiempo aparecen los demás
-Buenos días...- saludó Kim mientras bostezaba abiertamente entrando junto con su hermano de cabello mas corto, el cual se tallaba un ojo
-Buenos días- les saludó la joven sonriendo, le pareció un tanto divertida aquella escena
-¿Ah? ¿Koji?- éste lo mira de reojo- ¿Que haces despierto a esta hora?- le preguntó con extrañeza
-Preparando el desayuno ¿Que no vez?- ironizó
-¡Ay no, se viene el fin del mundo! ¡Koji hizo el desayuno!- ironizó también, éste frunció el ceño molesto
-Grandioso, ¿Que desayunaremos?- pregunto el otro
-Comida...- volvió a ironizar
-Kim, Kun, vengan, tomen asiento- les invito ella a sentarse. Una vez sentados, el etherion de la melena les sirve el desayuno a cada uno- Koji, se ve delicioso- le halagó sonriente
-Al menos mi comida no tiene un aspecto horrible- le dijo burlonamente mientras tomaba asiento con su plato en manos
-De nada...- arrugó el ceño un tanto molesta
-Koji, no empieces, es temprano- le pidió Kunihiro
-Oigan, ¿Donde esta Kenta?- preguntó curioso el joven de cabello irregular al notar el asiento vacío
-Es verdad, siempre es el primero en levantarse de nosotros. Dudo que se haya quedado dormido
-Voy por él- se ofreció ella levantándose de su asiento
-Eso no será necesario- respondió Kentaro apareciendo en el comedor
-Buenos dias Kenta- le saludó su hermana sentándose de nuevo
-Buenos días...
-Hasta que te apareces, ya estaba por comerme tu desayuno- le dijo Kojiro desde su asiento
-¿Donde estabas?- le preguntó el etherion de cabello irregular
-Fui a dar un paseo- respondió sin mas y toma asiento

Piccolo se encontraba en la cascada en su típica postura de meditación, su mente se encontraba mas tranquila permitiéndole meditar con mayor facilidad. Había pasado una noche larga y un tanto extraña pero en cierto modo reconfortante, con solo saber que la etherion había regresado a su hogar le era un gran alivio pero el simple hecho de saberse tan cercano a una mujer aún le causaba cierto rechazo.

El primer amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora