Lo que es mío

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_Flashback_

Alzó la vista, pensativo. El cielo se hallaba de un azul brillante y no había nubes, parecía que haría buen tiempo ese día en el valle.

La brisa llevó una esencia conocida para él a sus sentidos y se volvió para encontrarse con Kala, quien le miraba con su característica sonrisa.

-Akuma.

El demonio la observó unos instantes en silencio antes de volver a posar la mirada en el cielo. Ella avanzó hasta llegar a su lado y miró su perfil, parecía estar relajado.

-Buenos días – le dijo.

-¿Cómo te encuentras hoy? –Preguntó, sin mirarla.

-Parece que estoy mejor, aunque el entrenamiento de ayer me dejó realmente molida- comento, un tanto divertida

-Ya veo.

Si bien se alegraba de lo que escuchaba, en su naturaleza no estaba el expresar regocijo.

-Acerca de eso... -Comenzó él.

-Qué bonito día hace– cambió drásticamente el tema, sentía que hablar de eso no conduciría a nada bueno. El darkathan observó como se adelantaba unos pasos hacia un arbusto de flores y cortaba una de ellas, color blanca. Era una orquídea.

Volvió a levantar la mirada al cielo. Si bien Kala no tenia secuelas físicas y en apariencia se comportaba de forma habitual, para él era claro que aún no se encontraba bien, y el desviarle las miradas o interrumpir las pocas palabras que él decía, era la pieza clave.

La mujer se dirigió hacia él, tomó una de sus manos y le entregó la flor. Akuma alzó una ceja, observando la orquídea entre sus dedos.

—Lo sé todo, Akuma —Murmuró, sonriendo con suavidad.

El darkathan se puso tieso.

Ella cerró los ojos, borrando su sonrisa de la cara y volvió a dar unos pasos hacia él, acortando la distancia.

—Lo sé todo... —Repitió, sonando firme y convincente

Akuma la miró de reojo, con expresión un tanto avergonzada.

—Ya, me has descubierto —Se rindió, dejando caer los brazos a sus lados—. Me gustaría saber como te enteraste.

-Ya tenía mis sospechas- simplificó

Éste empezó a revolverse un poco inquieto, desviando la mirada algo incómodo.

-¿Sabes? – se sentó en el pasto, a unos cuantos centímetros de su lado- Me pareció un gesto muy tierno que pienses en mi de esa forma

Akuma la miró fijamente, con sorpresa disimulada.

-Pero...- sonrió, con algo de tristeza que su acompañante no percibió- Creo que sería bueno que me alejara de este lugar, al menos un tiempo.

-¿Por qué?- preguntó al instante, no sin cierta brusquedad

-Algunos etherion me han visto visitar este valle por las mañanas. Están murmurando mucho y no quiero levantar sospechas- le explicó, aunque en realidad se trataba de otra cosa

El viento sopló, meciendo los cabellos de Kala y Akuma suavemente.

-... Entiendo. – bajó la mirada un instante. Definitivamente aquello no lo hacía sentirse bien, pero no sabía cómo expresarlo. Pero sabía que no quería que lo encontraran.

El primer amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora