Después de la tormenta, viene la calma

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Ya había amanecido en las montañas, la estrella brillante de las mañanas era cubierto por nubes espesas y oscuras impidiendo que los rayos solares tocaran la Tierra: Se aproximaba una tormenta

El ambiente era tenso, incómodamente silencioso y alarmante, aquel dia volvió a ocurrir esa desgracia: Kalula se había vuelto a transformar y de no ser por la aparición del Darkathan en ese momento, habría atacado a todos

La situación se tornaba cada vez mas grave, en aquel entonces siquiera escuchó las voces de su propia familia, lo cual significaba una cosa: La maldición estaba alcanzando su punto máximo para desarrollarse por completo.

El guerrero de la capa se encontraba meditando cerca de la cascada en su típica postura de meditación tratando de relajarse pero era inútil, por mas que lo intentaba no lo conseguía. Su mente se encontraba perturbada que le costaba trabajo concentrarse, en lo único que podía pensar era en los sucesos del dia anterior

Aun recordaba perfectamente aquel instante en que Kalula se transformó en aquella bestia salvaje ante sus ojos, como había eliminado brutalmente al ejercito y al mismo Jaken, la reciente y ultima creación de Akuma.

-Debe ser muy difícil para ti...

Aunque sea orgulloso y estricto, reconocía que temia por su seguridad. Jamas se había preocupado tanto por una mujer como en aquel entonces. No quería que volviera a transformarse, no otra vez, si eso sucedía, irá perdiendo poco a poco su mente y corazón, dejaría de ser la misma de siempre, la única mujer que lo trataba y le hablaba de manera dulce, amable y sincera, cualidades que le llamaron la atención desde un principio pese al trato que mantenía con ella

_Flashback_

La joven poco a poco fue cesando su llanto y el agotamiento se apoderó de su cuerpo, el esfuerzo que hacía con sus manos abrazando la espalda del guerrero eventualmente fue disminuyendo hasta soltarlo por completo y se quedó dormida. Era peso muerto sobre el cuerpo del namekusei.

Piccolo recargó su espalda hacia el tronco de un árbol cercano y la recostó sobre su regazo, dejando su cabeza sobre sus piernas observando su rostro sonrojado e hinchado por las lágrimas. La recorrió con la mirada fijándose en las facciones de su rostro jugando con su largo y verdoso cabello enredándolos entre sus dedos, si bien sus heridas habían sanado pero su cansancio emocional era evidente

Fue un gesto más involuntario que consciente, pero al tiempo que Piccolo fijó su mirada hacia el lago, observando los animales acuáticos, tomó una de las manos de Kalula.

Al cabo de dos horas, la joven recobró el sentido. Una sensación extraña la invadía, sentía calidez rodeada por algo tibio. Cuando finalmente pudo abrir los ojos, se percató de que estaba envuelta con la capa blanca del guerrero, se reincorporó hasta quedar sentada y lo vio de pie a unos cuantos metros lejos de ella cruzado de brazos observando el horizonte.

-Piccolo...- le llamo ella débilmente
- ¿Ya estás bien?- le preguntó sin voltear a verla, escuchar su voz le era un alivio
-Si...- se levantó cuidadosamente hasta quedar de pie y tomó su capa sacudiéndole la tierra- Discúlpame, no sé en que momento me quedé dormida...-algo apenada

Éste volteó y caminó hacia ella

-No pienses en eso ahora, lo importante es que estas bien- dijo con su acostumbrada seriedad
-Supongo...- le devolvió su capa, no sabia que decirle. Se sentía triste y avergonzada al mismo tiempo
-Sera mejor que regreses a las montañas, tus hermanos te deben estar buscando- le dijo recibiendo su capa y se la colocó
-Tienes razón...-bajó la mirada con el semblante algo triste y pasa por su lado
-¿Vas a estar bien?- le preguntó mirándola con preocupación bien disimulada

El primer amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora