{JACK}
Día 5 de noviembre de 2015.
Desde que comenzó el apocalipsis, hará algo más de un año, no me he preocupado por el tiempo. Lo importante era sobrevivir y conservar a tus seres queridos, todo lo demás no importaba.
Pero ahora, ahora que estoy a salvo, tanto yo como todos mis amigos, mi familia, puedo volver a permitirme el lujo de saber en qué día vivo.Son las once de la mañana, lo veo en el reloj de pared que hay en el apartamento de Luke, Mike y Zeth, aunque todos los apartamentos cuentan con uno y, además, con un calendario.
Ayer nos quedamos toda la tarde aquí, todos reunidos, celebrando que estábamos juntos de nuevo. Hasta que empezó a hacerse tarde y, como todos los días a las doce de la noche, una voz alertó del toque de queda por unos altavoces que hay repartidos por toda la isla.
Todos se marcharon a sus apartamentos y yo me quedé aquí, en mi apartamento anterior ya no me quieren.
Crystal me odia, me odia por haberle ocultado todo lo relacionado con Maya. Y Gigi, ella que es la mejor amiga de Crystal, que es como su hermana, también me odia.
Pero no dejaré que esto acabe así, tengo que intentar arreglarlo, las quiero demasiado, especialmente a Crystal, ya son parte de mi vida y si se alejan de mí para siempre, me dejaría destrozado.Me pongo unos pantalones vaqueros, lo primero que cojo del equipaje que traje en una mochila, una camisa de mangas largas, marrón y muy sosa, sin dibujos ni nada, y me calzo los pies con unas botas gruesas y negras. Por último, alcanzo un abrigo negro con capucha y ya estoy listo para caminar por la nieve.
Salgo en silencio, mis amigos y compañeros de piso aún duermen.Por el camino al apartamento de Crystal, que está un piso más arriba del de Luke y compañía, me doy cuenta que hay algo en lo que no he cambiado: siempre me pongo lo primero que encuentro, sin importarme si voy bien vestido o no. Probablemente sea la única cosa en la que no he cambiado porque en lo demás... soy totalmente distinto, tanto en el interior como en el exterior.
Cuando llego, llamo a la puerta. Nadie abre. Llamo otra vez.
Acerco la oreja a la puerta. Escucho susurros, detrás de la puerta. Seguro que me han visto por la mirilla y no quieren abrirme.
- Crystal, Gigi, sé que estáis ahí detrás, os he oído. Por favor, abrid la puerta...- les digo un poco desanimado.
Odio que me odien, ellas no. He vivido con ellas más de seis meses en El Desfiladero y eso ha hecho que sean parte de mi familia.
- Vete, no tenemos nada de lo que hablar contigo, ya lo hemos escuchado todo- me dice Gigi desde dentro y suspiro.
- Por favor...- digo con una bola en la garganta, con ganas de llorar-. ¿De verdad vais a hacerme esto después de tanto tiempo? Me conocéis, sabéis que soy buena persona, sabéis que os quiero, sois mi familia...
- Todo eso se acabó el día que descubrimos que nos habías estado mintiendo- dice Gigi.
Crystal parece estar muy callada...
- ¡Yo no os he mentido! Solo os oculté una cosa. Por favor, dejadme al menos explicarme...- les pido y oigo cómo se abre la puerta.
- Anda, pasa- me dice Gigi con un movimiento de cabeza.
- Gracias...- paso por su lado, cabizbajo, y llego a la sala de estar donde se encuentra Crystal sentada en un sofá.
- Empieza a largar. A ver qué más mentiras vas a soltar- me dice Gigi.
- No, déjanos a solas- le dice Crystal a su amiga-. Lo siento, pero esto no te incumbe, Gigi.
- ¡¿Cómo?!- exclama ella-. ¡Claro que me incumbe! ¡Eres mi mejor amiga y no voy a permitir que nadie te haga daño!
- Lo sé y te lo agradezco mucho, pero esto es un asunto de dos, no de tres.
- Como quieras...- dice Gigi un poco decepcionada y nos deja a solas en la sala de estar, uno al lado del otro en el sofá.
Espero unos segundos a que Gigi esté lejos y empiezo a hablar, a la vez que Crystal.
- Yo...
- Jack...
- Empieza tú- le digo.
- No, tú...
- Vale. Mira, sé que te ocultado lo de Maya y...
- No ha sido solo ocultarme algo, Jack. Una vez te pregunté si habías tenido alguna novia antes y me dijiste que no. Me mentiste. Ya no sé si puedo volver a confiar en ti...
- Te mentí porque daba por perdida a Maya y a sus bebés y el solo recuerdo de ella me dolía mucho. Y... y porque quería que lo nuestro saliese perfecto...
- Vale, sí, te dolía pensar en ella, pero Jack, éramos compañeros, se supone que podías confiar en mí y decírmelo todo. Eso es lo que hacen las parejas, no se guardan nada, se lo cuentan todo.
- Yo...- suspiro-. Lo siento... lo siento mucho... Comprendo que estés enfadada conmigo, que no quieras volver a hablarme, que me quieras matar, pero es que no puedo... te quiero demasiado, no puedo dejarte ir así sin más...
Crystal suelta una pequeña risita.
- Jack, no quiero matarte. Ni te he dejado de querer de la noche a la mañana. Lo de ayer fue una rabieta que cogí. Me dolió mucho verte besar a otra y enterarme de que podías ser padre. Hoy estoy más tranquila pero no por eso menos decepcionada...
- Entonces...- digo no muy seguro de a donde quiere ir a parar, mirándola a sus hermosos ojos verdes.
- Necesito algo de tiempo, necesito pensar...
- Vale- asiento con la cabeza, con una leve sonrisa de gratitud-. ¿Puedo...?
- Claro- dice ella y me da un breve abrazo.
Le sonrío y me levanto del sofá.
- Bueno, pues... Ya nos veremos, ¿no?
Crystal asiente con una leve sonrisa y me acompaña hasta la puerta.
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Apocalipsis Zeta - Parte 5: Yanna
Science FictionEn la isla nevada, Yanna, creen estar seguros, salvo los que acepten las misiones para salvar a la raza humana. Atacarán como nunca antes con un único objetivo: eliminar la plaga zombi de la Tierra. No será un proceso fácil ni rápido pero por algo s...