Apocalipsis Zeta - Parte 5: Yanna

FORT DETRICK (II)

[Días atrás]

{JACK}

- ¿Estás seguro de que tendremos el helicóptero justo a tiempo?- le pregunto a Liam.
Es la primera vez que vengo a su apartamento, que está en uno de los edificios más alejados de la isla.
- Sí, no te preocupes. Puede ser un borracho pero lo que promete, lo cumple, y más tratándose de un negocio- me contesta él.
- ¿Y cómo es que te has hecho amigo de Ian?- le pregunto, curioso-. Creí que no te caía bien.
- Resulta que no somos tan distintos como yo pensaba- Liam se encoge de hombros-. En el fondo es buena persona y me es útil para negocios como estos.
- ¿Y qué te ha pedido a cambio?
- Nada, un favor sin importancia.
- Eso no me suena nada bien.
- No te lo voy a decir, Jack, si es eso lo que estás esperando.
- Creo que te estás metiendo en un buen lío. Además, puedes confiar en mí. Si vamos a hacer esto juntos, necesito que me lo digas.
- Vale, pero ni una palabra a nadie, ¿entendido?
- Claro- asiento con la cabeza.
- Le conseguí droga.
- ¡¿Droga?!- le pregunto con los ojos muy abiertos-. ¿Pero en qué mundo te estás metiendo? ¡Vas a acabar mal!
- No eres mi padre ni mi hermano mayor para decirme lo que debo y no debo hacer. Escucha- me dice Liam acercándose a mí muy serio y amenazante-, esto no puede salir de aquí, no quiero que Rachel sepa nada de esto.
- De todas formas ya no tienes posibilidades con ella- le digo desafiante.
- Te lo juro- me dice Liam señalándome con un dedo-, como digas algo, vas a acabar mal, muy mal.
- Por Dios, Liam, tú no eres así. Se supone que somos amigos desde hace tiempo, debemos tener confianza, ¿o no?
- No- niega él con la cabeza-. Ya no. Ya nada es lo mismo, no puedo confiar en nadie.
- Pues vas a tener que hacerlo si quieres acompañarme- le contesto.
- Solo ese día, luego no quiero volver a verte y más te vale que no te metas en mis asuntos- me dice serio.
- Como quieras- le digo y me alejo de él, camino a la puerta-. Pero antes de irme, déjame darte un consejo...
Liam me mira, expectante.
- Como sigas así, vas a conseguir alejar a todos de ti, te quedarás solo- le digo y me marcho de su apartamento.

Unos días después, me despido entre lágrimas de Crystal, y son lágrimas verdaderas. Aunque la siga en su aventura, me hubiera gustado que no fuera, que nunca se hubiera metido en esto.

Luego camino rápido hacia un lugar apartado y solitario de Yanna, donde me esperan Liam, Caine, Rut e Ian y un amigo suyo, el piloto.
Ian se despide de nosotros y se queda mirando como nos marchamos por el aire.
El piloto se llama Oliver, es uno de los muchos traficantes de droga de Yanna que además es piloto y soldado.

Disponemos de un localizador que nos muestra la posición del helicóptero donde van Crystal y compañía. Antes de que mi novia se marchara, le metí un pequeño rastreador en su mochila y así es como podemos rastrearlos.

Llegamos a una ciudad llamada Frederick, en el estado de Maryland.

Justo cuando Oliver aterriza el helicóptero, se oyen unas explosiones a lo lejos y mi corazón empieza a acelerar, pensando que algo malo podría haberle pasado a Crystal, o a mi prima, o a cualquiera de los demás.
- ¡Rachel!- exclama Liam-. ¡Tenemos que darnos prisa!
- Chicos, yo me quedo aquí, defendiendo la posición, no tardéis- nos dice Oliver y lo dejamos en la terraza del edificio.
Bajamos las escaleras del edificio piso por piso.
No tardamos en encontrarnos a algún zombi y Liam, Caine y Rut enseguida atacan con sus armas.

Los veo caer, siento sus muertes y me llevo las manos a la cabeza, intentando parar el dolor de cabeza y la profunda pena que me producen sus muertes.
- ¡PARAD!- grito-. ¡DEJÁDMELO A MÍ!
Solo mi prima, Kat y personas importantes de Yanna saben lo de mi don. No quiero que nadie más lo sepa pero no puedo dejar que maten a los zombis enfrente mía, tengo que hacer esto, no me queda otra opción.