Apocalipsis Zeta - Parte 5: Yanna

NUEVO PRESIDENTE

{MIKE}

Le aprieto la mano a Paul y le lanzo una leve sonrisa, una sonrisa que significa que todo va a salir bien.
Me acerco a la mesa de votaciones y entrego mi voto.
Jared, el líder del Desfiladero. Será un buen presidente, aunque no me importaría que ganara Nathan o cualquier otro menos Michael, el líder de la isla Nantucket, en Massachusetts, su campaña se basa en violencia para resolver las cosas en este nuevo mundo y no estoy para nada de acuerdo.

Después de mí, vota mi novio Paul. Él se decanta por Nathan.
Al final de la tarde, se hará un recuento en cada comunidad y se comunicarán una entre otra el resultado de los votos. Luego, se anunciará oficialmente el nuevo presidente de los Estados Unidos y se pondrá en marcha su campaña para resurgir una nueva sociedad.

Pasan las horas.
Me entretengo hablando animadamente con Paul sobre la politíca de cada candidato, en la Plaza Central de Yanna, ambos sentados en un banco, alejados de la multitud que se va amontonando a la espera de saber quién es el nuevo presidente.

La tensión aumenta por momentos. Los rumores corren por el ambiente.
Ya se ha finalizado las votaciones y están haciendo el recuento, en el ayuntamiento de Yanna, por un contador oficial que no es de aquí.

Según palabras filtradas por guardias de Yanna, los rumores dicen que puede que haya dos personas casi empatadas, Nathan y Michael. Pero son solo eso, rumores.
Y ojalá sea así. Si Michael gobernara nuestro estado, esto sería una pesadilla, una dictadura.
¿Quién sería el idiota que lo votara en un apocalipsis zombi?

{JACK}

Zombi.
Zeta.
Zombi.

Gruñidos.
Abro los ojos de par en par.
Por un instante, me aterrorizo al ver a un zombi frente a mí, alzando sus manos para atraparme y devorarme, pero el miedo se va cuando el zombi se calma al notar que estoy consciente.
Entonces se queda mirándome con fascinación.
Antes era un hombre adulto, ahora es un zombi.

Echo un vistazo alrededor.
Estoy atado en una silla, de manos y pies, y frente a mí se encuentra un zombi encadenado, separado de mí por algo menos de un metro.

De repente, la cadena del zombi se alarga y este da unos pasos hacia mí.
Le ordeno con la mirada que no avance más y lo hace.
Podría llegar hasta mí, podría morderme, devorarme, pero no lo hace. No lo hace porque soy su amo, su dueño, su mesías, su Dios.
Jamás conseguiré definirlo correctamente, ni yo sé lo que soy en realidad, ni el motivo de mis influencias sobre los zombis.
El ser inmune podría tener algo que ver. ¿Pero realmente soy inmune? Podría ser solo que tardo más en convertirme.
No lo sé, no quiero pensar en eso, no quiero rayarme.

Las luces están encendidas.
Estoy en la misma habitación de antes, la pequeña celda electrificada se encuentra a mis espaldas.
La sala está llena de mesas con instrumentos de torturas, experimentos y otros dos zombis en otra celda.

Una figura envuelta en una gabardina marrón con capucha incluída. No se le puede ver la cara porque está oculta bajo una máscara típica de los carnavales de Venecia.
Lleva un bloc de notas y parece que apunta algo.

- ¡Suéltame!- le grito-. ¡Sé que eres tú! ¡No hace falta que te escondas! ¡Sé que eres tú, Kendrick!
Se escucha una pequeña risita, pero tan bajo que no soy capaz de distinguirla y ver si se trata realmente de K.
El encapuchado de marrón junta el dedo índice y corazón, bajando los demás, y los dobla, como haciendo un gesto a alguien.
¿A mí?

De repente noto una aguja en el cuello.
No, no era a mí.
Hay alguien más.

Mi visión empieza a distorsionarse, todo se vuelve confuso pero no acabo durmiéndome, como me esperaba. La droga que me han inyectado solo nubla mis pensamientos y mis sentidos pero no del todo.