DESTINO: ASIA (I)

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{RACHEL}

Me muerdo las uñas, nerviosa.
Solo puedo pensar en una cosa:
"Mary me ha mentido."

Yo confiaba en ella.
Le abrí mi corazón.
Somos... éramos hermanas...
Pero sobre todo... la perdoné...
Perdoné todas las cosas que me hizo a mí y a mi familia, la incluí en mi familia...
Y me ha fallado.
Yo confiaba en ella.

- ¿Estás bien? Pareces preocupada...- me dice Liam, a mi lado.
- Métete en tus asuntos- le digo cortante viendo por una ventanilla cómo el helicóptero de Mary se adelanta y la pierdo de vista.
- Lo siento si te he molestado...- susurra Liam.
- ¡Pues sí, me has molestado!- le digo dirigiéndome hacia él-. ¡Me molesta que me hables y me molesta que estés aquí! ¿Por qué estás aquí si se puede saber? Hace dos semanas estabas en Fort Detrick, en una misión a la que no debías ir. Si piensas que voy a volver a cubrirte, te equivocas. Me da igual si te destierran de Yanna, te lo mereces por acosador.
- ¡¿Acosador yo?!- me dice, sorprendido-. Mira, llevo entrenando desde hace un mes, aunque tú no lo supieras. En Fort Detrick no estaba preparado pero ahora sí lo estoy. Y me ha tocado en tu grupo por azar, no lo he elegido yo.
Gruño a Liam y miro al otro lado del helicóptero, donde se encuentran Kat y Zeth que nos observan, curiosos.
- Zeth, o Kat, por favor, ¿podéis cambiaros de sitio?- les pregunto.
- Yo no quiero cambiarme de sitio- se queja Liam-. ¡No puedes obligarme!
- ¿Quién dice que no?- le digo desabrochando su cinturón y dándole un fuerte empujón para echarlo de su asiento.

Zeth se coloca a mi lado y Liam, suspirando, se coloca al lado de Kat.
- ¡¿Todo bien ahí atrás?!- nos pregunta Leo desde el asiento del copiloto.
- ¡Perfecto, gracias por preguntar!- le contesto y le sonrío satisfecha a Liam desde mi asiento.
Este me echa una mirada muy seria.
- Parecías cabreada...- me dice Zeth.
- ¡Lo estaba!- suspiro-. Pero ahora que estás aquí estoy mucho mejor.
- ¿Qué te pasa con él? He escuchado que antes os llevávais muy bien, que estábais muy unidos...
- Sí, muy unidos... Hasta que el cabrón se empezó a comportar de una forma muy obsesiva. Creía que yo era suya- le digo y me río sarcásticamente.
- ¿Tenía en cuenta tus decisiones?- me pregunta Zeth, que parece que quiere saber más sobre el tema.
- ¡No, para nada! Si está aquí es porque aún no ha aceptado que sé defenderme y que no me hace falta su ayuda.
- Entonces no vale la pena. Si quieres a alguien, tienes que mirar por ella y respetar lo que le haga feliz.
- ¡Menos mal, alguien que piensa como yo!- le sonrío pero no sé si me devuelve la sonrisa porque tiene la máscara puesta-. ¿Sabes? Odio esa máscara que llevas.
- ¿Por qué?- se extraña este.
- Porque...- le digo retirándole la máscara con cuidado-... esconde mucha belleza debajo...
- Pero...- dice Zeth parándome con sus manos sobre las mías y volviéndose a colocar la máscara-... nunca he querido que se me conozca por mi exterior.
- Lo entiendo...- le digo con una leve sonrisa y un poco ruborizada.
Miro de reojo al otro lado. Veo que Liam no para de mirarme fijamente, serio, mientras Kat mira por la ventanilla de su lado, absorta de todo.

- ¡Bueno, hora de volver a explicaros lo que vamos a hacer!- dice Leo, después de levantarse de su asiento y dirigiéndose a nosotros.
- Pero si ya lo sabemos de memoria...- dice Liam bostezando.
- ¿Sabes que es de mala educación bostezar delante de tu superior?- le regaña Leo y Liam lo mira serio y callado-. ¿Y crees que tengo ganas de volver a explicároslo? No. Pero es mi trabajo, al igual que es el vuestro comportaros, tanto aquí como, especialmente, en Asia. No sabemos cómo pueden ser los supervivientes de allí, aunque por lo que hemos hablado por radio, somos bienvenidos. Nuestro destino principal en Asia es la ciudad de Ordos, situada en la Mongolia China. Allí, a cambio de ofrecerle nuestra ayuda y nuestras fuerzas militares, obtendremos una alianza entre ambos estados, así que comportaros bien, estos asiáticos tienen fama de ser muy poco tolerables y no queremos ningún problema con ellos, una guerra entre estados es lo peor que nos podría pasar en este momento, así que sed cuidadosos. Y de aquí en adelante, os limitaréis a seguir mis órdenes o las de otros suboficiales. Llegaremos en unas trece horas, así que podéis descansar hasta entonces. Y eso es todo.
Leo vuelve a su asiento y poco después lo escuchamos roncar.

Apocalipsis Zeta - Parte 5: YannaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora