Apocalipsis Zeta - Parte 5: Yanna

UN NUEVO DESPERTAR

{JACK}

Abro los ojos de par en par.
Estoy en una cama algo incómoda.
En una habitación de paredes blancas.
No hay ventanas.
Solo una puerta con una pequeña ventanilla cerrada por un vidrio transparente.

- ¿Qué ha pasado?- me pregunto levantándome de la cama.
Entonces lo recuerdo. Estaba en una máquina, me estaban haciendo una resonancia magnética y eso me estaba matando.
Pero estoy vivo.
Estoy bien.
Me he salvado a tiempo.

Pero algo ha cambiado.
Me miro las manos.
No estoy pálido.
Vuelvo a tener mi piel normal.
Y me da la sensación de que soy más pequeño.
La máquina esa debe de haberme hecho algo raro.

No hay nada en la habitación salvo la cama.
La puerta no tiene pomo, solo una cerradura.
La aporreo.
- ¡¿HAY ALGUIEN?!- grito.
¿Dónde mierda me han metido?

Una cara aparece por la ventanilla de la puerta.
Es Muriel.
Me abre la puerta.
- ¡Cálmate, por favor!- me pide.
No lleva su típico uniforme de soldado. En vez de eso, lleva una bata celeste.
- ¿Dónde estoy? ¡Necesito ver a Rachel!- le digo intentando salir de la habitación pero Muriel me para cogiéndome del brazo.
- Tu prima no está pero me han informado de que luego pasará a verte- me dice y me suelta el brazo-. Necesito que te calmes si quieres salir.
- ¡¿Si quiero salir?! ¡Ya estoy bien!- le grito-. ¡Déjame salir de este sitio ahora mismo! ¡Te lo ordeno! ¡Soy la cura!
Muriel se ríe.
- No te has tomado las pastillas, ¿verdad?
- ¿Pastillas? ¿Qué pastillas?- le pregunto con los ojos entrecerrados.
Muriel entra a la habitación y cierra la puerta.
Revisa debajo de la almohada de la cama y saca algo.
- Me lo temía- dice con unas pastillas en la mano-. Esto está muy mal, Jack. Tienes que tomártelas.
- ¿Por qué? ¡No me duele nada! ¡Déjame salir!
- Te dejaré salir pero primero tómatelas.
- No hasta que me digas para qué son- le exijo.
- Son para que te calmes y no tengas más alucinaciones.
- ¿Alucinaciones? ¿De qué estás hablando?
- Que si eres la cura, que si ves zombis por todos lados, que si puedes comunicarte telepáticamente con tu prima, que si puedes controlar a esos zombis, y podría seguir...
- Pero tú sabes lo de mis poderes, me viste en Frederick, en la misión de Fort Detrick...
- Jack- me dice Muriel en un suspiro-. Tómatelas.

Acepto las pastillas y me las tomo. Solo así me dejará salir de este sitio.
- Vale, muy bien, ahora sígueme, te llevaré a la sala de recreación- me dice abriendo la puerta y caminando por un pasillo.
- ¿Sala de recreación? ¡No! ¡Yo quiero salir de este sitio y volver a mi apartamento!
- No puedes, Jack.
Camino detrás de Muriel.
Por el camino veo más puertas y gente en su interior.
Un chico se choca repetidas veces contra una pared. Una chica se oculta en la esquina de una habitación, hecha una bola, moviéndose de un lado a otro.
- ¡¿Me habéis traído a una casa de locos?!- le digo a Muriel con los ojos muy abiertos.
- Nosotros preferimos llamarlo un hospital psiquiátrico.
- ¡¿Pero por qué?! ¡No estoy loco!
Muriel se vuelve hacia mí de brazos cruzados, enfadada.
- ¡Claro que lo estás! ¡Todo eso del apocalipsis zombi! ¡Todo eso está solo en tu cabeza!
- ¿Pero de qué hablas? ¡Tú misma lo has visto!
- Sí- se ríe Muriel-, también has dicho que yo estaba con un guardia del hospital, ese tal Leo. Créeme, no me puede gustar menos ese tipo. Pero estamos aquí para ayudarte, Jack, para que recuperes la cordura.
- Pero...- digo muy confuso.
- Esto te pasa por no tomarte las pastillas- me dice Muriel-. Anda, sigamos.

Camino detrás de ella hasta que llegamos a una sala grande con muchas personas.
Jóvenes, todos jóvenes, y algunos adultos pero ellos no están locos, solo trabajan.
Reconozco a alguien entre la multitud.
Alguien que no debería estar aquí.

Larry limpia la habitación con una escoba.
Me acerco a él con los ojos muy abiertos.
Lo señalo, temblando.
- ¡Tú! ¡Tú estás muerto! ¡Rachel te mató!- le digo y este se gira hacia mí.
- Tú tampoco me caes bien- me dice Larry-. Aléjate, estoy haciendo mi trabajo. No hagas que tenga que darte un escobazo como la última vez.
Me alejo con las manos en la cabeza.
- Esto no es real... Esto no puede ser real...- murmuro.
Pero parece muy real.