CORTES

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{JACK}

"Me voy de casa unos días. No te preocupes por mí. Me alojaré en casa de una compañera de trabajo. No intentes buscarme, estaré bien. Solo necesito estar alejada de ti y todo lo que me recuerda a Crystal durante un tiempo. Volveremos a vernos pronto, besos, Gigi."

- ¿Por qué...?- susurro limpiándome una lágrima-. ¿Por qué me dejas solo? ¡¿Por qué?!- grito y rompo la nota-. ¡¿Acaso no entiendes que te necesito ahora más que nunca?!
Pataleo el sofá de la sala de estar y me voy furioso hacia mi habitación.
Me echo sobre mi cama y me desahogo llorando durante unos minutos.

Mi mejor amiga me ha abandonado. La entiendo, no quiere recordar a Crystal pero al irse me ha dado a entender que no le importa mis sentimientos.
Yo la necesito. Al contrario que ella, necesito a alguien que me ancle a Crystal.
Y ahora estoy solo.

Doy vueltas en la cama. No puedo dormir. Aún es temprano.
Me pongo un pijama marrón oscuro y me acerco a la cocina.
Pero no tengo hambre.
Solo tengo ganas de llorar.
Estoy solo y sufro.

Las lágrimas salen de mis ojos sin poder evitarlo.
Y no es por Gigi.
Es por Crystal.
La necesito, más a cada día, a cada hora, a cada minuto, a cada segundo que pasa.
Ella era mi todo.
Y ahora no tengo nada.

Busco algo afilado.
No quiero morir.
Solo voy a parar este sufrimiento.
Solo hay una forma.

Me recuesto sobre la bañera vacía, con un cuchillo jamonero en una mano.
Tiemblo.
No puedo.
Me da miedo hacerlo.
- Soy un cobarde...- murmuro.
Coloco el cuchillo sobre mi muñeca izquierda.
Aprieto pero no ocurre nada.
No hay sangre.
Mis manos tiemblan
Mis lágrimas tocan el vidrio de la bañera.
Tengo que hacerlo.
No me atrevo.
- Yo puedo, yo puedo- murmuro para mí mismo, con la voz rota-. ¡No soy un cobarde!
Con el grito, deslizo el cuchillo, apretando con fuerza.
La sangre se mezcla con las lágrimas.
No siento dolor.
Libero mi sufrimiento.
Un sufrimiento que nunca acabará, del que solo me libraré en situaciones como esta.

- ¡Jack!- grita alguien, irrumpiendo en el baño después de forzar la puerta para entrar-. ¡JACK!
Kat se dirije rápidamente hacia mí y coge el cuchillo que había dejado caer en la roja bañera. Lo lanza lejos y luego va corriendo a por unas vendas en el botiquín.

Veo todo nublado.
He dejado de llorar.
Estoy confuso.
Kat me coge la muñeca y me echa un líquido.
- ¡AH!- reacciono retirando mi brazo, empezando a ver con claridad, volviendo al mundo real-. ¡Escuece!
Kat vuelve a cogerme la muñeca izquierda y me rodea la herida con una venda.
Se queda mirándome muy seria.
Yo la miro preocupado.
Kat me abofetea la cara y la miro sorprendido.
- ¿Por qué...?
- ¡¿No eras tú el que me dijiste una vez que parara, que autolesionarse no sirve para nada?!- me grita Kat.
- Estaba... estaba equivocado...- le digo triste.
- ¡No! ¡No lo estabas! ¡Esto está mal, Jack! ¡Eres un cobarde!
- ¿Cobarde yo?- le digo con los ojos entrecerrados-. Si he sido capaz de cortarme no creo que sea un cobarde...
- ¡Sí que lo eres! ¡Cortarse es un acto de cobardía al no querer enfrentar tus problemas! ¡¿No te das cuentas de que con esto solo te haces más daño a ti mismo?! ¡Ahora puedes pensar que es la única solución pero no! ¡Te arrepentirás en un futuro! Yo lo hago...- me dice Kat bajándose las mangas de su sudadera y mostrándome las múltiples heridas de sus brazos.
- Yo... no sabía que hacer...- susurro y rompo a sollozar.
- Llora, llora hasta que no puedas más, se te acabará pasando, es mejor opción que lo acabas de hacer...- me dice Kat.
- Estoy solo... no tengo a nadie... Crystal... ya no...- murmuro llorando.
- No está solo, Jack, para nada. Aquí tienes una gran familia que te quiere, siempre vamos a estar aquí para ti por mucho que pienses lo contrario- me dice Kat y se aleja hacia el marco de la puerta-. Cuando te calmes, ven al salón. Esperaré. Y no vuelvas a cortarte. Como te pille de nuevo, seré yo la que coja ese cuchillo y corte tu garganta.
Kat se va hacia la sala de estar y yo sigo llorando en la bañera durante unos minutos más.

Apocalipsis Zeta - Parte 5: YannaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora