Capitulo Dos: "Mi destino es matarte"
Mi cuerpo ya está satisfecho luego de la última alimentación que he ingerido, me siento ya alimentado hasta la próxima noche. Caminamos los tres en un completo silencio escuchando cada mínimo sonido que en el bosque se genera, cada imperceptible movimiento sordo para oído humada. Cada minúsculo sonido que el más pequeño animal causa al caminar entre está oscuridad, desde la más mínima hormiga golpeando con sus patitas el suelo transportando pequeñas hojas hasta los más apestoso y terroríficos lobos con su galopar en la espesura del bosque, mucho más a fondo de donde estamos. Rompiendo ramas con sus patas al pasar sobre ella y de vez en cuando soltando fuertes aullidos que no hacen más que encender una extraña mezcla de sensaciones en mi frío cuerpo, sensaciones que van desde la más pequeña y mísera pizca de pena hasta la más engatusadora, placentera, malvada, consumidoras, cautivante y excitante rabia.
Pero la que predomina sobre esas dos torpes sensaciones humanas es la rabia he de admitir que quema en mi garganta, tengo unas ganas tremendas de vengar la muerte de mis padres, de mis hermanos desgarrando uno por uno los cuellos con mis propias manos de tan horrendos animales, arrojar su horrenda y asquerosa sangre a los ríos tiñéndolos de un extremo rojo, tan extremos como dejaron la piel de mi madre tirada en el suelo sus antepasados luego de haberla atacado a arañazos y mordiscos alrededor de todo su cuerpo, dándole una muerte lenta y malvadamente, haciéndola soltar gritos de dolor hasta los últimos latidos de su corazón. De sus pieles hacer abrigos, abrigos que definitivamente no usaría, abrigos que pondría para cubrir a los más sucios chanchos que se revuelcan en los fangos... Pues sus pieles son eso, sus pieles están impregnadas de la suciedad de cada lugar en que se revuelcan... Quiero asesinar uno a uno sin ninguna piedad, de igual manera que ellos hicieron con mi familia, quiero sacarles los colmillos de sus hocicos con mis propias manos, quiero que estén en su estado humado para desgarrar sus vientres, sus gargantas y quizás de un poco de su sangre bañarme como muestra de superioridad. Deseo desenfrenadamente acabar con esa especie, algún día lo haré de eso estoy seguro, alguna vez teniendo la luna de testigo cumpliré con mi cometido de desaparecer a tan horrenda especie.
Alguna madrugada oscura como está, donde el aire helado no deja de ir de un lado para otro sin un rumbo fijo, donde los búhos acompañan al sonido de los grillos, donde la luna llena está tan clara como un farol iluminado en el centro del cielo, en algún momento de luna llena donde los lobos se encuentran en su máximo poder, donde la luna que los ha bendecido para cambiar formas humanas a su antojo al llenarse esa misma luna a su vez ellos consumir poder, tener mucho más poder, pues me gusta un poco que me den pelea ya que si los ataco den un día normal sus muertes serán encillas y no quiero que sean sencillas, no quiero que mueran de manera fácil, quiero tortúralos, drenar un poco de sus sangres para servírmelo en una copa e ir a brindar delante de las tumbas de mis familiares... Alguna madrugada como está iniciare mi venganza rompiendo todo tipo de reglas, mataré uno a uno a esos horrendos animales de hocicos largos, sin tener ningún tipo de compasión así sean mujeres, hombres, ancianos o niños... Ya que ellos tampoco la tuvieron con mi pequeña hermana.
-Joder. –escuche su frustrante rugido.- Controla tus emociones, Christian. –me riñe Elliot con su cabello rubio tan brillante por la luminosidad de la luna, con su piel tan pálida y reseca como la nuestra siento golpeada por una hoja perdida que surcaba en el viento llegando a su fin en su mejilla para luego caer directamente al suelo. Esquivo una rama rompiéndola con mi mano sin apurarme en llegar al lugar donde queda la vivienda pues no quiero encontrarme con aquella mujer, no quiero saber lo que sea que tenga que decirme o informarme. Solo quiero pensar a solas.- Tus cambios de humor están causando retorcijones en mi estómago. –
Sí, Elliot es también alguien con un poder mediocre, tan mediocre como su vida y en ocasiones tan frustrante como lo es este jodido hombre al que le tengo mucho odio... Su poder es simple, su don es tan simple como él, consiste en sentir cada sentimiento de sea persona o ser sobrenatural sentir cuando alguien está molesto o triste, sí pudiera cambiar lo que sienten sería distinto, sería un poco más interesante pero únicamente puedo percibir los sentimientos y sensaciones. Un poder que no tiene el más mínimo gusto ya que cualquier vampiro sin necesidad de tener un poder puede sentir el miedo de las demás personas, solo basta con escuchar cuando sus patéticos corazones comienzan a latir desenfrenadamente al recibir una presión adrenalina por nuestra parte, por nuestra presencia. Sus corazones bombean sangre a toda velocidad, si tan solo a esa misma velocidad pudieran correr para huir de nosotros –sus depredadores- otra sería la hitoria y nuestra caza, nuestra hora de alimentación sería mucho más entretenida, mucho más placentera y mucho más divertida al darnos un poco de batalla los simples mortales.
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Sediento de ti (Grey)
Fanfiction>> No me ames, y no lo intentes por que solo soy blanco como la nieve pero frío como el hielo << -¿No le parece que es muy tarde para que una damisela hermosa como usted pasee por este lugar tan deprimente y poco agraciado? - -¿Damisela? ¿En qué si...