Sediento de ti (Grey)

Capitulo Tres

Capitulo Tres: "Situaciones Extrañas"

-Así que Anastasia Steele. –suelto en una carcajada subiendo la bragueta de mi pantalón guardando ya mi polla satisfecha luego de haber liberado mi liquido en la boca de esa mujer que se encoje hombros manteniéndose sentada. Con su vista fija en la nada, sus ojos centellantes y tenebrosos.- Y una humana, que misión más patética para alguien como yo. –me encojo de hombros a la vez que veo como se mete el dedo manchado de sangre a su labio y comienza a chuparlo de la misma manera que lo hizo con una parte de mi cuerpo que ahora se encuentra en reposo rodeada de finos vellos. Estiro vagamente mis músculos sentándome por unos momentos en la blanda cama alejándome lo máximo posible de la mujer que es toda un perra insaciable pero si le digo eso seguramente terminare con mi pene como adorno colgando esta vez de mi cuello al ser arrancado por ella, una completa sádica, más sádica que yo.- ¿Alguna información extra? –

Se pone de pie aun con ese corset aun puesto que no deja nada a la imaginación y que muy por el contrario deja ver cuán puta es está mujer que se hace llamar señora de algunos vampiros idiotas como Elliot que le lamen el culo literalmente, vampiros que no tienen opinión propia pues el respeto se gana y ella no se lo ha ganado. Sus tacones hacen un ruido en el piso de madera que cruje ante su peso, un crujido que genera un eco en todo este castillo.- Es una simple humana, como tú le dices seguramente. –deja su copa aún con un poco de sangre en la mesa, me mira con mucha diversión pestañando con esa finas pestañas que lleva. Su lengua sale de su cavidad bucal para lamerse los labios desapareciendo una mancha de sangre a su curso intentado fallidamente seducirme.- Vive en Seattle. –

-Bueno así que me iré de viaje a Seattle. –me pongo de pis en un movimiento muy cansando pero a la vez rápido y elegante, esperaba sinceramente algo un poco más complicado pero esto será un juego de niños, un juego simple para alguien como yo, para alguien con mis habilidades. Algo como matar a algún otro poderoso vampiro no una patética humana que cuya única culpa seguramente será ser más hermosa que Elena, cosa que dudo.- Tendrán su corazón acá en menos de una semana. –hablo con un poco de diversión rodando mis ojos.- Hasta me dará tiempo de ponerle algún moño. –

Se acerca un poco a mí de manera sensual, ha despertado -sin proponérmelo- nuevamente la perra insaciable que vive en ella y que parece en celo buscando a algún perro. La perra insaciable que quiere volver a tragarse mi pene pero si logro conseguir algo más de información –para no perder tiempo buscando- no pienso dejar que se satisfaga con mi cuerpo nuevamente, ya me he hostigado de ella, su cuerpo ha sido demasiado usado y manoseado por numerosa personas, entre hombres, vampiros y hasta hombres lobos. No hay diversión probar algo que está más recorrido que alguna iglesia a las que asisten los humanos hipócritamente los domingos- Será la última vez que nos veamos por un tiempo. –de dos saltos rápidos y elegantes como toda una felina, la tengo delante de mí con su aliento a sangre golpeando contra mi nariz de un modo muy inteligente haciendo que el hambre nuevamente aparezca, mi boca comienza a salivar de sobre manera. Sus manos se posicionan en mis pectorales a la vez que su sonrisa se expande.- ¿No te parece que debería cabalgar sobre ti como una despedida? –

-No quiero despedirme. –esquivo los labios que se acercan a los míos controlando el hambre que comienzo a sentir por el olor a sangre –controlo mi hambre muy bien- Mis frías manos las posiciono en sus hombros ejerciendo una lenta presión y a su vez alejándola de mí, sí, tengo mucha más fuerza que ella, mucha más fuerza que cualquier vampiro. Sonrío burlón rodando los ojos.- Por ende entonces me parece que no. –guío mi mano a mi entrepierna donde ejerzo una lenta presión para que mi falo se haga contraste en la tela del pantalón, mi falo que está flácido y que no ha sufrido ninguna erección.- Lamentablemente mi instrumento está ya saciado de usted. No le encuentro más diversión a su soso cuerpo. –me encojo de hombros.- La encuentro ahora demasiado aburrida. –le sonrío a la par que a ella se le borra la sonrisa de su rostro formándose una línea fina con sus labios que oculta sus dientes.- Así que señora será mejor que use algún otro instrumento que tiene para cabalgar sobre él que conmigo no lo volverá a hacer. –