Sediento de ti (Grey)

Capitulo Veintiuno

Capitulo Veintiuno : "Una extraña primera vez"

-Es muy simple. –comienza a hablar reposando su espalda en la pared trasera, parece hasta relajada.- Sé perfectamente por lo poco que me he enterado que ustedes no pueden matarla. ¿Cierto? –ambos asentimos es obvio que no puedo sino ya lo hubiera hecho hace un buen tiempo. Yo permanezco cruzado de brazos con un extraño presentimiento de que de esa idea nada saldrá bien –más no tengo que perder- mientas Alexis a mi lado permanece más relajado con su típica sonrisa curvando sus labios, muestra sus perfectos dientes blancos.- Pero yo sí puedo matarla. –

-Sabes perfectamente que Elena no abandona el castillo ¿Cierto? –pregunto detectando ya el primer erro en su tonto plan, eso que recién comienza. Alexis de mala gana asiente mientras Anastasia en un extraño guiño de ojo –como si hubiera olvidado todo lo que le hice- asiente con un simple encogimiento de hombros.- ¿Entonces la gran mente brillante como planea matarla? –le guiño un ojo, de una manera demasiado tonta.- Sorpréndeme. –

-Pues si ella no puede venir hacía mí. –se queda pensando mientras se señala con su mano que permanece encadenada, aunque sé perfectamente que tiene clara la idea en su cabeza y solo quiere darle algo de misterio a su estúpido plan.- Yo puedo ir hacía ella. Ya saben ingresando a su castillo. –

-¿Cómo planeas hacer eso? –Alexis es está vez quien pregunta por mí manteniendo aún su mano sobre mi hombro dándome un lento apretón. Yo ruedo los ojos esperando que la pensativa castaña responda a esa pregunta que seguro como espere desde un principio no lo tiene para nada claro la idea del todo.- Que entres al castillo va ser difícil, y mucho más complicado aún estar en el cuarto donde Elena siempre anda. –

-Pues ahí es donde entran ustedes. –el delicioso olor aún presente en su cuerpo me llega a mis fosas nasales cuando un fuerte viento mueve su castaño cabello suelto, una parte mía se endurece ante ese lento viento que roza a su vez mi entrepierna. Sacudo un poco la cabeza intentando no concentrarme mucho en aquello –aunque el paquete es evidente- mientras con las piernas ahora también cruzadas recostado en la pared espero que la mujer continúe hablando.- Antes de ingresar me van a convertir en vampira. –

-¿Te has vuelto loca? –riñe Alexis con el cuerpo muy tenso, con su huesos que de pronto se han transformado en hierro. Vaya está vez no hizo falta que yo haga esa evidente apreciación de la poca cordura que posee, tal vez tanta tortura le ha hecho mal, es muy divertido creer eso. La castaña únicamente mira todo rodando los ojos permaneciendo sentada en el piso sin poder pararse por las cadenas que tiene.- Nunca hemos convertido una bruja en un vampiro. Eso puede salir mal. –

-No tengo nada que perder. –de pronto suelta con mucho pesar que me molesta a mí en cierto punto. Tiene unos cambios de humor tan radicales como los míos esta mujer. Se quede pensativa por unos segundos mirando un punto fijo de la pared de adelante comenzando a jugar quizás nerviosamente con sus dedos.- Simplemente ya me he cansado de huir, no pienso seguir haciéndolo más y bueno ustedes me caen bien. –yo finjo sorpresa llevándome una mano al pecho a lo que ella niega con la cabeza señalando a Alexis que aún permanece muy serio.- Al menos tú me caes bien y supongo que valdrá la pena todo si sale mal. Pues serán libres. –ahora si tiene todo más lógica.- El punto es que si llego entrar Elena pensará que estoy muerta y me deshago de ella fácilmente. –

-Pero en realidad puedes quedar muerta. –pronuncio en un extraño hilo de voz demasiado agudo que obligó a que mi voz se engruese al final. Ella me ve como si me hubiese vuelto loco y yo me pongo a pensar que tal vez la locura sea contagiosa.

-Es un riesgo que planeo correr. –lo dice como si nada, como si morir para ella fuera nada del otro mundo. Su voz se mantiene firme aunque por su mirada puedo ver que tiene una chispa de temor que desaparece sacudiendo la cabeza.- Si llego a ingresar me deshago de todos los jefes vampiros y ustedes quedan libre. Y si quedo muerta después de que intenten convertirme cumplen su misión quedando libres. De cualquier manera ustedes dos saldrán ganando. No tienen nada que perder. –