>> No me ames, y no lo intentes por que solo soy blanco como la nieve pero frío como el hielo <<
-¿No le parece que es muy tarde para que una damisela hermosa como usted pasee por este lugar tan deprimente y poco agraciado? -
-¿Damisela? ¿En qué si...
Gracias por el apoyo que me brindan en esta historia, pensé que no tendría tanta acogida pero me alegrar saber que les gusta. Aun falta más por contar en está historia y espero me acompañen hasta el final. Hasta la próxima y disfruten del capitulo.
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Capitulo Diez: "¿El Inicio de la Tortura? - Parte I"
Las paredes desgastadas de este lugar parecen que han sido quemadas, la oscuridad que se ve sumergido todo especialmente en este cuarto que se encuentra en el almacén es fascinantemente encantadora, me gusta mucho la negrura, no ingresan mucho rayos de luz, solo un poco luminosidad que otorga la luna pero que suficiente para verla, aún dormida, con sus parpados completamente cerrados, la piel de sus brazos desnudas ya que su abrigo blanco lo hemos dejado por cualquier lugar. No tiene mucha importancia.
El silencio que hay ya que estamos muy alejados de la civilización es perfecto, no hay jaquecas terribles. Solamente para mis oídos son perceptibles el sonido de los grillos, el movimiento de las hojas de los frondosos árboles que rodean este lugar ocultándolo del ojo humano, estamos en medio de un bosque. Como dije es un lugar perfecto, donde se encuentra también lo es y espero que con el tiempo el brillo de aquella preciosa mujer, la luz que su cuerpo emana se pierda porque de momento no da resultado, su belleza resalta de entre todas, resalta aún más al estar rodeada de tanta suciedad, no merece estar en este lugar pero debe hacerlo. Espero que este ambiente ayude para que muera cada parte emanante de luz que posee.
Una luciérnaga pasa volando delante de mí, muy cerca de mi perfilada nariz, una luciérnaga solitaria que no otorga mucho brillo al estar sola, una luciérnaga que rápidamente capturo con mi dedo en un movimiento ágil, aplastándola lentamente, con una sonrisa burlona veo como el pequeño brillo de este indefenso animal se apaga, de la misma manera apagaré el brillo de aquella castaña, de la misma manera haré que desee que la mate rápidamente pero las cosas no se las pondré tan fácil, antes de morir va sufrir por hacerse de rogar.
Pero el ruido que disfrutaba no dura mucho para mi desgracia, veo rodando los ojos como Alexis le da un golpe en el hombro a Piero, me recuesto en la pared a mis espaldas que tiene una pequeña rajadura mientras intento concentrarme en que tema de discusión se han enfrascado en esta oportunidad aquel par que no entiendo cómo es que se aguantarán en la cama. Seguro han de permanecer callados, aunque Piero gime como toda una mujer así que dudo que sea eso.
-Te estoy diciendo que no le aprietes mucho. –medio grita el rubio pasando su mano por su cabello, cada dedo se pierde en su melena corta rubia, encuentro el tema de su discusión fácilmente al ver como ambos miran las muñecas de la inconsciente mujer. Alexis desajusta un poco la cadena que le ha puesto en la muñeca el hombre que refunfuña con los brazos cruzados sobre su pecho, que lanza vacías maldiciones.- Le puedes hacer daño, pedazo de idiota. –
-¿Y qué importa si le hacemos daño ahora o después? Igual tiene que morir. –le reclama otorgándole ahora él un golpe en el hombro, los golpes suenan secos denotando que lo hacen con todas sus fuerzas al hacerse un eco. Niego con la cabeza cruzándome de brazos tratando de controlar el impulso que siento nuevamente de deshacerme de ese par, bueno al menos de uno pues en conjunto no pueden trabajar bien, pero si tengo a uno solo sería mucho más sencillo, es obvio cuál de los dos es mi favorito para que siga vivo y si hay alguna duda definitivamente no quiero que permanezca conmigo el hombre que se quiere comer mi polla, pero he de aguantarlos.- Sí no la hemos traído acá para qué disfrute de unas vacaciones. Solo la hemos traído para nosotros encargarnos de hacerla sufrir. –
