Capitulo Veintiséis: "Libres"
La otra mitad de su manga queda en el suelo, a nuestras espaldas mientras yo solo me concentro en el lugar donde antes había estado la herida bien perforada y marcada pero ahora solo queda su piel perfectamente lisa y blanca. Se aleja de mí yendo hacia adelante y yo mientras me quedo detenido extrañamente me siento malditamente mal, como si hubiera cometido un gravísimo error y no se cual pues mantener las distancias es mejor; solamente me quedo detenido como un grandísimo idiota sintiendo una extraña sensación. No logro comprender por qué es que me salvo, por qué puso su vida en riesgo con tal de que yo quede bien, en definitiva eso no está bien, eso no estaba en mis planes y por tal motivo no está para nada bien.
Me sobresalto al ver como Alexis sale de la espesura de unos árboles donde aquel maldito animal ingreso, de donde no salió y de donde no sale. Solamente observo al rubio de cabello brillante que parece más vivo –si se le puede decir así- limpiándose el hilo de sangre que de su boca desciende con su mano. Sus ojos tienen más brillo y se podría decir que las ojeras han desaparecido.
—¿Dónde está? —señalo con la mirada a tan histérica mujer que soltando maldiciones sigue caminando, alejándose de nosotros apartando ramas a su paso. No estamos tan preocupados pues no se oye más cosas que puedan poner en riesgo la errática vida de aquella mujer, mujer de pésima suerte. Niego con la cabeza frustrado. —¿Ahora que paso? —me encojo de hombros simplemente agachándome un poco para coger la maleta que tenía como sustento la grama de este bosque, se puede oír el sino de unos búhos rodeándonos, del viento rápido que pareciera dos cuchillos filudos rozándose entre sí. Se ha alejado ya mucho Anastasia. —Sabía perfectamente que su estudia concesión no iba a durar mucho y que pondrían en riesgo mi tranquilidad en este silencioso bosque- —
—Pues bueno supusiste bien. Nosotros dos creo que nunca nos llevaremos bien. —le cedo pues es la verdad, tiene mucha razón, desde un principio se sabía que está concesión sería un fracaso y para ser sincero duro más tiempo del que creí que duraría internamente, duro más horas de las que pensé.
—Tranquilo. —frunzo un poco el ceño cuando una de sus manos se posiciona en mi hombro, lo observo intrigante cosa que él no me presta mucha tensión aún permaneciendo en este círculo formado por arboles donde la luz de la luna no ingresa mucho y nosotros somos cubiertos por el árbol de nuestras espaldas que nos otorga la sombra necesaria para nuestros cuerpo. Muchos árboles a muestras espaldas mejor dicho. —No va ser la primera ni mucho menos la última persona que te odiara. Tienes una capacidad increíble para ganarte el odio de las personas a pulso. —
—Gracias Alexis, siempre me anima escucharte decir palabras tan agradables para mí persona. —él me guiña un ojo haciendo de esa manera que está tensión desaparezca un poco, no voy y no puedo permitir que una mujer me ponga de esta manera aunque esa mujer tenga un enorme culo precioso y la mame de una manera perfecta, no pienso permitir así sea la mujer más hermosa que me controle, el control es netamente mío. Mis hombros tensos se relajan ante las caricias que me ofrece su mano, cada vez mis músculos definidos parecen que estuvieran entrando en reposo. —Muchas gracias. —vuelvo a repetir en un susurro cansado. Gracias más bien tengo que dar a la persona que me ha hecho así, que me ha hecho tan fuerte, de que no sea necesario mostrar mis sentimientos. Los sentimientos, el lazo con una persona lo vuelven débil a uno, y en este caso no será así; no lo pienso permitir. Los sentimientos deben seguir ocultos.
—De nada, para eso estamos los amigos. —se encoge de hombros como si de verdad pensará que le estoy dando las gracias, lo dejo estar en su ignorancia mientras caminamos siguiendo a aquella castaña que continua muy molesta se podría decir por la manera tan veloz que la sangre se oye bombeada de su corazón.
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Sediento de ti (Grey)
أدب الهواة>> No me ames, y no lo intentes por que solo soy blanco como la nieve pero frío como el hielo << -¿No le parece que es muy tarde para que una damisela hermosa como usted pasee por este lugar tan deprimente y poco agraciado? - -¿Damisela? ¿En qué si...