Sediento de ti (Grey)

Capitulo Veintidós

Capitulo Veintidós: "Una Situación Inesperada"

Doy una rápida ojeada la casa mientras camino a toda velocidad por ella dejando tendida en la cama a tan tonta mujer que no sé en qué momento se le ocurrió en su loca cabeza que podría pelear, si va morir la voy a matar yo –de eso es lo que me intento convencer para no detenerme a pensar que la estaba protegiendo- mis ojos se posan en las paredes de este lugar que capturan el sonido que mis pies hacen al igual que el latir lento y relajado del corazón de esa mujer que no hace más que encender mi sangre, va ser toda una tentación percibir eso. El sonido de su corazón, la sangre recorriendo sus venas hace que se me ponga dura por la excitación.

Cuadros de numerosos paisajes son las que adornan la pared, cada una a un metro exacto de distancia otorgan diversos panoramas que quizás en algún momento –en mi niñez- me hubieran parecido aburridos pero ahora solamente me están resultando muy patéticos, me irritan de solo verlos. Paisajes que con el pasar del tiempo ha perdido la gracia, el color, la forma para mis ojos al igual que muchas cosas han perdido la gracia en mi vida, eso es lo que pasa cuando una persona lleva viviendo años, ver cosas repetidas tantas veces simplemente resulta que lo saturen a uno, por eso es que no le he encontrado nada nuevo que me haga parecer interesante, nada que me aferre a este tormento. Bueno la deliciosa señorita Steele creo que calificaría como algo nuevo pero no me va durar mucho. Sé que no lo hará, de cualquier motivo nuestros caminos se separarán, muerta o viva no estaremos juntos, no sé cuan atractiva me resulta esa idea. Pero de momento voy a disfrutar de su cuerpo.

La puerta al igual que toda la casa es de madera, me resulta extraño que casi no hayan muebles lo cual causa que el eco sea más perceptible al el sonido ser capturado por la vacía sala, no hay más que cuadros, no hay más que nada. Con un lento respiro salgo de la casa cerrando la puertas a mis espaldas.

No hay piso, todo es tierra.

Lo primero que mi atención captan son las casas abandonadas de adelante de donde no provienen ningún latir de corazón, el latir viene a mis espaldas, un delicioso latir. El sonido de las hojas de los árboles al el aire llegar fuertemente es lo siguiente que capto, atrae consigo el olor de aquellos lobos que no dejan de mostrar sus dientes filudos listos para perforar carnes, ahora han incrementado en cantidad, lo cual causa que mi nariz se compunge al igual que mi rostro perfecto con arrugas por el olor nada agradable, esto no pinta nada bien, no pinta nada bien porque observo la baba que de la boca de esos animales sale y se mueve siguiendo el compás del aire hasta caer al suelo, denotan que están rabiosos, no es luna llena y parecen demasiado fuertes.

-Hasta que al fin llegas. –gruñe Alexis al detenerme a su lado, nuestras espaldas se pegan mientras miramos en distintas direcciones sin detenernos ni un momento a mirarnos a los ojos.- Apestas a sexo. –medio riñe sin despegar su atención, eso es lo agradable de él que puede hablar mientras está realizando otra cosa, sin sufrir ningún despiste, no se le escapa nada.- Cuando terminemos con esto te juro que te mataré si confirmo que es lo has hecho. –

-Tranquilo que ella también lo disfruto. –niego un tanto divertido con una sonrisa sádica, me lamo los labios ante la excitación que vuelvo a sentir al solo saborear su sangre impreso en ese lugar, su sangre que fue el mejor manjar que he probado y prontamente lo haré de nuevo así ella quiera o no.- Mejor concentrémonos en esto si es que queremos salir vivos. –

-Nunca había estado tan de acuerdo en tus palabras como lo estoy ahora. –los lobos dan unos cuantos pasos amenazadoramente, sus pelos están crispados, sus ojos intensos analizan con suma atención cada movimiento que ambos realizamos, parecen muy interesados en la manera de nuestro actuar.- Créeme que he querido morir de distintas maneras pero morir siendo devorado y desgarrado por miles de lobos no están en mis planes. –