Capitulo Dieciocho

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Capitulo Dieciocho: "Un viaje al pasado"

Mi mamá acaricia tiernamente mi cabello fino, sus manos suaves me gustan mucho y causan que me acurruque más en su regazo que es muy caliente, el calor del cuerpo de mami me gusta mucho y me gusta mucho más cuando con su suave voz me susurra palabras de cariño –me quiere- sin dejar de ver el lugar donde mi nueva hermanita desde hace un tiempo –cuyo cabello es muy parecido al de papá- duerme tranquilamente iluminada por la luz que expide una vela encendida.

Mi papá no deja de observarnos a ambos con mucha ternura, sonriendo mientras con sus dedos un poco maltratados por el trabajo en la tierra que realiza a diario acaricia la lisa frente de Mia, la blanca frente que la da un aspecto de una muñeca de porcelana por su perfección. Me remuevo en el regazo de mami acomodándome más en su muslo a la vez que reposo mi mejilla en su pecho, a mami le gusta que haga esto, a mami le gusta abrazarme en las noches, dormir de esta manera, a mami le gusta besarme mi cabeza cubierta por mi cabello que cada día se pone más rebelde. Me gusta que mami me quiera como lo hace.

Yo quiero a mami.

Yo quiero a papá.

Yo quiero a mi familia.

Y ellos me quieren a mí.

Mi mamá que es muy parecida a mí, con sus ojos del mismo color que brillan mucho en medio de está oscuridad que la noche nos otorga, son como dos faroles alumbrando por donde posa sus ojos y mucho más cuándo sonríe, también me gusta que mami sonría, me gusta hacer sonreír a mami.- Mi pequeño Christian. –sus palabras son en aquel tono tan especial que usa conmigo, tan cariñoso mientras sus manos frotan mi espalda.- Cada vez estás más grande. –niego sobre su pecho a lo que ella suelta una carcajada que es acompañada por la de mi padre.

-Sí, Christian. –mi papá apoya malvadamente en la mentira. No es cierto, no lo es por la simple razón de que no me veo más alto ni nada, no he crecido nada desde el día de ayer. Sigo siendo quizás una hormiga al lado de mis papás pero si soy más grande que Mia, todos son más grandes que ella pero no todos son más hermosos que ella. No hay otra persona que sea más hermosa que mi pequeña hermana que no cumple aún más de un año, mañana cumple su primer año con nosotros, yo espero que la cigüeña pronto nos deje otro bebe. Bueno mi mamá creo que es tan bella como Mia.- Ya te estás convirtiendo en todo un hombrecito. –

-¿Eso quiere decir que ya me voy a casar? –pregunto con el ceño fruncido, mi frente se arruga al mis cejas arquearse sobre el caliente pecho de mami quien vuelve a soltar una carcajada. Mi mami ríe y soy feliz porque soy yo la que le está haciendo reír. La risa de mi mami es mucho mejor que cualquier sonido que antes haya escuchado. La risa de mami es mucho mejor que el chocolate que el hermano de mami me da a escondidas pues no puedo comer muchos dulces, dicen que me hace mal pero no entiendo como algo tan delicioso me puede hacer mal.- Yo no me quiero casar. –vuelvo a añadir retomando la conversación que he dejado pendiente. Ellos dicen que es de mala educación quedarse callados de la nada, pero yo pienso que sí no tengo nada bueno que decir es mejor guardar silencio pero para que no se molesten, cosa que nunca hacen, sigo hablando.- pero si tengo que hacerlo, yo quiero casarme con mami. –

Mami cocina rico.

-No te puedes casar con mami, pequeño. –me gusta que me diga pequeño pero no me gusta que me diga que no puedo casarme con ella. Yo la quiero quizás no como papá pues él le mira como si mami fuera un enorme trozo de chocolate –me gusta el chocolate- quizás no como yo quiero al chocolate pero quiero a mami, quiero también a Mia, tal vez si me pueda casar con ella.

Sediento de ti (Grey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora