Capitulo Dieciséis

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Capitulo Dieciséis: "Una demostración" 

Como mi madre en algún tiempo del que ya no tengo memoria exactamente en qué año fue ni mucho menos que día pero fue hace mucho ya que aún seguía con vida haciéndome feliz con sus sonrisa, pero ahora sin sonrisas soy lo que soy, sin su felicidad yo no tengo porque serlo pero bueno ese no es el punto. Como mi madre alguna vez en un tiempo lejano me contó una fantástica historia sobre como los primeros hombres fueron creados del polvo –hasta ahora no sé si es verdad eso- pero hora mientras veo el cuerpo sin vida de Piero sé que tuvo razón en sus palabras, en polvo fuimos creados y al polvo volveremos y acá todo eso es muy literal con lo que pasa bajo mi aún aturdimiento. Las personas se demoran un buen tiempo en que sus cuerpo se vuelvan polvo, en que se descomponga al los gusanos u otras animales alimentarse de nosotros peor nosotros, los vampiros en especial, todo ese suceso pasa muy acelerado como veo ahora, pasa así porque su cuerpo ya debió ser polvo hace un buen tiempo, ha cumplido su ciclo, queriendo o sin querer se ha ido.

Veo como el corpulento cuerpo de Piero para de borbotar sangre por el agujero que ha quedado en su pecho y no ha sido curado, la sangre ya no fluye y deja de mancharme, sus parpados en un trágico final se comienzan a cerrar sin dejar de verlo muy impactado a él, únicamente a él, a Alexis que suelta un fuerte gruñido sujetando su cuerpo sobre sus mulos mientras mira con horror su mano manchada de sangre, de su sangre, de la sangre del que fue mi amigo. Su cuerpo poco a poco se reseca y como por arte de magia se hace polvo que es esparcido por toda la habitación por el viento, empolvando el pantalón de Alexis, polvo que rápidamente se va por la ventana. No queda de él sus huesos, no queda de él nada más que su ropa que ha usado y su corazón.

No queda más que el recuerdo de lo que un día fue en nuestras memorias.

Corazón que yace tirado en el piso, a las rodillas de la castaña mujer que parece demasiado asustada viendo la imagen, parece traumatizada y sumamente temerosa, nunca había sentido tanto deseo de una sangre como la de ella que de pronto se ha puesto muy acelerada, nunca había escuchado como la sangre de una persona fluya tan rápido dentro de su cuerpo como si fuera un río, al tan rápidamente bombeada de su corazón. Su rostro perfectamente blanco que sería envidia de cualquier escultor por su perfección ahora es cubierto por unas manchas de sangre, cubren aquel moretón de su mejilla.

Sigo recostado en la pared mirando todo sin comprender mientras con un dedo me limpio la salpicadura de sangre que me ha llegado a mí también pero en menor intensidad, lo pruebo lentamente para seguidamente hacer una mueca de asco al mi lengua saborear su sangre.- Definitivamente tuvo una sangre horrible. –ninguno de los dos hacen caso a mi pronunciamiento en un tono frío. Alexis sigue con la mirada perdida, mirando a la nada seguramente torturándose a sí mismo parpadeando de una forma acelerada, sus verdes ojos aparecer y desaparecen siguiendo el ritmo de su parpadeo.- Ya basta con el show. –

Unas lentas lagrimas forman unos surcos por su mejilla al verse desbordado de sus ojos, llegando a su fin de manera rápida a sus labios entreabiertos sin ningún tipo de problemas mojándolos un poco, solamente se permite derramar unas lágrimas mientras su respiración se sigue acelerando más y más como si fuera el motor de un auto. Su pecho sube y baja, su ritmo cardiaco ha aumentado y por primera vez pareciera que hubiera entrado en coma con sus ojos verdes muy abiertos, ya no parpadea, parece impactado frotándose sus manos como si eso fuera a borrar lo que ha pasado.

Y mientras tanto yo cruzándome de piernas sintiendo el aire golpeando mi espalda no puedo sentir pena, no puedo sentir ningún tipo de lastima por la muerte de uno de mis amigos, no puedo sentir aquella opresión del pecho, aquella quemazón en mis ojos que obligaban a que las lágrimas quemantes sean desbordadas sin piedad alguna, no puedo llorar como lo hice aquella vez, no puedo sentir nada de eso que sentí cuando vi a mi familia morir, no puedo sentir aquello porque ya no soy un maldito humano, el ser humado que era ha muerto, ahora soy un monstruo y los monstruos no sentimos. Es bueno saber que tengo mis sentimientos bien guardados como pensé que los tenía el rubio que ahora comienza a sacudir la cabeza. Al parecer él no los tenía tan guardados y ocultos, no los tenía muertos.

Sediento de ti (Grey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora