Brittany: Aún no me puedo creer que nos vamos juntas, a empezar una nueva vida...
Santana: Pues ves creyéndotelo mi vida, porque esto ya está aquí!
Brittany: jaja - dijo dándole un beso-.
Santana: - separándose suavemente- Bueno, te dejo, tengo que coger el mejor sitio entre el público sabes? Es que me han dicho que ha venido un ángel a bailar y no puedo perderme eso...
Brittany: Ah si? Pues estate atenta, me han dicho que ese baile te lo dedica a ti.
Santana: jeje te amo, no te deseo suerte porque no la necesitas, yo sé que lo harás más que genial. - dijo dándole un rápido beso, y desapareciendo junto a Quinn para ir a verlas bailar-.
Las dos amigas salieron a la platea, ilusionadas por ver bailar a sus preciosas novias, Santana inspeccionaba la sala, estaba realmente llena, cuando de repente se le paro la respiración al verlo entrar por la puerta, abrió sus ojos y se levanto de su asiento.
Quinn: San estás bien?
Pero pregunto demasiado tarde la morena ya había salido disparada hacia aquel hombre.
Santana: Que mierda hace usted aquí?! - pregunto enfadada-.
Por el auditoria de la academia acababa de entrar nada más ni nada menos, que el imponente Señor Pierce, con su clásica postura arrogante, su formal traje de oficina, con una corbata puesta a la perfección y peinado refinadamente.
Santana, no se lo podía creer cuando vio entrar a aquel señor, por llamarlo de alguna forma, él fue en gran parte el culpable de todas las penurias que tuvo que vivir su Brittany, y no iba a permitir, que el día más importante y feliz de su rubia, se viera afectado por la indeseable presencia de aquel sujeto.
Sr. Pierce: - la miró de arriba abajo con disimulo- Buenas tardes Santana. -dijo en tono educado-.
Santana: - frunció el ceño, mientras interiormente intentaba tranquilizarse para no montar un numerito justo antes del baile de su preciosa novia- Le voy a pedir, de la mejor manera que puedo, que se retire de aquí, no quiero problemas, y mucho menos que le pifie el día a Brittany. -dijo sin titubear-.
Sr. Pierce: - se la quedo mirando, su semblante era perturbador, Santana no podía descifrar nada en él, hasta que el hombre suspiro- No he venido a hacerle la vida imposible a Brittany Santana, lo creas o no...Tengo que hablar con mi hija...
Santana: Su hija? - dijo con sarcasmo - Ahora se preocupa de su hija? Ni siquiera merece que la nombres por ese nombre...- en su voz podía percibirse la rabia, ni siquiera quería ponerse a recordar todo lo que Britt había tenido que vivir por culpa del rechazo de su padre, y lo que supuso en su relación-.
Sr. Pierce: Por favor...-dijo mirando a todos lados, él era alguien influyente no podía tener escándalos en público-.
Santana: Qué? Le preocupa que todos sepan que es el peor padre del mundo? Que abandono a su hija porque estaba con una mujer? Que le dio igual su bienestar? Que no se preocupo...
Sr. Pierce: - la corto- Te lo ruego...-dijo acercándose a ella, esta vez la latina se sorprendió por el semblante acongojado del señor- Sé lo que he hecho, sé que he sido un monstruo con ella...
La morena se había, extrañamente sin palabras ante aquello, no se esperaba escuchar al padre de Brittany hablar de esa forma, dejarse mostrar vulnerable...
Sr. Pierce: No sabes cómo me arrepiento de lo que le he hecho a mi hija, y desgraciadamente algo malo ha tenido que pasar para que me dé cuenta, y espero que no sea demasiado tarde, la extraño demasiado...
Santana: No permitiré que vuelva a sufrir por su culpa. - lo amenazó-.
Sr. Pierce: No he vuelto para hacerla sufrir, solo quiero que me perdone, y que poco a poco pueda ganarme su confianza.
