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Charlotte's pov.

La cita con Calum no estuvo para nada mal; hablamos de todo, reímos, comimos mucho.
Ya eran casi las ocho de la noche y debía regresar a casa. Tengo unas ganas inmensas de ver a mi chico rizado y abrazarlo.

-Debo irme Calum.

-Oh claro, ¿te acompaño?-. Propuso.

-Puedo llegar sola, no te preocupes.

-Bien, entonces nos vemos en la U-. Me sonrió.

-Vale, adiós-. Me despedí y me acerqué para besar su mejilla.

-Adiós-. Respondió en voz baja y yo le sonreí para luego dar vuelta y emprender camino a casa.

Caminar en la noche por las calles de Londres es algo que en gusta desde niña, a pesar de que he vivido aquí siempre, cada vez que salgo encuentro algo nuevo. Me gusta ver a los niños jugar en sus patios, las familias caminar. Es un ambiente que hace que se sacuda tu ser. La noche siendo iluminada por la luna y las instalaciones de alumbrado de los edificios comerciales.

Por un momento imaginé que Harry estaba caminando de la mano con migo.
De seguro mi chico está en casa, sin camiseta y tirado en el sofá. Todavía recuerdo el primer día que lo vi, cuando me parecía tan arrogante y me empezó a gustar, cuando nos hicimos amigos. Todo es perfecto si estoy a su lado.
Estaba tan metida en mis pensamientos que no me di cuenta que ya he llegado a casa. Abrí la puerta y entré.
Miré hacia el sofá y no estaba Harry, por lo contrario, había un gran ramo de rosas rojas. Una sonrisa se dibujó en mi rostro.
Me acerqué y leí la tarjeta del remitente:
«Cada pétalo de estas rosas simboliza cada una de tus cualidades. Eres hermosa Charlotte.
Att: Edward S. »

¿Por qué Edward me regala rosas? Me quedé mirando las rosas detalladamente el gran ramo mientras recordaba el día del beso con Edward en el jardín.
Suspire y sentí un cosquilleo en mi estómago. Desate la cinta que amarraba la tarjeta a las rosas y guardé el pequeño cuadrado de cartulina en mi bolso. Puse las rosas en agua.

Subí las escaleras de dos en dos en dos y caminé el pasillo para llegar a mi habitación. Abrí la puerta y... ¡Wow! Una rosa blanca, una rosa rosada, y una rosa roja. Esto debe ser una broma.

Cogí la rosa blanca, esta tenía una nota en su tallo:
«Tu alma tan blanca como la suave nieve »

Cogí la rosa rosada y también tenía una nota:
«Tus labios rosados»

Y por último cogí la rosa roja ansiosa por saber qué decía:
«Tus mejillas sonrojadas»

Una felicidad interna invadió mi corazón, nunca nadie me había dado un detalle como este. Debo decir que estoy emocionada, pero a la vez confundida.

-¿Te gustó?-. Una voz que reconocería en cualquier lado inundó mi habitación, sonreí inconsciente y me giré para encontrarme con...

Creí que era Harry.

-¿Te gustó?-. Repitió Edward tras dar unos pasos hacia delante y ponerse frente a mi. -Rosas, hermosas, pero no más que tú.

Mis mejillas ardieron y el latido de mi corazón se aceleró. ¿Sera esto normal?

-Gra...gracias-. Balbucee con nerviosismo.

-Me gustas Charlotte-. Confesó y sentí que una avalancha de sentimientos se me vino encima.

Twins |Harry Styles|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora