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Tres meses después.

Ayer finalizó el semestre en la universidad, nos dieron vacaciones de dos meses y en unos pocos días sería navidad.

Mi relación con Harry es tan bipolar como el mismísimo Harry, duramos más de dos semanas peleados, luego nos reconciliamos y ese mismo día discutimos.
Y a pesar de su frialdad me demuestra cuanto me quiere. Hace una semana me dijo que me amaba y eso encendió una chispa en mi, pues él siempre me decía te quiero, pero amor es algo mucho más grande.

Edward no se da por vencido y eso me preocupa, ya que aveces cuando él está cerca de mi me siento atraída y lo miro a los labios. Edward me hace regalos: flores, chocolates, libros, pulseras de plata, y me hace cartas románticas. Y no puedo negar que eso ha despertado algo en mi.
Harry nunca me ha dado ese tipo de detalles.

-Edward preparó la cena-. Dijo Harry a mi lado.

-Vamos a cenar-. Lo cogí de la mano y caminé con él hasta la isla del comedor.

-Hoy te ves más linda-. Me sonroje ante su cumplido. Harry me sorprende cada día.

-Estoy con mi peor ropa Harry-. Dije señalando mi short de tela algodón y la blusa delgada que cubría la parte superior de mi cuerpo.

-Me gustas así-. Dijo y se encogió de hombros
Si este hombre sigue haciendo comentarios así, creo que voy a explotar por emoción de enamoramiento excesiva. No sé si eso exista pero es la única expresión que describe lo que siento.

Nos sentamos a cenar, Harry a mi lado como siempre, Liam en un extremo de la mesa y Edward frente a mi.

-Gracias por la cena inútil.

Harry nunca le hace un cumplido a su hermano sin insultarlo, al parecer el pobre chico de gafas se ha acostumbrado al humor de su gemelo.

-De nada Harold-. Se burló Edward.

-No arruines la cena Eduardo-. Siguió Harry y Liam rió con la boca llena de carne y verduras.

-Liam-. Le llamé y me miró como cuando un niño se siente intimidado por su madre. -Te he dicho que hablar con la boca llena es de mala educación.

-Soy todo un rebelde-. Presumió con orgullo y Harry puso cara de asco.

-¿Podrían hablar menos y comer más?-. Nos regañó Edward.

-Mañana viene tu padre Charlotte-. Soltó de repente y casi me ahogo de la sorpresa.

-¿Que?-. Pregunté incrédula. No quiero que mi padre venga.

-Que tu papi viene-. Repitió como si fuera la cosa más linda del mundo.

-No quiero que venga-. Expresé con desprecio.

-¿Por qué?-. Intervino Harry y lo miré.

-Creo que así estamos bien-. Dije y él hizo una mueca que no pude descifrar.

Edward me miraba sin disimular causando tensión en mi, me sentía intimidada.

Posé mis ojos en Harry y pude notar una leve expresión de desagrado, su rostro estaba muy pálido y sus ojos se tornaron de un azúl verdoso.

-¿Te sientes bien?-. Susurré preocupada, asintió. Sin embargo yo presentía que algo le pasaba.

-Debo ir al baño-. Dijo Harry y acto seguido se paró corrió hasta el baño más cercano.

Suspire y traté de encontrar una respuesta a su actitud. Miré a Liam y este ya había terminado la cena; Edward jugaba con el tenedor y las verduras.

Twins |Harry Styles|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora