-Ya llegué -anuncié mientras abría la puerta de la entrada de nuestra casa. Mamá estaba sacando la pizza del horno y papá estaba sentado en el pequeño patio trasero en una silla junto a la mesa. Le di un beso y tomé asiento frente a él.
-¿Cómo ha estado el colegio, Leni? - me encogí de hombros indiferente a la situación que había pasado. No les podría contar porque me regañarían.
-Estuvo bien- comenté mientras mamá salía con la comida- He sacado una A en Historia.
-Esa es mi niña- dijo papá orgulloso mientras devoraba un pedazo de pizza y sacudía sus dedos, dando a entender que estaba caliente. Comimos en silencio, maravillados por el sabor de la comida. Mamá se había lucido esta vez y le aplaudimos.
-¡Yo siempre cocino rico!-reímos sin poder evitarlo y mamá refunfuñó pero luego se unió a nosotros.
-Estaba pensando...- comenzó a decir mamá y vi que estaba nerviosa- en que deberíamos hacer algo distinto este año por el aniversario de Nat.
Coloqué mi mano sobre la suya para calmarla y agregué:-Es una idea maravillosa- no había olvidado que mañana se conmemora la muerte de Nathan, por lo general cada año llevamos flores a su tumba.
Papa asintió de acuerdo con la idea.-Podemos ir al Lago, a él siempre le encantaba- propuse recordando los buenos momentos que pasé junto a mi hermano.
-Es una buena idea- dijo mamá mientras le caía una gota de sus ojos. Papá le besó la frente en señal de cariño y así permanecimos un tiempo hasta que se oyó el timbre.
-¿Quién será a estas horas? - preguntó papá mientras mamá se levantaba y se dirigía a atender la puerta. Nos quedamos en silencio intentando escuchar quien era.
-Leni es para ti- anunció mamá y yo extrañada me dirigí hacia la entrada.
-Hola- dijo Alex dudando si hizo bien en venir o no. Entrecerré los ojos desconfiando de sus intenciones.
-Yo me encargo mama.
Ella asintió y volvió al patio trastero dejándonos al invitado y a mi en un extraño silencio.
-Lena...
-Lárgate.
-Quise disculparme por no haber dicho nada y por haberte hablado mal.
-No esperaba que hicieras nada, tu y yo no somos ni siquiera amigos- comencé a informarle- no necesito que vengas a decirme nada. Sólo vete.
-Aún así, no debería haber sido tan cobarde- estaba furiosa porque tuvo la valentía de venir a mi casa, podía ver como sus ojos evaluaban donde se encontraba y no pude evitar pensar que quizá la comparase con la suya.
-No tenias nada que ver, Alex- dejé escapar en un suspiro cansado. Aún tenía mucho con lo que lidiar, no necesitaba un problema más.- Sólo déjame en paz.
-¿Te gustaría ir a tomar un helado? -preguntó y yo me sorprendí por el repentino cambio de tema.
-¿Por qué?
-Porque me gustaría que charlemos un rato, si no quieres esta bien.
Miré hacia ambos lados pensando y decidí que me ponía incómoda que se encuentre en mi casa, así que acepté.
-Deja que busque dinero y vuelvo- comencé a decir pero el negó.-Yo invito, yo pago.
-No quiero tu caridad.
- Acéptalo como muestra de que fui un imbécil.
-Realmente lo fuiste.
-¿Vamos entonces?
-Si, gracias.
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I HATE YOU TOO
Roman pour AdolescentsMaddalena es una joven forzada a ir a un instituto prestigioso pero no para cualquiera, solo para personas adineradas e hijos de gente importante. Fingiendo ser uno de ellos, intentará sobrevivir escondiendo que su familia se enfrenta a serios probl...