Capítulo 19: No puede ser.

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-¡Que empiece la pelea! - gritó con voz más grave de la normal, Xav mientras sonaba una bocina.

Una parte de mi, sabía que se avecinaba una locura, al principio, ambos contrincantes avanzaron y retrocedieron pasos como una forma de medirse entre ellos que el ansia de acabar la pelea. Alex tanteó terreno y tiró un par de puños al aire, evaluando la respuesta del rival. Éste era un tipo gigante, moreno y con cabello corto al estilo militar. Lo duplicaba en tamaño, debido a que le sacaba al menos una cabeza a Alex, y su increíble masa muscular parecía ser capaz de romper huesos sin esforzarse. Tenía diversas cicatrices a lo largo de su cuerpo y tatuajes incomprensibles. Me estremecí y tragué saliva.

Con un movimiento rápido, el rival estrelló un puño sobre el estómago de Alex y éste se dobló del dolor. No lo dejó reponerse cuando realizó un gancho izquierdo y derribó a Alex.

Muchos abuchearon pero otros gritaron de júbilo, en especial un grupo de cuatro hombres enormes. Los observé detenidamente y daban miedo, parecían ex convictos o mafiosos.

Alex sonrió con desdén mientras se ponía de pie, listo para continuar, simulaba que se había recompuesto pero yo sabía que su estómago golpeado le dolía, atacó al hombre con puñetazos, algunos acertó y pudo desequilibrarlo, pero parecía que no lo afectaban tanto como debería.

Junto a mi, el grupo de hombres insultaban y amenazaban a Alex con cosas que preferiría no repetir. Una sensación de malestar llegó a mi, causada por el miedo que infringían estos tipos. Nunca antes los había visto.

Fue un duelo feroz que parecía no tener fin, Alex estaba malherido y pude ver que le sangraba el labio superior y tenía un ojo morado. Inconscientemente llevé mis manos a la boca cuando Alex escupió sangre al suelo. Parecía que estaba perdiendo ya que no zafaba de su contrincante y comencé a impacientarme y le grité palabras de aliento.

Pareció sorprendido al oír mi voz y por fracción de unos segundos me miró, sonrió y me guiñó un ojo. Quedé pasmada al ver como se recomponía y luchaba aún más fuerte. Está vez sus movimientos eran precisos y concisos.

Mi corazón estuvo en mi puño todo lo que quedó de la pelea y mis manos continuaban sobre mis labios. El rival casi fue alcanzado por un puñetazo en la nariz pero por poco pudo esquivarlo, estuvo a milímetros de romperse. Alex aprovechó esa mínima distracción y arrojó un codazo al rostro y el rival cayó estrepitosamente al suelo con un ruido seco. Golpe tras golpe, parecía no poder aguantar más el ritmo sangriento de la pelea y comenzaba a notarse su respiración agitada. No pasó mucho tiempo cuando lo declararon ganador y pude respirar aliviada.

-Ten Lena- dijo Xav dándome el triple de lo que había apostado, al parecer no muchos creyeron que Alex tenía oportunidad.

Escondí el dinero rápidamente entre mi ropa y me dirigí hacia Alex que estaba sentado en un banco, hablando con un tipo mayor. Tomé su cara entre ambas manos para evaluar las heridas, dejé escapar un suspiro tembloroso cuando vi que no era nada grave. Tendría moretones y que hacerse un par de puntos en la frente, pero nada para preocuparse.

-Hola nena- dijo intentando esbozar una sonrisa pero salió más como una mueca y para sorpresa de ambos, me senté en sus piernas y lo abracé.

-Me preocupé mucho- susurré a su oído abrazándolo más fuerte y sintiendo sus brazos envolverme. Jamás pude despedirme de Nathan y eso me dolía más que nada. Pasó una mano por mi cabello calmándome.

-Ya pasó todo- besó mi cuello y no pude evitar sonreír cuando su aliento me provocó cosquillas, dándome cuenta de la situación me alejé y me puse de pie sonrojada.

-Lo siento- ¡Que vergüenza! Miré el piso y en ese momento sentí una mano cálida tomar la mía, la observé y a su dueño; Alex me miraba feliz y estaba por decirme algo pero las palabras murieron en sus labios cuando lo interrumpieron:

-¡Oye bastardo! Te mataré - gritó una voz que caló mis huesos. Sentía como se repetía la muerte de mi hermano y me paralicé del miedo. Alex se tensó y apretó mi mano mientras se ponía de pie. Escrudiñé quien podría haber dicho eso y me encontré con uno de los gigantes que avanzaba empujando a la gente como si fueran plumas.

-Alex- susurré su nombre asustada y él pareció darse cuenta y acarició con su pulgar mis nudillos. Cuando el hombre llegó hasta nosotros, Alex se colocó delante de mi para protegerme.

-Tranquilo hombre, he jugado limpiamente.

-Debiste haber perdido y me las pagarás.

-Señor, el muchacho ha ganado, son las reglas- intervino otro hombre para hacer de mediador.

-¡Me importa un carajo, quiero mi dinero! - parecía muy alterado y capaz de hacer algo violento. Con la mano libre, sujeté la remera de Alex intentando alejarlo del sujeto.

-No le daremos el dinero, ha perdido.

-Te mataré- el hombre levantó su puño para golpear a Alex pero otro sujeto más petiso intentó retenerlo. De pronto, comenzó un forcejeo para dar luego una batalla entre espectadores, luchadores y los que organizaban el evento. Alex en todo momento evitó pelear y me empujaba para que no me golpearan, debía de ser la única mujer allí.

-Agáchate-dijo mientras ponía sus brazos en mi cabeza, y nos abríamos paso por la embravecida multitud. Cuando llevábamos a la mitad del trayecto, oímos el sonido de sirenas acercándose y las personas enloquecidas por no ser atrapadas por la ley, comenzaron a empujar tirando a todo aquél que molestaba a su paso. En mi caso, un codazo impactó en mi estómago dejándome sin aliento, mientras que otra persona me empujaba y caí al suelo.

-¡Lena! - escuché la voz de Alex que gritaba desesperado por mi nombre. Se oyó el sonido de coches derrapar sobre el asfalto y supe que provenían de las patrullas. Unas manos me tomaron de las axilas y me pusieron de pie.

-¿Estas bien? - Alex me miró de arriba abajo intentando ver si me había lastimado, asentí con la cabeza.- Vámonos.

Tomó fuertemente mi mano y no la soltó en ningún momento mientras corríamos por las abarrotadas calles del barrio. Mis pulmones dolían por el esfuerzo de mantener su ritmo, mis piernas eran más cortas y no estaban tan entrenadas como las suyas.

Me condujo hasta un parque con numerosos árboles, nos escondimos entre los arbustos mientras intentábamos recobrar la compostura. Aquí estaríamos fuera de vista de los policías, había una gran fuente y numerosos bancos. El lugar estaba pobremente iluminado pero aún así no vi las siluetas acercarse, hasta que fue demasiado tarde.

-Miren a quien tenemos aquí- dijo una voz desde las sombras que me tomó de la cintura y con su otra mano ponía un cuchillo en mi cuello.


I HATE YOU TOODonde viven las historias. Descúbrelo ahora