Capitulo 34: La verdad ha sido revelada

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Recibí varias llamadas perdidas de Alex durante la mañana del domingo apenas me desperté. Me había llamado a lo loco pero yo estaba batallando con Morfeo y no escuché porque el celular estaba en vibración. Fue un día bastante normal, excepto que por la tarde fui a la casa de Caro y me quedé a cenar. Hablamos toda la tarde y ella me contó como había entrado en el circulo de Erick y lo mucho que lo odiaba, lo que había tenido que hacer para él.

Alex insistió un par de veces mas por mensaje pero al ver que no respondía me dejó en paz.
Nada me preparó para lo que me esperaba para el día siguiente.

Comencé bien el lunes al alba, me higienicé normalmente y salí antes de casa para llegar temprano a la parada y al colegio.
Por fortuna mía, llegué antes que el portero por lo que esperé recostada sobre un árbol y sobre el césped húmedo por el rocío. No pasó mucho tiempo cuando la gente empezó a entrar y me percaté que me había dormido en el patio. Atontada, me puse de pie y sacudí de mi cuerpo el pasto que se adhirió a mí. Eché un vistazo con mi vista periférica y la mayoría de los alumnos ya estaban en el colegio.
Miré la hora en mi celular y faltaban cinco minutos para que sonara la campana, lo que me daba un poco de tiempo para recoger mi libro de biología con la tarea que me había olvidado de hacer.
Ingresé al establecimiento pensando en los ejercicios que nos habían dado de meiosis y mitosis y escuché un suave susurro que decía mi nombre. Alcé la cabeza y parpadee lentamente para ver si lo que estaba frente a mis ojos, no era producto de mi imaginación. Como no se borraba, tragué todo el llanto que se estaba formando.
Giré en circulo y vi como las personas me estaban mirando detenidamente, pero lo peor de todo, eran los carteles que estaban detrás de ellos.
Uno de ellos tenía una foto mía con cuernos que salían de mi cabeza y decía "Soy tan pobre que no tengo ni para comer en el almuerzo". Otro tenía una frase "becada por el colegio por dar lástima". Otro decía "Soy Lena y doy pena". Y el peor de todos, una foto de mi casa sacada desde la vereda del frente que decía "Bienvenidos a mi humilde pocilga".
Cuando vi el ultimo cartel, vi a Alex que recién había llegado y se había topado con todo esto al igual que yo.
Aún estaba ante la mirada de todos cuando tragué saliva y puse mi mejor voz, fuerte y clara salieron mis palabras:

-Que tengan mas dinero que yo, no les hace mejor persona.

Di media vuelta y me alejé de la multitud con la cabeza en alto. No podía dejar que nadie me viera mal, yo no era así, yo me enfrentaba a todo, a la muerte de mi hermano, a los problemas de dinero, a todo, pero eso no evitó que cayeran lágrimas mientras atravesaba las puertas del colegio.

Desearía decir que lo superé como una campeona a la que nada le afecta, pero la triste realidad es que lloré sin consuelo debajo de las gradas, en un rincón donde nadie me podía ver. Eso fue hasta que sentí unos pasos acercarse pero no me atreví a mirar, sobé mis mocos aunque fuera asqueroso.

-Vete.

-Sabes que no te dejaría.

Alex se sentó junto a mi y tendió sus brazos y me envolvió con ellos. Lloré aún más sobre su camisa, probablemente la empaparía en segundos.

-Lo siento.

-¿Por qué?

-Mojé tu camisa- medio reí y medio hipé.

-No pasa nada, úsala todo lo que quieras.

Permanecimos allí por un rato, podrían haber pasado minutos o quizá horas cuando él volvió a hablar.

-Lamento que te hayan hecho eso, no te lo merecías.

-Nadie merece ser humillado.

Ya mas calmada me separé un poco para mirarlo, de seguro mi cara estaba completamente hinchada de tanto llorar.

I HATE YOU TOODonde viven las historias. Descúbrelo ahora