20 - Verano...

289 8 12
                                    


20 - Verano...

La puerta se cerró a las espaldas del pre adolescente que se quedó de pié mirando a su alrededor. Kazu, con un nudo en el estómago que parecía paralizarle hasta los pulmones, dio la vuelta despacio.

- Kazu: Kurt... cómo sabías donde vivo?... – preguntó pensando en el hecho de que el chico había huido de casa.

- Kurt: Busqué tu dirección en la libreta de mi papá... - sus ojos parecían irritados, como aquellos que han llorado mucho, el joven publicista permanecía mirándolo como con miedo de que se fuera a romper – en realidad... cuando me encerré en mi cuarto después de que me dijeron todo... me quedé pegado a mi puerta... todos se fueron al piso de arriba, hoy el personal de servicio tenía el día libre... fue fácil ir hasta el despacho, tomar la agenda y salir por la puerta trasera... - Kazu contuvo el aliento, era obvio que no se estaba enfrentando a un muchachito que no tuviera idea de nada. Kurt era un pre adolescente de doce años muy consciente del mundo donde vivía – lo más difícil fue saltar la reja... porque si la abría me hubieran escuchado... - el publicista respiró hondo.

- Kazu: Bien, siéntate... - señaló la mesa, pero el chico no se movió de donde estaba – cómo llegaste hasta el edificio?... – preguntó, viendo que no tomaría asiento.

- Kurt: Vine en tren... puse la dirección en el GPS... - sacó su celular del bolsillo – lo malo es que no pude apagarlo por eso... - hablaba negándole la mirada al joven – después... me quedé afuera esperando que apareciera alguien, y cuando un sujeto entró, me colé detrás de él... - respiraba muy agitado, como si hubiera subido las escaleras a la carrera.

- Kazu: Ya veo... estuviste mucho tiempo ahí afuera?... – él se encogió de hombros – debiste tocar el portero eléctrico... te hubiera abierto sin dudar... - el chico resopló.

- Kurt: Pensaba en qué iba a decir si alguien me preguntaba... diría que había olvidado mi llave o algo así... pero nadie preguntó... esta es una ciudad enorme y cada quien piensa en sí mismo... - volvió a encogerse de hombros.

- Kazu: Okey, Kurt... primero que nada debo llamar a tu papá... - él lo miró con ojos enormes.

- Kurt: No!... si haces eso vendrán a buscarme... y yo vine porque necesito hablar a solas contigo... - Kazu se le acercó un par de pasos, pero el chico reaccionó haciendo uno para atrás, así que se detuvo.

- Kazu: No, no lo hará... si le pido que no venga enseguida él me escuchará... no te preocupes... - el pequeño australiano parecía errático, era evidente que estaba fuera de su centro – pero debo avisarles a tus padres, porque salieron a buscarte... están con el corazón en la boca...

- Kurt: No me importa... - su mirada estaba fija en el suelo.

- Kazu: Creo que si te importa... por eso tienes los ojos así de inflamados... - a pesar de estar muy nervioso y lleno de incertidumbre, Kazu mantenía un tono sereno que incluso lo sorprendió a él mismo.

- Kurt: Yo... - su voz se quebró, giró hacia el centro de la sala y caminó algunos pasos hasta llegar al sofá.

- Kazu: Siéntate ahí... voy a llamar a Sawyer para decirle que estás aquí, que estás bien... - se acercaba muy despacio al chico – pero le diré también que espere mi llamado para venir a buscarte, porque quieres hablar conmigo... te parece bien?... – puso una mano en su hombro, y esta vez él no reaccionó mal, solo se quedó quieto.

- Kurt: Bien... - contestó y fue a sentarse en el sillón, secando sus lágrimas.

- Kazu: Quieres algo de beber?... soda, té?... – tomó su celular.

Acoso LaboralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora