El último día del año llegó con un cielo gris y un aire gélido que congelaba las mejillas y convertía los suspiros en vapor grueso, empañaba las ventanas y tentaba a la gente a quedarse en cama el máximo tiempo posible. Kazu calentaba el agua para una gran taza de té para entibiar su cuerpo, mientras Haruka se daba una ducha luego de pasar la noche con su amigo a puras películas y charlas incómodas.
El pequeño Kon correteaba por el departamento, jugando con una pelota de goma que la veterinaria le había obsequiado y mantenía un constante sonido de fondo en el silencioso ambiente. Cuando Haruka salió ya vestida y secando su cabello, Kazu ya había puesto en marcha el desayuno, y se sentaron a la mesa poniendo su emisora preferida para acompañarse.
- Haruka: Quieres que llevemos alguna torta o algo esta noche?... – preguntó su amiga, pensando en la cena de año nuevo que su madre había organizado para ella y su amigo, de la cual se encargaría de todo.
- Kazu: Claro... o helado... a tu mamá le gusta mucho el helado de chocolate, aunque haga frío!... – sonrió con ternura.
- Haruka: Si, buena idea!... – concordó sonriendo – tienes listo tu traje?... yo lo dejé en casa de mi madre... - suspiró, sin esperar respuesta de su amigo – odio usar kimono, pero en año nuevo... a mi madre le gusta que lo use... - Kazu rió.
- Kazu: Siempre digo que te ves hermosa con él... sobre todo ese rojo y blanco que tienes... el que te obsequió tu abuela... - Haruka bajó su taza, luego de beber un sorbo.
- Haruka: Gracias... es el que usaré hoy... - rió – en cambio tú solo tienes un hakama... - Kazu se encogió de hombros.
- Kazu: Para qué más?... – su amiga contestó la risa.
- Haruka: Cierto... - se hizo una pausa silenciosa mientras bebían el té y comían bocadillos dulces que habían comprado el día anterior – y de Sawyer qué sabes?... tienes idea qué hará esta noche?... – Kazu se ruborizó levemente ni bien lo nombró y contuvo una sonrisa involuntaria.
- Kazu: Pues... estará con la familia que vino de visita... su madre, hermana y sobrinos... - contestó, con la mirada fija en el vapor que salía de su taza – tal como dijo, no creo que nos veamos antes de regresar al trabajo... - Haruka mantenía una leve sonrisa.
- Haruka: Eso te entristece un poco?... – su amigo la miró algo conmovido.
- Kazu: Para qué mentir... - suspiró – te parece raro?... – ella negó con la cabeza.
- Haruka: Claro que no!... menos ahora que sabes que va en serio... - el joven enrojeció aún más y se escondió detrás de su bebida caliente mientras bebía sorbos grandes, y su amiga lo miraba fijo con una sonrisa de satisfacción.
En los pocos días que habían transcurrido desde aquella noche en el hotel, a penas si se había comunicado con el atractivo empresario, tímido de hacer caso a su sugerencia de que le escribiera si le apetecía hacerlo. Sí había recibido algunos mensajes de parte de Sawyer, que muy entusiasmado respondió, pero aún no tomaba la iniciativa de escribir él primero.
La noche llegó a la ciudad y los amigos se pusieron en marcha hacia los suburbios, donde estaba la casa donde Haruka había crecido. Compraron un gran pote de helado de chocolate y Kazu empacó su traje tradicional para vestirse con calma en la casa de la señora Mizuki. Había bastante tránsito, y para cuando lograron llegar, la cena estaba casi lista y la madre de Haruka ya vestía un hermoso kimono violeta que había adornado con un obii blanco y floreado que la hacía lucir adorable y hermosa.
El aroma de la deliciosa cena se esparcía por cada rincón de la casa, llamando al apetito, mientras los amigos terminaban de acomodar la mesa, escuchando mientras tanto a la madre de Haruka rezongar por su llegada tan tarde. El tránsito los había demorado tanto, que no alcanzarían a vestirse antes de la cena, si querían consumir sus alimentos calientes, pero la señora Mizuki no lograba comprenderlo, al parecer. Cuando trajo la comida y los jóvenes aplaudieron y elogiaron su habilidad, finalmente se relajó y comenzó a reír con ellos, mientras gozaban de la cena.
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Acoso Laboral
RandomKazumi Hikoi es un recién graduado publicista gráfico, de excelentes promedios y gran potencial, que acaba de perder a su madre a manos de un devastador cáncer. Luego de pasar una temporada en el campo con sus parientes, regresa a Tokyo con la esper...