Capitulo 1.

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La noche era fría en Chicago, algo que se salía de lo común dado la época que era. El cielo estaba negro, con posibilidad de lluvia. El chico del tiempo no había afirmado que ninguna tormenta se acercase a la ciudad, por lo tanto, los jóvenes de Chicago podían salir la noche del viernes sin ninguna preocupación. 

Era muy posible que casi ninguno hubiera visto el telediario para saber que no había peligro de lluvia, ya que sobre esa hora todos suelen estar terminando de arreglarse.

Nicholas se encontraba en el local nocturno que había alquilado hacía meses junto a su mejor amigo Alex. Ambos se habían conocido en la calle años atrás, cuando Nick solo era un pequeño ladronzuelo que se dedicaba a robar en los grandes almacenes. A diferencia de él, Alex si contaba con una madre biológica, a pesar de que él se pasaba más tiempo fuera que dentro de casa. 

Tracy, la madre de acogida de Nick, llevaba con él varios años. Fue con la única mujer que de verdad congenió, es decir, fue la única que le pareció el mejor partido para ser algo así cómo su madre. Aunque él más que de sobra sabía que ese lugar era exclusivamente de Denise, su verdadera madre; la cual falleció cuando él era tan solo un niño de cinco años. Un accidente automovilístico fue el culpable de la muerte de sus padres. A causa de ello, aprendió desde pequeño a formar una fortaleza para que las cosas no le hirieran más de lo que debían. Es más, no recordaba la última vez que había llorado frente a alguien. Tal vez fuera en alguna caida tonta jugando al fútbol con sus amigos del centro de acogida. Había aprendido a ser fuerte, tarea que le enseñó la calle.

Nicholas y su pandilla se encontraban jugando una timba de póker, todos alrededor de una mesa redonda adornada con un tapete verde intenso y montones de fichas, que más tarde se convertirían en billetes. Siempre apostaban dinero por poco que fuera, afirmaban que así era mucho más interesante. 

- No voy -espetó Tyler, un jóven muchacho de pelo oscuro, depositando sus cartas frente a él. 

- Lo veo -musitó Liam igualando la apuesta que Nicholas acababa de subir instantes antes. 

- Yo también -corroboró Andrew, echando las fichas al centro de la mesa donde se encontraban las demás- ¿Qué tenéis? 

- Trío -informó Liam. 

- Carta alta. 

- Escalera de color -pronunció Nick con tono seguro, sabiendo que su jugada había superado la de sus compañeros. 

«¡Joder!», maldijo Andrew al ver cómo el que, realmente, era su jefe se llevaba todo el montón de fichas hacia sí. 

- Hermano, ven conmigo -largó Alex apareciendo de pie detrás de él golpeando su hombro cuando éste estaba formando una montaña con todo el dinero que acababa de ganar. 

Nicholas elevó su vista para mirarlo y segundos después asintió con la cabeza en un sólo movimiento. 

- Cuando aprendáis a jugar, llamádme -formuló Nick haciendo fuerza con su cuerpo para mover la silla donde se encontraba y conseguir levantarse. 

Ninguno de sus compañeros dijo nada, algunos se limitaron a ver cómo se marchaba de la mesa con una sonrisa burlona. En cambio otros, comenzaron a pensar qué demonios podrían hacer para recuperar el dinero perdido.

Nicholas se acercó con paso calmado a la barra donde su amigo de confianza, Alex, lo esperaba. Éste acababa de sacar un cigarrillo de uno de sus bolsillos y se lo había colocado en la boca para segundos después encenderlo y hacer degustar a sus pulmones con esa mezcla de alquitrán y tabaco. 

- Lo de siempre -dijo, cuando llego a la altura de su amigo, alzando su mano derecha para llamar la atención de la camarera rubia y voluntuosa. 

No se fijó en sus curvas o en su imponente delantera, algo un poco extraño en un hombre como él. Como a todos, le gustaban las mujeres. Pero en ese momento se había centrado en su amigo, puede que más tarde fuera a hacerle alguna proposición a la camarera. 

El principal detonante [Fanfiction].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora