Capitulo 20.

856 40 0
                                    

El mustang iba ascendiendo por una de las cuestas que se encontraban en el camino. Nick estaba tan apurado por sacar a Jesica de casa y que se sintiera mejor, que no pensó siquiera dónde llevarla. Realmente, su subconsciente guió el trayecto; llevándolos a un lugar tranquilo.

Jesica estaba más calmada. Ya respiraba casi con toda normalidad, sus ojos no estaban tan rojizos que al comienzo y en sus manos podía notarse un leve temblor, con mucha menos intensidad que antes.

Nicholas la miró de reojo un breve instante. Daba gracias a cielo porque comenzase a estar más calmada. Desconocía qué le había ocurrido para que se encontrase en esa situación, pero no quería preguntarlo todavía porque sabía que no era el momento. Esperaría.

— Ya estamos llegando —avisó él.

Jesica lo escuchó, pero no dijo nada. No quería abrir la boca, internamente se estaba tranquilizando así misma porque todavía se sucedían las imágenes de lo soñado en su cabeza.

El aire fresco le acarició suavemente la cara a Jesica cuando bajó del coche. Respiró hondo, notando la pureza del ambiente. Miró a su alrededor y sonrió levemente cuando supo dónde se encontraban. Nicholas la había traído al mismo mirador. Giró su cabeza hacia la pendiente y contempló la ciudad chispeante de electricidad. Después, devolvió su vista al cielo y deseó poder tener esa asombrosa imagen desde la terraza de su casa.

— ¿Damos un paseo? —propuso Nicholas, el cuál llevaba observando los movimientos de Jesica desde que ésta había bajado del coche.

Jes asintió un par de veces con su cabeza y comenzaron a caminar, alejándose poco a poco del coche. Nick había dejado encendidos los faros del coche para que sirvieran como guía por si se alejaban demasiado. No había luz en la montaña, así que no debían de andar mucho si no querían perderse.

— ¿No piensas hablar? —bromeó dulcemente Nick. Jesica soltó una pequeña risita casi inaudible.

— Siento haberte hecho ir a por mi, Nick. Ni siquiera pensé en si estabas haciendo algo importante. Simplemente tecleé y envié, no pensé en nada —se disculpó ella sinceramente.

— Ah, pero ¿sueles pensar? —bromeó Nicholas para sacarle una sonrisa a Jes. Sabía que, en el estado en el que se encontraba, le haría bien. Y que ese comentario no la irritaría, muy posiblemente porque no poseía fuerzas ni para eso.

Jesica soltó una leve carcajada. Un acto que le pareció adorable a Nick.

— ¿Puedo saber qué te ha pasado? —a decir verdad, estaba deseoso. Era algo que le preocupaba.

Ella tragó saliva audiblemente y tomó una bocanada de aire.

— Soñé con la muerte de mi madre —expulsó con mucha dificultad. Hizo un gran esfuerzo por no rememorar de nuevo el sueño en su cabeza— Fue horrible —pronunció seguidamente casi sin querer.

Alzó una de sus manos hacia su boca para contener un sollozo que amenazaba con salir. Sus ojos se tiñeron brillosos de nuevo —como si no lo estuvieran ya bastante— señal de que varias lágrimas estaban dispuestas a huir. Antes de que nada de eso pasase, Nicholas la rodeó con sus brazos. Jesica no necesitó más en esos momentos. El sollozo se convirtió en un amargo suspiro y las pesadas lágrimas prefirieron estancarse en sus ojeras.

— Hablemos de algo, te ayudará a no pensar en eso —atinó a decir Nick cuando se separó de ella. No quería hablar de la pesadilla que ella había tenido o del montón de sentimientos que desgarraban su corazón porque eso no ayudaría a su estado.

Dieron la vuelta cuando comenzaron a ver que el lugar se tornaba más oscuro y los faros del coche no llegaban más allá. Los frondosos árboles cubrían la entrada de una especie de pequeño bosque —no había que olvidar que se encontraban en la montaña—. Nicholas se había adentrado allí muchas veces cuando era pequeño. 

El principal detonante [Fanfiction].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora